La India siempre fue para mi una imagen remota, salida de la música de Ravi Shankar, las películas de Satjati Raj, los relatos de las mil y una noches, Bollywood, Gandhi. Pero la idea de venir a Hydebarad para vivir durante cinco días dentro del estudio de cine más grande del mundo: Ramoji City - con 674 hectáreas dentro de las que se graban muchas de las películas más comerciales la industria de cine indio - no se me habría cruzado por la cabeza de no haber recibido una invitación por parte del Indywood Film Festival para asistir al festival.
El Indywood fue mi puerta de entrada a la India. Un evento que no solamente me permitió entrar en contacto con gente creativa de todo el mundo, sino que me sirvió también para descubrir una cinematografía que fuera de las fronteras del país es poco conocida.
Fue emocionante ver la curiosidad y la entrega del público por descubrir también películas y realizadores de todo el mundo. Un público que participó activamente de todas las conferencias, mesas redondas, debates, talleres y proyecciones. Curiosamente, muchos de los asistentes comparten sus profesiones habituales con el cine. No era raro encontrarse con ingenieros, médicos, abogados, que también han dirigido películas.
Uno de los aspectos más interesantes del festival es que potenció y facilitó el encuentro entre inversionistas vinculados a la industria. Más de cincuenta billonarios de la India y más de 500 inversionistas de todo el mundo, se reunieron para discutir la producción de futuros proyectos cinematográficos. Y es que el Indywood Film Market está considerado el mercado de cine más importante de la región. El extravagante evento se llamó «Billonares club» y se llevó a cabo en los salones del elegante Princess Hall, edificio principal del festival.
Al evento estuvieron invitados también miembros del mundo académico de la India. Las diferentes escuelas de cine y televisión se dieron cita en el carnaval para hablar sobre su papel dentro de la industria.
Ramoji City es uno de esos lugares que impresionan desde el principio. En estos estudios se grabó la película más cara en la historia de la India en el 2015: Baahubali: The Beginning. Una superproducción que no tiene nada que envidiar a las grandes películas de Hollywood. Estos enormes estudios dan trabajo a más de 10,000 personas.
Para los productores locales es fundamental que el mercado del cine siga creciendo y proyectándose fuera de las barreras nacionales. «Hay cine en la India más allá de Bollywood» dice uno de los críticos más respetados y seguidos del país, con más de 2.6 millones de followers en Twitter, Taran Adarsh, quien mantuvo un diálogo muy interesante con la periodista Bhawna Munjal sobre el futuro de la industria cinematográfica de la India.
En la parte más técnica, se ofrecieron diferentes talleres de realización, realidad virtual, efectos especiales, etc. Sony, Canon, Arri y Red dictaron interesantes workshops sobre nuevas tecnologías aplicadas a las cámaras cine. El renombrado director de arte, Sabu Cyril y el director Peter Hein también dictaron interesantes talleres sobre realización.
La actriz de Bollywood Javaprada fue homenajeada con el prestigioso Ícono del cine de la India. También el compositor y actor K Vishwanath fue homenajeado.
«La India es hoy en día el hogar de centenares de billonarios» manifestó el director del festival, Sohan Roy, un de los empresarios más exitosos de la India según la revista Forbes, que nunca ha dudado de la potencialidad del cine como industria. «Estos billonarios» me dice Roy durante una entrevista «son parte de la estrategia para generar interés e inversión en nuestro cine y hacer que el valor de nuestra divisa (la rupia) vaya igualándose con el tiempo al dólar americano. El crecimiento del cine representará también un crecimiento de nuestra economía».
El festival también reconoció el trabajo de film commissions que han contribuido a tender puentes entre la India y el mundo. Fueron homenajeados algunos embajadores y representantes de diferentes países en la India: Thorir Ibsen (Islandia), Milan Hovorka (República Checa) y Archil Dzuliashvili (Georgia).
El festival tuvo un total de 15 eventos grandes y proyectó 250 películas de 100 países. Una de las grandes sorpresas fue el anuncio del productor B.R Shetty sobre el rodaje de su nuevo proyecto, Mahabharata, una superproducción que se rodará en Ramoji Film City, basado en el texto milenario de la tradición religiosa hindú.
El Indywood Film Carnival ha sido una fiesta de cuatro días para celebrar el cine, pero también un puente para generar un diálogo entre oriente y occidente, para atraer inversión internacional y proyectar las películas producidas en la India fuera de las barreras locales.
Larga vida a esta fiesta del cine.