Cuando ya se ha superado la mitad de la temporada regular en la NBA, somos testigos de lo que viene siendo una constancia en los últimos tiempos: Golden State Warriors (40-7) manda en el Oeste; y Cleveland Cavaliers (31-14), en el Este.
Todo parece indicar que por primera vez en la historia los dos mismos equipos jugarán la final del campeonato. De momento Cleveland no tiene rival en su conferencia y Golden State se encuentra en la misma situación en la suya. Pero la competición es muy larga y pueden darse contratiempos en forma de lesiones que provoquen sorpresas.
Pese a que los de Oakland de seguro acabarán con más derrotas que el curso pasado, la incorporación de Durant les otorga una condición de equipo inigualable en cuanto a talento. Solo desgracias en forma de lesiones o una extrema relajación pueden hacer que los pupilos de Kerr no lideren su conferencia y lleguen otra vez a la final.
Al otro lado, Cleveland vive una de sus peores rachas en los últimos tiempos (4-6) y sufren más de lo que deberían fuera de casa (11-9). Pero los eternos aspirantes a arrebatarles la corona, los Raptors, no son capaces de ganar cuando los de Ohio muestran su peor versión y esto les impide encaramarse a la primera plaza. A los actuales campeones ha llegado Kyle Korver, un gran tirador exterior. Este tipo de piezas le encanta a LeBron, que necesita de amenaza desde fuera para exprimir más y mejor su juego en la pintura y le viene muy bien para repartir juego.
Esta temporada Kevin Love ha mejorado bastante su nivel y parece que sus problemas físicos se han mitigado. Irving toma el liderazgo anotador en numerosos encuentros y ha dado un paso al frente desde la final del año pasado. Con todo, se espera que Cleveland se mantenga primero en el Este sin demasiada brillantez y que sea en las eliminatorias por el título donde muestre su versión más competitiva, ya con Korver acoplado a la perfección a los automatismos del equipo.
Conferencia Este
Toronto Raptors (29-18) está viendo cómo Boston Celtics (29-18) se postula para pelearle la segunda plaza gracias al magnífico estado de forma de Isaiah Thomas (29 puntos por partido) y a la intensidad que siempre muestran sus compañeros, pese a que en la presente temporada están encajando más puntos de lo esperado.
Cuando falta Avery Bradley el equipo lo acusa en defensa (reciben más de 112 puntos por encuentro). Además, la incorporación de Al Horford supone mejorar de manera considerable el puesto de pívot y hace de los de Massachusetts un equipo mucho más completo capaz de vencer a cualquiera. En los canadienses todo parece seguir igual que en los dos últimos años: DeRozan y Lowry liderando y el resto del equipo cumpliendo con su papel sin ofrecer prestaciones extras que permitirían proporcionar un salto de calidad al equipo y e intentar mirar a los ojos a los ‘Cavs’. De momento estos tres equipos son los que se han mostrado más fuertes y regulares.
Atlanta Hawks (27-20), que se ha mantenido entre los mejores durante los últimos años y que ahora es cuarto, ha sufrido rachas negativas que le han sacado de los ocho primeros clasificados. Los georgianos han perdido a casi todo su quinteto y solo mantienen a Paul Millsap si atendemos al último lustro. Precisamente los de Budenholzer ven amenazado su cuarto puesto por los Wizards y no dan muestras de hacer algo grande. Teague, Sefolosha, Korver y Horford ya no están y sus sustitutos no han logrado formar un equipo tan compenetrado como el que logró jugar la final de conferencia en 2015.
Los Washington Wizards (26-20) han resurgido con fuerza después de un inicio muy malo y no se descartan para dar caza a Celtics y Raptors. El gran estado de forma de John Wall, acompañado de su escudero Bradley Beal, hace que la mayoría de los últimos partidos se cuenten por victorias. Un pívot decente como Gortat, un cuatro talentoso como Markieff Morris y un alero como Otto Porter Jr., que acredita el mejor porcentaje de acierto en triples de la NBA, forman un quinteto de garantías. El problema de los capitalinos, como ya dijo su center polaco, es que no tienen apenas banquillo y la temporada se les puede hacer muy larga.
Detrás de ellos media docena de franquicias han fluctuado de unos puestos a otros entrando y saliendo de zona de playoffs. Indiana Pacers (24-22) está siendo una de las decepciones de la liga. Un quinteto formado por Jeff Teague, Monta Ellis, Paul George, Thaddeus Young y Myles Turner debería aspirar a lo máximo y prácticamente ganan lo mismo que pierden. Además, CJ Miles y Al Jefferson son dos importantes activos desde el banquillo, por lo que los de McMillan tienen todos los ingredientes para gana muchos encuentros.
Pero precisamente la mano del entrenador no influye de forma positiva y un jugador de la talla de Monta Ellis (ahora suplente) se ha visto reducido a casi nada de forma paulatina. Desde que cambió de costa sus entrenadores (antes Vogel) cortaron las alas a su explosividad y creatividad y hoy en día su importancia ha descendido sobremanera. Si a esto sumamos que George no ofrece su mejor versión y que Turner se ha estancado un poco, comprenderemos por qué los Pacers no están cumpliendo con las expectativas.
Los Charlotte Hornets (23-25) de Kemba Walker (por primera vez All-Star) se han ido desinflando a medida que avanzaba el curso. Aparte de Walker y Batum, a los Hornets les hace falta otro anotador que sea capaz de decidir partidos igualados, ya que los de Carolina del Norte tienen potencial para estar en positivo.
Por su parte, Chicago Bulls (23-25) no ha sido capaz de coronar el proyecto que comenzó hace un lustro y encima ha perdido prestaciones. Butler solo se puede apoyar en el veterano Wade para sacar adelante los compromisos. Jugadores como Mirotic, Rondo o Carter-Williams están ofreciendo unas prestaciones muy por debajo de sus estatus y los de Illinois no albergan más esperanzas que la de colarse en primera ronda y esperar acontecimientos.
Milwaukee Bucks (21-26) está experimentando la explosión total de Antetokounmpo y la confirmación de Jabari Parker después de haber superado sus lesiones. Da la impresión de que el rendimiento de los de Wisconsin sería mayor si Greg Monroe pasara más minutos en pista. El pívot es el líder indiscutible entre los reservas y una mayor utilización (solo está participando 21 minutos por partido) repercutiría en el devenir de estos Bucks.
Detroit Pistons (21-26) cuenta con un quinteto completo y aseado pero carecen de un líder natural. Este podría ser Drummond, pero el center neoyorquino no ha demostrado ser más que una fuerza de la naturaleza y no posee calidad suficiente para anotar como otros grandes de la liga (de hecho es el cuarto de su equipo en anotación). La reconstrucción tendrá que seguir un año más si quieren mejorar.
No es el mismo caso que el de los New York Knicks (21-27), que tienen entre sus filas a tres grandes jugadores como Carmelo Anthony, Kristaps Porzingis y Derrick Rose. Tiene una interesante rotación interior (Noah, O’Quinn y Hernangómez), pero el equipo en general no funciona. Carmelo atesora una calidad innegable pero en los 13 años que lleva en la NBA nunca ha liderado un proyecto ganador. Porzingis estaba siendo una de las sensaciones de la liga pero una lesión ha cortado su progresión y Rose nunca volverá a ser el que fue, pese a que sigue siendo un base anotador de gran talla. Es patente que falta circulación de balón (Carmelo y Rose acaparan mucho balón) y que, aunque al final se metan en playoffs, será el enésimo fracaso de los de la Gran Manzana.
De los que forman el vagón de cola, los Philadelphia 76ers son la mejor noticia. Después de haber sido el peor equipo del campeonato el pasado año, ahora se encuentran en un momento dulce y sueñan con alcanzar la zona que da acceso a las eliminatorias por el título. La esperada irrupción de Joel Embiid tiene mucho que ver. El pívot está siendo dosificado tanto en minutos como en partidos (se ha perdido 14 de 44) y promedia casi 20 puntos en 25 minutos desplegando todas sus cualidades. Embiid es tan versátil que postea, rebotea, anota desde fuera y sube el balón.
Solo el tiempo nos dirá de qué es capaz el joven center nacido en Camerún, pero todo indica que será uno de los megacracks de la next generation. Pero en los últimos tiempos los sixers están ganado partidos sin su estrella en cancha, lo que otorga un mérito indiscutible a su técnico Brett Brown, ya que el equipo no tiene grandes mimbres. Si tienen paciencia y hacen buenos movimientos en el mercado en los años venideros, los de Pennsylvania pueden construir un equipo ganador alrededor de Embiid, pero este año parece difícil que lleguen hasta la octava plaza.
Otro hecho inesperado es que Miami Heat ostenta la mejor racha del momento con 7 partidos ganados de forma consecutiva con víctimas como Warriors y Rockets. Entre los de Florida solo Dragic y Whiteside son destacables, pero a ellos se ha sumado la figura de Dion Waiters en los últimos partidos. El díscolo escolta siempre ha dejado claro que calidad tiene y no así inteligencia suficiente ni regularidad. Waiters puede ser el tercer puntal para una remontada aunque parece que la magnífica racha quedará en una anécdota.
Conferencia Oeste
Como cada año desde hace casi dos décadas, los San Antonio Spurs (36-10) son un equipo temible y fiable, muy bien llevados desde fuera por el carismático Popovich y desde dentro por un cada vez mejor jugador Kawahi Leonard. El alero angelino no cesa de evolucionar y ha dejado a un lado su natural timidez para convertirse en una estrella en silencio. Leonard lo tiene todo para liderar al equipo más regular del deporte internacional de los últimos 20 años. Quizás lo único que debe mejorar es el pase, ya que cuanto más se centren en él los rivales, más espacio tendrán sus compañeros. Lo hará, porque si por algo se caracteriza es por su inteligencia.
Pero no está solo. Lamarcus Aldridge figura como segundo de abordo y su aportación no es desdeñable. Pese a que ha reducido su protagonismo respecto al que asumía en Portland, se antoja indispensable en el entramado de los texanos. Desde hace mucho los Spurs se han caracterizado por ser un equipo coral más allá de sus puntas de lanza. Los veteranos Pau Gasol y Tony Parker completan la alineación titular junto con el gran defensor y tirador Danny Green. Gasol y Parker están cumpliendo aunque se espera de ellos una producción más prolífica cuando lleguen los tiempos de playoff.
Desde el banco Mills, Ginobili (a sus 39 años) y David Lee llevan la batuta de una escuadra que funciona con una precisión envidiable. Popovich sabe dosificar a sus hombres más veteranos y si estos incrementan su rendimiento acorde con su participación, San Antonio será el principal candidato a enfrentarse a los Warriors en la final del Oeste.
Tras la estela de los Spurs están otros texanos: los Houston Rockets (35-15). Se trata de una de las sorpresas de la temporada, sin embargo en las últimas jornadas han caído de manera considerable (racha de 4-6). La fórmula de D’Antoni ha encajado a la perfección como ya lo hiciera en Phoenix (los Suns eran más equipo). Comandados por el mejor Harden jamás visto, el ritmo frenético agotando lo mínimo de cada posesión y tirando casi lo mismo de tres que de dos está dando buenos resultados. ‘La barba’ ha encontrado su estilo idóneo y no solo se limita a anotar, sino que ha conseguido algo hasta ahora impensable: ser el máximo asistente de la liga.
Con tiradores como Anderson, Gordon y otros que lo son menos pero que también se atreven desde la larga distancia como Ariza, Beverly o el emergente Dekker, los Rockets se han convertido en unos bombarderos a los que habrá que anotar muchos puntos si quieres batirlos. Capela, Harrell y Nene componen un más que aceptable trío interior, pero la tendencia al smallball hace que no se mantengan mucho tiempo en pista. Por lo tanto, se trata de un equipo que abandona su suerte casi por completo al acierto exterior que tengan en cada partido. Y esto es muy arriesgado, ya que permite que sean capaces de lo peor y de lo mejor.
Lo de Los Ángeles Clippers (30-18) parece una maldición. Si ya el curso anterior Blake Griffin tuvo diversos problemas físicos que le impidieron disputar la segunda parte de la temporada, este año se repite la situación con el ala-pívot de Oklahoma (ya se ha perdido 20 partidos) y Chris Paul no termina de coger continuidad (11 ausencias). DeAndre Jordan y JJ Redick han dado un paso adelante, pero no pueden suplir las prestaciones que ofrecen las dos estrellas de los californianos. Hasta que no estén todos sus componentes disponibles y de manera constante no se podrá valorar a este equipo que está llamado a luchar con los grandes y que año tras año se queda con las ganas de competir a tope y de ofrecer lo que todos esperan de ellos.
Pisándoles los talones está otra de las revelaciones de la liga: Utah Jazz (30-19). Su defensa es la mejor del campeonato de lejos y en ello basan sus éxitos. La irrupción de Rudy Gobert les ha hecho dar ese paso adelante para ser un equipo a tener en cuenta. El francés intimida y rebotea como pocos y el resto de la plantilla funciona como un pegamento de gran fijación para dificultar al máximo las canastas contrarias. En ataque es Hayward quien lleva la voz cantante y el buen rumbo del equipo le ha llevado al All-Star. Año a año van creciendo y el fichaje de George Hill les ha venido muy bien. Si aumentan su anotación mediante hombres como Favors o Joe Johnson, pueden llegar muy lejos y dar alguna sorpresa en playoffs.
Los Oklahoma City Thunder (28-19) también están sorprendiendo gratamente. La marcha de Durant dejaba solo ante el peligro a Westbrook y el base ha respondido al desafío de manera impecable. No solo está promediando un triple-doble, sino que además está llevando a su equipo a un récord ganador. La mezcla en el backcourt con Oladipo no prometía mucho porque se trata de dos jugadores que acaparan mucho balón, pero el resultado no está siendo del todo malo.
Más allá de la confirmación de Adams y la calidad ofensiva de Kanter desde el banquillo, Westbrook está muy solo y está realizando una proeza. Aunque empezó con buenos porcentajes de acierto, ahora se encuentra en un 42%, por lo que quizás debería involucrar más a sus compañeros y no gastar tantos tiros. Los playoffs los tienen asegurados (salvo lesión de Russell), pero ir más allá de primera ronda sería una gran sorpresa.
Memphis Grizzlies (28-21) es otro de los equipos serios que se mantiene regular. Con Marc Gasol ofreciendo la mejor versión de su carrera y Mike Conley sano, los de Tennessee pueden optar a ganar a cualquiera porque siguen siendo muy incómodos para los rivales. Su sistema defensivo sigue siendo uno de los mejores y el rendimiento de jugadores a priori marginales (JaMychal Green, James Ennis o Andrew Harrison) está siendo muy elevado.
Para optar a estar más arriba deben mejorar en ataque, como les pasa a los Jazz. Aunque el margen de mejora sea estrecho, bastante bien exprime sus recursos Fizdale, una mayor utilización de Randolph (solo disputa 24 minutos por encuentro) y sobre todo que Parsons lleve a cabo actuaciones acordes a su caché (este año está cobrando más de 22 millones de dólares y promediando 6’7 puntos por partido) harían incrementar sus aspiraciones. La nueva versión de Gasol jugando desde la cabeza de la bombilla distribuyendo juego y lanzando desde fuera le viene muy bien al equipo, pero también lastra opciones de rebote ofensivo y da la sensación de que se desaprovecha la habilidad del pívot catalán a la hora de postear.
Octava plaza muy barata
Las siete franquicias arriba mencionadas entrarán casi con total seguridad en las eliminatorias por el título salvo desplome catastrófico debido a lesiones importantes. Pero el octavo en discordia puede ser casi cualquiera. Nunca acceder a playoffs en el oeste había estado tan barato. Durante los últimos años todos lo que se enfrentaban en las eliminatorias habían conseguido un récord positivo, pero este año parece que nadie quiere emparejarse con los temibles Warriors.
En estos momentos son los Denver Nuggets (21-25) los octavos y da la sensación de ser el equipo que más opciones tiene. Los de Colorado siguen siendo muy corales, con varios jugadores de buen nivel que permiten que la anotación esté muy repartida. Este hecho también supone contar con un buen banquillo y afrontar la temporada sin cargar de minutos en exceso a sus titulares.
Pero la mejor noticia es la aparición de Nikola Jokic. El pívot serbio apunta a estrella y en este mes de enero está encadenando exhibición tras exhibición. Anota, rebotea y asiste con una facilidad pasmosa y no le tiembla el pulso. Todavía tiene 21 años pero los Nuggets ya tienen a ese go-to-guy que tanto han echado en falta desde que se fue Carmelo.
El punto débil de Denver es la defensa (reciben 111 puntos por partido) y si logran progresar en este aspecto acabarán metiéndose en playoffs. Parece que su principal competidor será Portland Trail Blazers (21-27) por el solo hecho de contar con Lillard y McCollum. En cuanto uno de estos jugadores no esté en el nivel excelso al que nos tienen acostumbrados, los Blazers tienen muchos problemas para ganar. La aportación de Allen Crabbe es de lo poco que llevarse a la boca cuando juega la segunda unidad. Lillard debe mejorar su acierto de tres y ejercer más de base director si quiere que su equipo gane la batalla a los Nuggets.
Pero si estos dos equipos fallan cualquiera (excepto Mavericks, Lakers y Suns), puede colarse. Sacramento Kings (19-28) y New Orleans Pelicans (19-28) están a tiro de piedra, pero dependen en demasía de DeMarcus Cousins y Anthony Davis respectivamente. Seguramente se trate de los dos mejores hombres altos del momento, pero en los californianos la baja por lo que resta de temporada de Rudy Gay puede hacerse notar, aunque esto influya para que el equipo se implique más en defensa. Para los de Luisiana las lesiones llevan siendo un problema mucho tiempo y rara vez pueden contar con todos sus jugadores importantes durante una larga racha.
Por último, incluso los Minnesota Timberwolves (18-29) tendrán opciones si confirman las buenas sensaciones que están transmitiendo en este mes. El equipo siempre ha dado un buen nivel ofensivo pero parecía no saber ganar. De hecho han sido numerosos los encuentros que han caído por poca diferencia. Ahora parece que le han cogido el gusto a sumar victorias y su continuidad dependerá de la regularidad de sus titulares pero también de una mayor contribución del banquillo.
El quinteto de los Wolves es uno de los mejores y más atractivos del campeonato, pero a veces su juventud es su peor enemigo. A medida que vayan madurando LaVine, Wiggins y Towns, sus tomas de decisiones serán más adecuadas y conformarán un quinteto temible dirigido por Ricky Rubio, que se debe centrar en repartir juego, robar balones y meter los tiros en los que esté solo y completado con el senegalés Gorgui Dieng. Quizás la solución sería desprenderse de LaVine o Wiggins para hacerse con los servicios de dos jugadores exteriores de buen nivel y tener recursos entre los reservas, ya que, de momento, Kris Dunn está decepcionando por completo. Asimismo, deberán mejorar mucho atrás si quieren meterse en playoffs.