Todavía me acuerdo, como si fuera hoy, de la televisión Telefunken Palcolor que presidía el salón de casa de mis padres. Era cuadrada, con una pantalla gris oscura ligeramente abombada y una serie de palancas que se podían deslizar de izquierda a derecha para mejorar el color, el brillo y poco más. Pero sobre todo recuerdo que tenía un botón cuadrado y plateado que, en alguna ocasión, pegaba un salto y se salía de su ubicación cuando lo presionábamos. Y doy fe de que lo pulsábamos muchas veces, entre otras cosas porque no existían aún los mandos a distancia. Total, nos daba igual, porque como bien sabemos los que estudiamos la E.G.B., solo había dos canales que ver: la primera cadena y la segunda cadena.
Ahora la cosa ha cambiado radicalmente. Tenemos una oferta interminable de canales y muchos de ellos (seamos sinceros) no los hemos visto ni una sola vez. Acabamos haciendo zapping entre los 10-15 primeros canales y luego ya estamos hartos del mando y nos quedamos con aquel que ofrezca una película que no haya comenzado hace mucho tiempo. Y total, para quedarnos medio dormidos cuando la misma toca a su fin ya pasadas las 12 de la noche.
Y a pesar de esta oferta tan abrumadora, somos muchos los que vemos la televisión con un ojo, mientras el otro lo tenemos puesto en el móvil, la tableta o el portátil. Sí, señores. Es una tendencia en alza, un fenómeno llamado multipantallas. Así, un estudio de la IAB, la asociación que representa al sector de la publicidad en medios digitales en España, afirma que en nuestro país 8 de cada 10 usuarios usa el móvil mientras ve la televisión, y 6 de cada 10 usa la tableta. Sólo el 17% de los usuarios móviles no lo hace
¿Y qué hacemos mientras estamos hiperconectados? ¡De todo! Pero uno de los usos de las multipantallas es realizar alguna actividad relacionada con el programa que se emite en la televisión: ya sea buscar información o comentar dicho programa a través de WhatsApp u otras apps de mensajería instantánea, email, Facebook o Twitter.
Al calor de esta nueva tendencia, Orange TV lanzó en Francia, hace meses, una experiencia interactiva llamada “Watch with Twitter” (Ve la tele con Twitter). Esta funcionalidad permite no solo elegir un programa en función de su popularidad en esta red social sino leer en tiempo real en tu televisor todas las conversaciones generadas en ella y relacionadas con dicho programa.
Evidentemente, el hecho de tener a tanta gente hiperconectada le viene de perlas a los anunciantes y a los medios de televisión que, en los últimos años, han visto como las inversiones publicitarias en este medio han ido decreciendo. Incluso para los propios canales que también han visto cómo sus programas han quedado diluidos en una masiva oferta de contenido televisivo. Es decir, si la audiencia está pendiente de sus móviles y tabletas, lo que estos entes deben hacer es interactuar con ellos y ofrecerles contenidos extra y personalizados en estos dispositivos para que se queden en sus canales o para que presten atención a sus anuncios.
Y aquí es donde juega un papel clave y bastante revolucionario para el sector audiovisual una compañía como Fluzo. Esta empresa española impulsada por la aceleradora SeedRocket, que opera en Google Campus, está formada por seis chicos que tienen las ideas muy claras y una tecnología muy potente. Lo que han conseguido es que anunciantes, marcas y grupos de comunicación en general optimicen sus campañas publicitarias o contenidos en general gracias a su tecnología.
Estos crean contenidos relacionados con sus anuncios, series o películas que, al subirlos a la plataforma de tecnología de Fluzo, ésta los procesa y, en el momento en el que un espectador tiene cualquier app con su tecnología (más de un millón de usuarios tendrá descargada alguna app con esta tecnología integrada a finales de 2016) reciben esos contenidos extras: información adicional sobre el programa que están viendo, un juego, una promoción, un concurso etc. El objetivo es que el espectador esté a golpe de dedo de esos contenidos y, por lo tanto, crear un mayor engagement con los mismos.
Y si hablamos de innovación audiovisual, en San Francisco, donde bullen miles de ideas cada nanosegundo, la empresa Netflix ha puesto en marcha un proyecto generado en un proceso de co-creación. Es decir, involucrando a consumidores para que estos generen ideas innovadoras. Pues bien, uno de estos usuarios del portal de películas y series ideó unos calcetines que incluyen un sensor para que, cuando estés haciendo un maratón de tus series favoritas y te quedes dormido, el sensor mande una señal a la televisión y automáticamente se pare la emisión de la misma. De esta forma, el espectador no se tiene que preocupar de buscar el punto en el que dejaste de verla y así no perderte nada.
El problema es que no te venden los calcetines. O bien tú te pones a tejerlos o insertas directamente el sensor en unos propios. Eso sí, Netflix ya advierte que tienes que entender algo de programación y ser muy manitas porque no te lo dan hecho. La innovadora idea tiene pinta de ser para general ruido mediático y aplausos entre la comunidad techie más que para otra cosa, pero quién sabe.
Lo que es evidente es que aún no hemos visto nada y que lo que está por llegar va a ser muy, pero que muy disruptivo. En el momento en el que todos los salones de las casas de este país estén presididos por una televisión inteligente, lo cual no es ninguna tontería dado que las tasas de crecimiento de esta tecnología en España superan a las de países como Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, las posibilidades serán infinitas. Pero ¡ojo! que tanta oferta también satura y cada vez hay más convencidos de no incluir un televisor en sus vidas. El tiempo nos dirá.