El padrón de la capital registra 1.682 habitantes menos en un año hasta quedar en 302.884.
Hay barrios de Valladolid, capital de Castilla y León, en los que es más difícil cruzarse con un niño que con un anciano de 90 años. Distritos en los que hay más cachavas que carricoches. En Valladolid hay 76.031 residentes de más de 65 años, el 25,1 % de la población total (302.884 habitantes). En la zona del Hospital, por ejemplo (en el entorno de Santa Clara y la avenida de Palencia) residen 165 peques con menos de cinco años y están empadronados 245 que superan los 90. Y algo parecido ocurre en el barrio de Cuatro de Marzo. La capital envejece y la población infantil (aquellos que aún no han cumplido los diez años) mantiene a duras penas su peso en el padrón. Lo refrendan los últimos datos, actualizados a 1 de enero de este mismo año y publicados por el Ayuntamiento de Valladolid.
La ciudad tiene 23.859 habitantes entre los cero y los nueve años. Una cifra casi calcada (23.532) a la de los residentes que ya están por encima de los 80. Si hacemos una comparativa con la pirámide de población de hace un decenio, a 1 de enero de 2008, la capital ha perdido población en todos los tramos de edad, excepto en el de la de aquellos que ya sobrepasan los 65 años (que ha subido en 16.315 personas).
La situación es especialmente sangrante en el segmento comprendido entre los 20 y 34 años, donde la pérdida de población se ha cifrado en 26.696 residentes. Una barbaridad, si tenemos en cuenta que este grupo es el más atractivo demográficamente por las tasas de fecundidad y por su contribución a la garantía de relevo generacional. ¿Dónde están estos jóvenes? Los hay que, claro han saltado al siguiente escalón (el de edades comprendidas entre los 35 y los 49), pero muchos han salido fuera, a otras ciudades como Madrid o a pueblos del entorno (Arroyo, Laguna, Zaratán o La Cistérniga han incrementado sus cifras en estos años).
En todo caso, el dato es importante porque cada vez nacen menos niños en la capital castellanoleonesa. Los alumbramientos registrados en los últimos años (desde 2012) están por debajo de las cifras de hace dos decenios. En 2015, el último año con cifras cerradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de nacimientos fue de 2.238, lejos del pico de 2.789 alcanzado en el 2008, cuando la ciudad vivió un repunte de la natalidad vinculado con dos fenómenos.
El primero de ellos fue de la generación del ‘baby boom’, los bebés que nacieron en aquella explosión demográfica de mediados de los años 70, empezaron a tener descendencia. Y eso hinchaba las cifras de nacimientos. El segundo fenómeno estuvo vinculado con la inmigración. La llegada de extranjeros alcanzó sus cifras más altas en esos años de bonanza económica. En su mayor parte se trataba de población joven con altas tasas de fecundidad. En la actualidad, residen en Valladolid 14.219 extranjeros (en 4,7 % de la población).
El paulatino agotamiento de ambos fenómenos ha reducido el número de nacimientos… y eso es algo que tiene su traducción en la letra pequeña del padrón. En la capital residen 12.869 niños de entre 5 y 9 años. La cifra cae hasta los 10.990 (el 17% menos) cuando nos fijamos entre los menores de 5 años. Este retroceso de la natalidad es especialmente significativo en barrios como Parquesol (-34,4 %) y sobre todo los distritos de la zona sur. En Covaresa, Parque Alameda y Las Villas viven 1.451 niños de entre 5 y 9 años… y hay 959 peques de entre cero y cuatro. O sea, una diferencia del 51,3 %, lo que subraya el perfil de población de estos barrios del sur, que dispararon su población a principios de este siglo con familias jóvenes que, cada vez, por su edad, tienen menos niños.
Y eso que la maternidad llega cada vez más tarde. Durante 2015 (último ejercicio con cifras cerradas), el mayor número de partos se produjo entre mujeres que tenían 36 años (198), seguido de las que tenían 35 (189) o 34 años (184). De hecho, hubo más parturientas entre los 37 y los 40 años (539) que entre los 30 y los 33 años (503). Y hubo una mujer de 48 años que dio a luz en Valladolid. En 2008, el mayor número de partos se dio entre mujeres de 34 años. En 1996, entre las de 30.
Los más envejecidos
Pero todo esto sufre un viraje, pega una vuelta, precisamente en aquellos barrios en expansión. Es verdad que la crisis del ladrillo no da muchas alegrías constructivas, pero hay zonas que sí han notado un despegue demográfico con la llegada de nuevos residentes. Es el caso del barrio de Pilarica (que aprovecha el tirón de Los Santos), el polígono de Argales (con el incremento de Arcas Reales) o Girón (con el auge de Villa del Prado), barrio este último que se ha convertido, junto a Las Flores, en el distrito con más niños.
En todas estas zonas (al contrario de lo que ocurre en la mayor parte de la ciudad) es superior el número de menores de 5 años que los tiene su traducción en determinadas políticas, como las educativas, con colegios como el Antonio Machado (junto a los Santos Pilarica) que ha reverdecido en las aulas. De estar a punto de cerrar por la falta de alumnos ha pasado a una creciente matriculación de estudiantes.
De forma paralela, claro, habría que ver qué es lo que ocurre en el otro extremo de la pirámide de población, con barrios que registran un padrón cada vez más envejecido. En el barrio de Cuatro de Marzo, por ejemplo, hay 612 vecinos (sobre un total de 3.539) que ya rebasan los 80 años. El 17% de sus residentes son de octogenarios parar arriba. Es, sin duda, el barrio más envejecido de la ciudad. Pero también merece la pena subrayar el 13 % de mayores de 80 años que viven en San Juan, Santa Clara y las partes de Huerta del Rey y el Paseo Zorrilla más cercanas al centro.