La vida esta llena de momentos, momentos sexuales, amenos, lúdicos, de estudio, trabajo, de amigos, entre otros (tanto buenos como malos). Todos son puros instantes en nuestra vida que conjuntamente construyen nuestra existencia. En cualquier, caso siempre hemos vivido estos momentos acompañados y parecería que despreciamos la soledad: hay un miedo a uno mismo, un temor de quedarse solo, un odio por no escuchar a nadie ni nada, un terror por verse aislado y en silencio durante el más mínimo tiempo y si no es nada de esto entonces es un absoluto aburrimiento de nosotros mismos.
Normalmente estamos rodeados de tantas cosas que nunca tenemos tiempo para detenernos, podemos hacernos un hueco para ver un programa de televisión, o una película, o tomar unas cervezas o hablar con los amigos, pero nunca para quedarnos solos. No es nada nuevo este miedo... Parece que tenemos pavor de oír algún eco de nuestro entorno, nuestros pensamientos o vernos inmersos dentro de nuestros propios miedos: rehuimos de nuestros "yo". Como dice Zygmunt Bauman "la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización".
Hay algunas personas que pueden esquivar muy fácilmente los lapsos de soledad, mientras que a otras les aterra pensar en ello. Evadirlo es muy fácil, ya hay tantas cosas que se pueden hacer, de hecho creo que pocas veces estamos al 100% solos.
Creo que es importante ponernos en situación, pues podemos ordenar nuestros sentimientos, ideas, nos sirve para cerrar ciertos temas que nos rodean y que hemos dejado sueltos. También es muy buena forma de conocernos a nosotros mismos. Esto parece un post de autoayuda, pero en realidad es una crítica a nosotros mismos (y me sumo a ello) pues cada vez estamos aislados pero nunca estamos verdaderamente solos y parece que no podemos (ni debemos) estarlo. Como si fuera tan malo, como si despertáramos el monstruo de nuestro interior y no nos damos cuenta que conocernos a nosotros mismos es lo mejor que nos puede pasar. Al final somos nuestra propia construcción, hechos de decisiones (incluso por parte de los demás), organizados por nuestros miedos, nuestros gustos y por lo que el mundo etiqueta como lo correcto.
Pensando en teorías del orden, pero aplicándolas al día a día, creo que sería muy útil desechar todo aquello que no nos sirve, sobre todo lo que nos perjudica y solo recuperar esas ideas, anhelos o cosas que en verdad nos generan un bienestar de cualquier tipo. Conocernos, saber lo que nos afecta y lo que nos fortalece es una gran ventaja, es decir podríamos autoregularnos y saber nuestros límites, controlarnos en diferentes tipos de situaciones y poder intentar sobrellevar de una mejor manera cualquier problema, sobre todo con el ritmo que actualmente vivimos entre el trabajo, la casa, la vida social, el ocio, etcétera.