El Día de Muertos de México es una celebración única en el mundo. Se trata de una festividad que mezcla su antepasado azteca con tradiciones cristianas de la influencia colonial española y que hoy se ha convertido en un ritual cargado de color y simbolismo que traspasa fronteras y llega incluso a la moda y otras fiestas populares. Las catrinas, símbolo por excelencia de esta celebración, se han convertido en objeto de culto en numerosos lugares del mundo y sirven como disfraz para celebrar este día en numerosos países, entre ellos España. Se trata de una cara pintada que asemeja una calavera y se decora con flores de vivos colores.
Las calaveras
A diferencia de otros lugares (donde están asociados al miedo) los cráneos tienen un significado positivo en México durante el Día de Muertos, ya que en la cultura maya suponían una especie de renacimiento. De hecho, estos símbolos se venden hoy en día como dulces y también rellenos de chocolate. Las calaveritas de azúcar tienen sus raíces en el tzompantli, un altar utilizado por los pueblos mesoamericanos. Sobre él, se colocaba una hilera de cráneos perforados de quienes habían sido sacrificados en honor a los dioses. Tras la llegada de los españoles y con la incorporación del Día de todos los Santos en el calendario, se introdujo una técnica para elaborarlos como dulces, el alfeñique, una especie de caramelo o confitura con base en azúcar de caña que forma una pasta moldeable. Los estados que acogieron esta forma gastronómica fueron Guanajuato, Morelos y el Estado de México. En otros lugares como Aguascalientes tiene lugar una de las fiestas más importantes de estos días: el Festival de las Calaveras, que se celebra este año del 28 de octubre al 6 de noviembre. Además de los desfiles, conciertos, espectáculos y otras numerosas actividades previstas en la ciudad, puedes conocer el Museo Nacional de la Muerte, que guarda una colección de más de 2.000 exhibiciones relacionadas con el tema.
Las flores
Las flores también tienen una importancia simbólica. Muchos diseños de las calaveras aparecen rodeados de flores, sobre todo la cempasúchil, una especie de caléndula de color amarillo que se conoce como la flor de los muertos. En la creencia azteca, la caléndula tenía propiedades espirituales porque se pensaba que ayudaba a guiar las almas de los difuntos. En lugares como Tuxtepec, Oaxaca, las flores tienen mucha presencia en sus famosos altares con tapetes de aserrín. Con precisión milimétrica, comienzan a elaborarse desde días antes para que queden listos las noches del 1 y 2 de noviembre. En Quintana Roo, el Día de Muertos se celebra quitándole el protagonismo al sol y la playa. Allí los niños se encargan de decorar los altares con las flores.
El resultado: la catrina
Con la combinación de las calaveras y las flores se da lugar a este personaje tan característico que es hoy un símbolo en muchas festividades fuera de México: la catrina. En el pasado, la palabra "catrín" definía a un varón elegante y bien vestido, normalmente de la aristocracia, el cual iba acompañado de alguna mujer con las mismas características. La Catrina es una figura femenina con más de 100 años de historia creada por el caricaturista mexicano José Guadalupe Posada. Originalmente se llamó “La Calavera Garbancera” y suponía una burla a los indígenas que se habían enriquecido y menospreciaban sus orígenes y costumbres. Posteriormente, el muralista Diego Rivera la bautizó como “La Catrina” y le dio gran difusión a este arte. El mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” es otra obra reconocida, elaborada en esta ocasión por Rivera en 1947, donde se representa a sí mismo con la catrina, junto con Frida Kahlo y José Guadalupe. Actualmente se encuentra en el Museo Mural Diego Rivera en Ciudad de México.
En la actualidad, esta versión de calavera con flores, aterradora y hermosa a la vez, es una fuente de inspiración en muchas fiestas de disfraces, tanto dentro como fuera de México. Las redes sociales, en particular Instagram, así como los tips de las influencers más seguidas en Internet, han convertido este símbolo en una marca universal de México, cuya mejor forma de disfrutarlo es viajar hasta allí para vivirlo en persona.