Más de 20.000 bicicletas son abandonadas cada año en la ciudad de Londres. Para dar un uso a este importante número de velocípedos, un centro de acogida de la capital británica: London Welcome Project ha puesto en marcha un programa de voluntarios que reparan estas bicicletas y las regalan a los refugiados que arriban a la ciudad huyendo de los conflictos en Oriente Medio u otras partes del mundo. El objetivo es que estos expatriados puedan desplazarse por la capital de una manera más cómoda, ecológica y gratuita.
Junto a la recogida de las bicicletas, el London Welcome Project ha puesto en macha un taller de bicicletas. Cada semana, varios mecánicos van a ayudar a los refugiados y solicitantes de asilo en el mantenimiento de sus nuevos vehículos. Cada bicicleta se entrega con luces y candados y en el local de la organización benéfica se pueden utilizar varios juegos de herramientas para su reparación.
Los responsables del proyecto recuerdan que viajar por el transporte público de Londres es muy caro, en especial para gente sin recursos como los refugiados. Las bicicletas pueden ser una tabla de salvación para empezar su vida en Londres y acudir a entrevistas de trabajo o reuniones importantes.
Como dato curioso destaca que son muy pocas las mujeres que acuden al centro de acogida por bicicletas. El motivo, obvio, es que gran parte de los países de los que provienen no ven con buenos ojos que las mujeres monten en bicicleta. Para animarlas a hacer uso del servicio The Bike Project, se han comenzado a impartir clases específicas para aquellas mujeres que lo requieran y así animarlas hacer uso de los biciclos.
Este servicio de bicicleta se ha pensado no sólo como forma de promocionar este medio de transporte como forma fácil y gratuita de desplazarse, sino como un intento, además, de crear un espacio de socialización entre refugiados. Ser un buscador de asilo representa una gran incertidumbre personal, profesional y económica, como recuerdan desde The London Welcome Project y The Bike Project, de ahí que su objetivo sea trabajar para darles un espacio de bienvenida y hacerles parte de su nueva comunidad.
De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 3.200 personas han muerto o han desaparecido este año tratando de cruzar el Mediterráneo para alcanzar Europa. Hace unos días se celebraba una protesta en Londres colocando 1.500 chalecos salvavidas frente al Parlamento Brtiánico en un acto organizado el mismo día que se iniciaba la Cumbre de Refugiados de la ONU en Nueva York. Reclaman que por lo menos se dé asilo a los más vulnerables, es decir, a algo más de un millón de personas del total de 21 millones. El Gobierno británico se ha comprometido a dar asilo a 20.000 refugiados sirios en 2020, una promesa que para la responsable de Solidaridad con los Refugiados es insuficiente.