Los Juegos de la XXXI Olimpiada han repartido sus premios. Empezaron 128 raquetas individuales. Seis han obtenido el metal como precio. Nueve parejas han saboreado la gloria olímpica. Un torneo que en su previa fue denostado por unos y por otros al no otorgar puntos ATP/WTA y aparecer posibles lesiones. Pero ha sido comenzar los intercambios y sólo se ha hablado de tenis.
Antes de entrar en la pista, conviene aclarar algo. El torneo olímpico de tenis (los cinco cuadros) los organiza la Federación Internacional de Tenis (ITF por sus siglas en inglés) igual que la Copa Davis y la Fed Cup. El calendario ATP y WTA se adapta lo suficiente para que los JJOO alteren lo mínimo el discurrir de los circuitos (en 2016 ha coincidido con el ATP 250 de Los Cabos, con victoria de Karlovic ante Feliciano).
Este año, las diferencias entre ATP, WTA y la ITF han provocado que el torneo olímpico se quede si puntos y sin premio en metálico (las dos grandes motivaciones de los protagonistas a la hora de saltar a pista, junto a su pasión por este deporte para los más románticos). Por lo tanto, algunas de las grandes estrellas del tenis actual decidieron optar por la vía egoísta (no me sale usar otra palabra), borrarse de Río alegando temor por el virus Zika (más allá del peligro real que represente, ha sido la excusa perfecta) o la razón de turno. Todas legítimas, pero que te dejan sin unos JJOO. Igual no compensa.
Comenzado el torneo olímpico, se olvidaron los debates previos y la atención se centró en el juego. Llámenlo karma, llámenlo deporte, llámenlo como quieran. El segundo día, el tenis dio una de las noticias de los Juegos Olímpicos. Novak Djokovic, favorito al único gran título que no tiene (y completar el Golden Slam) quedaba fuera de los juegos. Pero la noticia no era sólo que Djokovic había perdido, el titular era “Juan Martín del Potro ha ganado a Djokovic”. Efectivamente, la torre argentina que tras acabar el torneo ha reconocido que pensó que su paso por Río sería breve tras ver el cuadro, dejo KO al mejor tenista de los últimos años sin permitirle ganar un set.
Si ello por sí sólo es una bomba, teniendo en cuenta que Juan Martín reapareció hace seis meses tras un año fuera de las pistas y tres operaciones de muñeca, la historia adquiere tintes de leyenda. Y según fueron pasando las rondas, el argentino confirmó que lo de Djokovic no era una victoria aislada. Rival a rival, se plantó en semifinales eliminando a Bautista (17º ATP).
En la penúltima ronda, Nadal. Set abajo. Fuerza el tercero y lo manda al tie-break. Dos bolas de partido. El español salva la primera pero a la segunda, Del Potro ya ha mejorado el resultado cosechado en Londres hace 4 años. El argentino se citaba con Murray por un Oro que terminó revalidando la segunda mejor raqueta del mundo. Pero para Del Potro, y para toda Argentina, la Torre de Tandil había triunfado hacía muchos días. Quizás sólo estando en Río jugando al tenis.
En cuanto a ellas, toda crónica tenística de Río de Janeiro debe empezar citando a la sorpresa de la semana junto a Juan Martín. La puertorriqueña Mónica Puig se ha saltado todo lo establecido para colgarse el oro tumbando a referencias mundiales como Garbiñe Muguruza (a la que apabulló 6-1 6-1), Petra Kvitova en semifinales y la actual campeona del Abierto de Australia Angelique Kerber en la finalísima (6-4 4-6 6-1).
El sueño de un país entero en la muñeca de una tenista. Primer oro en la historia de Puerto Rico y la demostración que jugar bajo la bandera de tu país, para algunos, es el mayor orgullo que se puede alcanzar.
Pero ha habido más. La belleza serbia Ana Ivanovic anunció tras caer en un partidazo en primera ronda ante Carla Suárez, que dejaba el equipo nacional. En los cinco cuadros disputados, sólo Serena Williams en el individual ha sido capaz de avanzar alguna ronda. El resto de los primeros favoritos en cada modalidad (Djokovic, Herbert/Mahut, García/Mladenovic y García/Mahut) han caído sin saborear la victoria olímpica.
Para ir cerrando, la semana (10 días) de tenis olímpico han debido servir para darnos cuenta que si bien tener tenis en los JJOO implica modificación del calendario, merece mucho la pena. Un deporte como el tenis merece estar presente en el mayor evento deportivo de la historia.
En muchos deportes, la pregunta de quién es el mejor de la historia se responde en base a los resultados olímpicos, entre otras cosas. En tenis no será así, porque no mucha gente considera a Murray el mejor de la historia pese a ser el único hombre que ha sido capaz de ganar dos oros olímpicos en singles consecutivos.
O quizás sí tenga que ser así. Las hermanas Williams sí que lo han conseguido y, si no las mejores, en el grupo de cabeza tienen una plaza asegurada. Terminados los Juegos, la rutina semanal tenística vuelve a tener sentido. Pero la semana olímpica se recuerda hasta que, dentro de cuatro años, Tokyo coja el testigo de Río y tengamos otro Juan Martín del Potro y otra Mónica Puig. Son necesarios.