El hecho de sufrir una discapacidad o tener una situación de dependencia no nos debe impedir la realización de viajes. Ya sea por cuestiones de ocio o por asuntos de necesidad, lo cierto es que una persona con limitaciones físicas, mentales o sensoriales tiene que desarrollar esta actividad, claro que adaptándola a sus condiciones.
Así, una persona con la movilidad reducida tiene a su disposición diversos recursos que facilitan su autonomía en los distintos medios de transporte que vaya a utilizar. Así, Renfe (programa Atendo) pone a disposición de las personas con discapacidad una ayuda personal que le acompaña en el trayecto y le presta su apoyo a la hora de llevar su equipaje o acomodarse en su localidad.
La persona con una discapacidad debe de contemplar algunos condicionantes antes de emprender un viaje. Así, cuestiones como el destino, la medicación y la ayuda que deben solicitar son determinantes para que el viaje sea un éxito y se desarrolle de una manera normal, sin que la enfermedad suponga ningún problema.
Valorar tu estado de salud
Es vital que cada persona valore por sí misma su propio estado de salud y tenga en cuenta sus propios límites. Para ello, antes de emprender el viaje, debe de consultar con su médico los diferentes aspectos del desplazamiento que pueden resultar de gran utilidad.
Por otro lado, es necesario que se acopie de los certificados médicos que le pueden solicitar en el aeropuerto, imprescindibles para llevar la medicación en su equipaje de mano o para demostrar que, pese a su enfermedad, es una persona apta para volar.
Elegir el destino
A la hora de viajar debemos tener en cuenta las enfermedades habituales del país de destino, la asistencia sanitaria con la que contaremos y la cobertura del seguro. Cuando la persona viajera padece patologías crónicas como esclerosis múltiple, es importante evitar los cambios bruscos tanto de horario como de clima. Un contraste térmico acusado puede afectar a nuestra salud, y más si todavía tenemos enfermedades asociadas.
Tener en cuenta las necesidades especiales
Si alguien no se siente seguro respecto a sus capacidades, es aconsejable viajar acompañado. Otra de las circunstancias que debemos de tener en cuenta es que, si tenemos alguna limitación, debemos hacer la reserva con tiempo, ya que las plazas para personas que requieran una asistencia especial son limitadas. Debe informarse con antelación a la compañía de vuelo sobre las necesidades del paciente para que pueda proveerle de la ayuda necesaria y adecuada. Pero lo más importante es que es necesario comprobar que la solicitud de asistencia figura en la reserva del billete. También es importante solicitar un seguro de viaje y facturar con tiempo, ya que estas personas deben embarcar antes que el resto del pasaje.
Viajar con la medicación
Antes de emprender el viaje debemos de asegurarnos de llevar con nosotros la cantidad de medicación necesaria para la estancia. También nos aseguraremos de que ésta va a guardarse a una temperatura adecuada (si la medicación debe de guardarse en un lugar fresco, deberemos de hablar primero con el lugar donde nos alojaremos para preguntarle sobre la posibilidad de utilizar un frigorífico), y que se lleva en el equipaje de mano.
Por ello, es importante pedir un certificado médico con antelación, por si en el aeropuerto fuera solicitado, y una receta médica, por si la medicación se extraviase durante el viaje.
¿Ropa de verano o de invierno?
Resulta una obviedad comentar este hecho, pero no va a ser la primera persona ni la última que meta en su maleta ropa de abrigo para viajar a un lugar cálido o viceversa. Y todo ello porque su ropa está en consonancia con el clima de su lugar de residencia…
Guardando todas estas normas, sólo nos queda desearos... ¡buen viaje!