El pasado mes de enero la población de la Unión Europea (UE) era de 511,8 millones. Un año antes, enero de 2016, los ciudadanos europeos eran 510,3.
La diferencia de población (+ 3%) radica en la inmigración, ya que durante 2016 se registraron tantos nacimientos como muertes en la UE (5,1 millones). Así pues, el aumento de población -con 1,5 millones de habitantes más- se debió exclusivamente a la inmigración.
Según las cifras publicadas por Eurostat, la oficina estadística de la Unión, Alemania es el Estado más poblado de la UE, con más de 82,8 millones de habitantes (el 16,2% de la población total de la UE a 1 de enero de 2017), delante de Francia (67,0 millones, el 13,1%), Reino Unido (65,8 millones, el 12,9% ), Italia (60,6 millones, o 11,8%), España (46,5 millones, o 9,1%) y Polonia (38,0 millones, o 7,4%).
Para los restantes Estados miembros, nueve tienen una cuota de entre el 4% y el 1,5% de la población de la UE y trece una parte por debajo del 1,5%.
Eurostat certifica el aumento de la población en 18 estados miembros. En 10 de ellos la población mermó. El mayor aumento relativo se observó en Luxemburgo (+19,8 por cada 1000 habitantes), delante de Suecia (+ 14,5%), Malta (+ 13,8%), Irlanda (+ 10,6%), Austria (+ 9,5%), Alemania y Chipre (+7,6%), Dinamarca (+ 7,2%), Reino Unido (+ 6,5%) y Países Bajos (+ 6,0%). Con crecimientos más moderados se encuentran Bélgica (+ 4,8), Francia (+4), Finlandia (+2,9), República Checa (+2,4), España (+1,9), Eslovenia (+0,8) y Polonia (+0,2). Por el contrario, la mayor disminución se registró en Lituania (-14,2%), seguida de Letonia (-9,6%), Croacia (-8,7%), Bulgaria (-7,3%) y Rumania (-6,2%).
Durante el año pasado, nacieron 5,11 millones de bebés en la UE, 11.000 más que el año anterior. En Europa, las tasas de natalidad más altas en 2016 se registraron en Irlanda (13,5 por 1 000 habitantes), Suecia y Reino Unido (11,8%) y Francia (11,7%), mientras que las más bajas se registraron en los Estados miembros del Sur: Italia (7,8%), Portugal (8,4%), Grecia (8,6%), España (8,7%), Croacia (9,0%) y Bulgaria (9,1%). A nivel de la UE, la tasa bruta de natalidad era de 10 por cada 1.000 habitantes.
Mientras tanto, 5,13 millones de muertes se registraron en la UE en 2016, casi 91.000 menos que el año anterior. Irlanda y Chipre (6,4 por cada 1.000 habitantes), así como Luxemburgo (6,8%) tuvieron en 2016 la tasa de mortalidad más baja, seguida por Malta (7,6%), Holanda (8,7%), España y Francia (8,8% ). En el extremo opuesto de la escala, Bulgaria (15,1%), Letonia (14,6%), Lituania (14,3%), Rumania y Hungría (ambos 13%) registraron el nivel más alto. La tasa bruta de mortalidad fue de 10 por 1 000 habitantes en la UE.
El crecimiento vegetativo en la Unión Europea fue nulo en 2016, un decrecimiento del 16.000 personas y una tasa de crecimiento natural de 0,0. Las tasas de natalidad y de mortalidad fueron el pasado de año de 10 por 1000 habitantes.
El Estado europeo donde los nacimientos superaron en número a las muertes en 2016 fue Irlanda (con un cambio natural de su población de + 7,1%), por delante de Chipre (+ 4,7%), Luxemburgo (+ 3,6%), Suecia y Reino Unido (ambos + 2,7%) y Malta (+ 2,6%).
Por el contrario, entre los 13 Estados miembros de la UE que registraron un cambio natural negativo en 2016, las muertes superaron a los nacimientos en Bulgaria (-6,0%), seguido por Lituania (-3,7%), Rumania (-3,5%), Croacia y Letonia (-3,4%) y Hungría (-3,2%).
Primer aumento de población en España desde hace cinco años
Por otro lado, la población de España aumentó en 2016 por primera vez después de disminuir durante cinco años, gracias al aumento de la inmigración, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La población creció en 88.867 personas, un 0,19%, durante el año pasado, con lo que ya viven en España 46,53 millones de personas. Esta cifra supone el primer crecimiento en términos anuales desde 2011.
El aumento se debe principalmente a un saldo migratorio positivo, es decir, a que entraron al país más personas de las que lo abandonaron, tanto de nacionalidad española como extranjera. Durante el pasado año, 417.033 personas llegaron a España (un 21,9 % más) mientras que 327.906 salieron (un 4,6 % menos), según el INE.
Las dos nacionalidades de las que más aumentó el saldo migratorio son Colombia y Venezuela. Del primer país, llegaron 16.808 más de los que se fueron, y del segundo, 16.269. En términos totales, al 1 de enero de 2017 había 139.213 colombianos viviendo en el país, por lo que es la octava nacionalidad extranjera más común en España. La mayoría de extranjeros viviendo en el país, en números totales, siguen siendo los rumanos y marroquíes, ya que hay casi 700.000 habitantes de cada uno de esos países.
La emigración de personas que se van de España también descendió durante 2016. La salida de españoles al extranjero se redujo un 9%, ya que se fueron 86.112 habitantes. Los retornos fueron 62.576, lo que significa que volvieron al país un 20,1% más que en 2015.
En cuanto a población extranjera, dejaron el país 241.795 personas en 2016, un 3% menos que un año antes. Al mismo tiempo, llegaron a vivir a España 354.461 nuevos ciudadanos de otros países, lo que significa que por segundo año consecutivo llegaron más de los que se fueron.
La población de España también ha crecido gracias a que las defunciones han sido pocas con respecto a los nacimientos. En 2016, murieron 259 personas más de las que nacieron, por lo que el saldo se considera casi nulo. Las únicas comunidades en las que decreció la población fueron Castilla y León, Galicia, Castilla-La Mancha, Extremadura, Principado de Asturias, Aragón, Cantabria y La Rioja.
Durante 2016 fallecieron en España 409.099 personas, lo que supuso un 3,2% menos que en el año anterior. Pese a este descenso en la mortalidad, el saldo vegetativo de la población sigue siendo negativo, como ocurre desde 2015. El último año nacieron 408.384 bebés.
En 2016 hubo 11.906 nacimientos menos que el año anterior, una caída del 2,8%. Desde 2008, cuando nacieron 519.779 niños (el máximo en 30 años), los nacimientos se han reducido en un 21,4%.