Quizás el término curling no sea especialmente conocido. Sin embargo, si hablamos de aquellos tíos que van limpiando el suelo con un cepillo delante de una bola en una pista de hielo, resulta mucho más familiar.
El deporte del curling apareció, probablemente, en la Baja Edad Media en Escocia. De 1540 datan las primeras referencias escritas sobre grabados en la abadía de Paisley, en Renfrew, acerca del uso de piedras sobre el hielo: John McQuhin, notario del lugar, anota en su libro de protocolo un desafío entre John Sclater, monje de la abadía, y Gavin Hamilton, representante del abad. También existen dos pinturas de 1565 de Brueghel el Viejo (Hunters in the snow y Winter landscape with a bird trap), que representan personas jugando a algo que bien podría tratarse del curling. Además de esto, se conserva una piedra de curling de 1511, encontrada en la región de Stirting et Perth (Escocia), siendo esta la referencia más fiable sobre la antigüedad del deporte. Y de 1620 es el poema de Henry Adamson, en cuyo prefacio y versos aparece por primera vez el citado término. Todos estos datos sitúan la aparición de este peculiar deporte en el siglo XVI.
Se trata de un deporte de equipo con cierto parecido a los bolos ingleses y a la petanca, que se practica en una pista de hielo de 45,5 metros de longitud y 4,75 metros de ancho. con una diana en el suelo en uno de sus extremos. Lo forman dos equipos de cuatro participantes cada uno que se enfrentan entre sí deslizando cada equipo ocho piedras de granito sobre dicha pista.
Cada partida consta de diez mangas o ends. En cada manga, cada uno de los miembros debe lanzar dos piedras por orden, alternándose con los participantes del equipo rival, hacia la diana (casa), con el objetivo de dejarlas lo más cerca posible del centro de la misma (tee), desplazando, si fuera preciso, las piedras de sus adversarios. Cada vez que se efectúa un lanzamiento, los otros miembros del equipo (sweepers), provistos de cepillos, acompañan la piedra, actuando sobre la superficie de hielo para aumentar o disminuir el rozamiento, de forma que esta avance más o menos o incluso varíe su dirección, pero sin llegar a tocar la piedra.
El equipo que deje la piedra más cerca del centro de la diana, tras el lanzamiento de las 16, gana la manga, obteniendo un punto por cada piedra que tenga entre la ganadora y la más cercana del equipo rival. En caso de que no haya piedras en la diana se considerará 0-0. El equipo que gana una manga empieza la siguiente. Tras las diez mangas, el equipo que tenga más puntos es el ganador.
En los inicios, los cepillos estaban hechos de fibras de maíz, muy parecidas a las escobas de las casas. En la actualidad, están compuestas por un tubo de fibra de carbono hueco. La piedra está hecha de granito y en su parte superior posee un asa de plástico que sirve para agarrarla durante el lanzamiento. Su forma es circular; la longitud de su circunferencia no puede ser mayor de 91,44 cm. y su altura no menor de 11,43 cm. Su masa ha de estar comprendida entre 17,24 kg. y 19,96 kg.
Al principio, las piedras eran rocas extraídas de los ríos, pulidas y dotadas de forma. El lanzador tenía poco control sobre la piedra y el juego dependía más de la suerte que de la habilidad o la estrategia. Hoy se puede decir, en cuanto al lanzamiento de la piedra, que existen tres factores fundamentales: la velocidad con la que se lanza, el giro que se le da para que realice una trayectoria curva, y la dirección que esta lleve.
El juego era conocido como the roaring game (juego rugiente), por el sonido que hacen las piedras al deslizarse sobre las pebble (pequeñas gotas de agua en estado semisólido que se forman sobre la superficie de la pista). La palabra deriva del verbo curr (producir un pequeño ruido), no de curl (rizar), como en ocasiones se piensa.
Escocia es la sede de la Federación Mundial de Curling. En nuestros días, está fuertemente establecido en Canadá, donde llegó de la mano de emigrantes escoceses, como sucedió también en Suecia y Suiza. Actualmente, se juega en toda Europa y se ha extendido a otras ex colonias británicas como Australia y Nueva Zelanda, e incluso China, Corea del Sur y Japón.
Un deporte bien curioso, este del curling...