Volver a la rutina después de las vacaciones muy a menudo resulta una difícil tarea para la mayoría de nosotros, sobre todo en lo que se refiere la vuelta al trabajo. Pero para los más impertérritos y ocurrentes la oficina puede dejar de ser un lugar hostil y convertirse en un apasionante circuito de carreras.
Y es que el sitio más aburrido de la tierra, con un poco de imaginación, logra alcanzar unas connotaciones muy diferentes. Así debieron de pensar los japoneses: que la actividad que ya se practicaba de manera fortuita y clandestina en las oficinas de medio mundo no poseía la relevancia suficiente, lo que les llevó a organizar una competición en toda regla con sus variadas modalidades: normal, uno contra uno, relevos, bajada libre, prueba giratoria, y de este modo dotarla de la importancia que merece.
Tal ha sido la aceptación que ha tenido entre el público y los turistas, que lo que en sus inicios pudo ser un espectáculo gracioso ha hecho crecer el evento hasta hacerse presente en otros tantos países: Suiza, Alemania, Estados Unidos, Australia, incluso una conocida compañía telefónica organizó en España una de estas competiciones con la intención de darse a conocer.
En Taiwán, los participantes, equipados con sillas, del tipo que sean, se presentan a centenares, disfrazados del modo más peculiar que hayan encontrado, para demostrar su habilidad "al volante". Con cascos y otras protecciones se lanzan, valientes, a un recorrido inextricable en el que van a encontrar numerosos obstáculos (escalones, baches, rampas), que dotan de mayor interés, si cabe, a la atracción. De esta manera, en Taiwán, ambiciosos como nadie, aguardan pacientes a que se convierta en tradición para después enviar a los mejores a competir a Japón, país inventor del juego.
Esguinces, torceduras de ligamentos, rasguños en codos y rodillas, tortícolis son algunos de los efectos secundarios protagonistas, que seguro merecen la pena siempre que se arranque la sonrisa o las carcajadas del público (ajeno al dolor), como en los mejores tiempos de Humor Amarillo. Japón ha sido capaz de crear un deporte al que cualquiera puede acceder, sin requisitos previos.
Para futuros participantes, las recomendaciones básicamente pasan por adquirir las protecciones pertinentes, así como la silla más resistente del mercado, teniendo en cuenta, claro está, que es muy posible que la garantía, por amplia que sea, no cubra ciertos desperfectos ocasionados por el uso que se la pueda dar fuera del lugar de trabajo.