El Reino Unido ha vivido su primer día entero sin quemar carbón para generar electricidad. Considerado como uno de los principales causantes de la aceleración del cambio climático, y aunque no sea el final de esta fuente de energía, los activistas por el medio ambiente han coincidido en celebrarlo como un momento histórico.
En 1952, las fábricas de carbón y las centrales eléctricas de Londres arrojaron una niebla tan espesa sobre la capital británica que terminó matando a hasta 4.000 personas. El primer generador de carbón centralizado del mundo se abrió en el viaducto de Holborn en Londres en 1882. 135 años después, Gran Bretaña es la primera de las grandes economías en eliminar esta fuente de energia de forma paulatina.
El uso del carbón se desploma históricamente en la primavera. El clima es más cálido y reduce la necesidad de calefacción de interiores. El carbón a veces ha representado menos del uno por ciento de la mezcla, e incluso cero durante más de 12 horas en 2016. Pero nunca ha permanecido en cero durante 24 horas antes. No se trata, sin embargo, de un episodio aislado, aseguran los expertos, sino que es parte de una tendencia clara. Ya ha habido otros episodios sin carbón, aunque más cortos, en el último año, y todo indica que jornadas de 24 horas sin consumo de carbón se van a repetir cada vez con mayor frecuencia.
El abandono del uso del carbón por parte de los británicos refleja una tendencia mundial de los países en luchar por reducir sus huellas de carbono, impulsado en parte por el Acuerdo de París de 195 países. En noviembre, Canadá anunció planes para poner fin al uso del carbón para en 2030. En enero, China cancelaba 103 nuevas centrales eléctricas de carbón y, en febrero, Dinamarca generó suficiente energía eólica para alimentar a todo el país durante un día.
Los Estados Unidos, por el contrario, se han movido para revivir el uso del carbón. El presidente Donald Trump firmó el pasado mes de marzo una orden ejecutiva para que la Agencia de Protección Ambiental reescriba una regla de la era Obama que limita las emisiones de las plantas de carbón.
El deshacerse de forma paulatina del carbón no ha librado, sin embargo, a Gran Bretaña de sus problemas de calidad del aire. En enero, la calidad del aire en Londres alcanzó niveles peores que Beijing. El uso de energía renovable, sin embargo, se ha ampliado de manera enorme en los últimos años y los ingleses son ahora líderes mundiales en energía eólica marina. Y el mes pasado, la gran extensión de campos solares y paneles solares del país alcanzaron un hito cuando la cantidad de electricidad demandada por los hogares y negocios era más baja por la tarde que por la noche.