Somos un grupo de amigos y recorremos juntos desde hace más de veinte años un Camino de crecimiento y evolución en el modo más simple: viviendo conscientemente la vida.
Nos hemos conocido en modos y tiempos diferentes, veníamos de “mundos” todavía más diferentes y tenemos edades muy diferentes.
Todavía hoy nos preguntamos cómo ha sido posible “viajar” juntos con todas estas grandes diversidades.
Teníamos en común solo dos cosas: un corazón de niño que buscaba el “Verdadero Amor”, un Alma que buscaba la libertad para volar alto en el Cielo.
Hemos empezado a estar juntos de la manera más común, compartiendo largos paseos, juegos al aire libre, momentos de descanso.
Ninguno de nosotros pensaba en crear un grupo, ni teníamos “metas”: estábamos bien juntos y esto era lo que cada uno buscaba.
Hemos comenzado a confiarnos nuestras dificultades, nuestros deseos, nuestras faltas, las heridas del pasado y cuanto había en nuestro corazón.
Luego hemos sido “tomados de la mano” por los Ángeles que, a través de las canalizaciones, nos donaron su inmenso Amor, que satisfizo nuestros corazones, llevando una paz infinita a nuestras Almas buscadoras.
Teníamos continuas confirmaciones de cuanto Ellos conocían nuestro ser interior jamás expresado y todo acerca de nosotros.
Con gran dulzura y delicadeza ayudaban a cada uno de nosotros a tomar conciencia de lo que obstaculizaba la serenidad, impedía de recibir y donar el “Verdadero Amor”.
Lo llamamos “Verdadero Amor” porque hemos verificado cuánto lo que nosotros conocíamos como Amor era envuelto por las necesidades, los deseos, los sufrimientos y traumas que llevaban a temer inconscientemente al Amor, incluso buscándolo desesperadamente.
¿Quién tiene el coraje de tener abierto el corazón, de arriesgar amarguras, desilusiones, sufrimientos, después de haber conocido grandes dolores, experimentados traumas, lutos, rechazos, abandonos?
Los Ángeles nos han ayudado a sanar nuestras heridas, a superar las dificultades personales en todos los niveles, a iluminar todo lo que erigimos para protegernos y para defendernos.
Nos hemos dado cuenta de cuantas “corazas”, “muros” y “distancias” se crean inconscientemente para evitar dolores ya conocidos, para evitar dificultad y obstáculos.
Hemos visto cuantos “vestidos” y “máscaras” se visten inconscientemente o conscientemente para aparecer como deseamos ser reconocidos, para atraer, para manipular, para poseer, para rodearnos de lo que nosotros creemos importante, sentimos como seguridades.
Solo así hemos podido comprender cuánto todo esto encarcelaba nuestro corazón y las alas de nuestra Alma.
Los Ángeles siguieron ayudándonos con profundas conciencias, aparentemente simples de comprender, muy bonitas y fascinantes, pero no simples de vivir en una cotidianidad hecha de trabajo, relaciones, etcétera, en una sociedad occidental.
Y en ese momento hemos comprendido qué significaba aquello que los Ángeles nos habían dicho: “Vuestro Sendero es un sendero muy simple, pero no fácil”.
Ha sido difícil para todos derrumbar los propios “muros” y las propias “barreras”, despojarse de las “corazas” y los “vestidos”, dejar ir esquemas, costumbres, capacidades adquiridas para tener lo que creímos indispensable, gratificante.
Ha sido muy doloroso dejar quién o qué pensábamos fueran “fuentes” de Amor o satisfacción, cuando descubrimos que en realidad eran “fuentes” secas que no nos habrían donado nunca el agua que buscamos, sino sólo el agua turbia de las ilusiones.
Hemos sacado todo nuestro coraje para salir de las seguridades del presente y el futuro cuando comprendimos que eran “prisiones” o “jaulas doradas”.
Hemos sufrido, llorado y luchado, nos hemos caído y luego realzados, nos hemos detenido y luego recomenzado.
Existía el empujón de una gran motivación: ‘ser libres’, vivir como seres libres.
Así hemos realizado el sueño común: vivir en un País simple, con personas simples, en la naturaleza incontaminada, convencidos de que así habría sido más fácil ser libres, vivir como seres libres.
Y he aquí la más grande sorpresa: la verdadera libertad no es ser libres de algo o de alguien sino de uno mismo.
Así cada uno ha reemplazado la “pala” con la que había “cavado” el propio “terreno”, con el “cincelo” para “cincelarse” a sí mismo.
¡Indudablemente habría sido más fácil cincelar el mármol…! Si antes recorríamos el Sendero todos juntos, compartiendo, comprendiéndonos, respaldándonos, queriéndonos con compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás, ahora cada uno tenía el “propio Sendero”, por donde poder caminar, rico en conocimientos, conciencias, experiencias, pero solos.
Solos, no porque ya no estaban los amigos, sino porque en estos Senderos se camina en base a las elecciones que uno realiza cada día sobre qué paso dar, qué cincelar, cómo continuar, cuál acción cumplir, y sobre todo a la intensidad con que hacer esto y los tiempos que cada uno se concede.
Los amigos pueden seguir respaldando, comprendiendo, amando, estirando la mano, evidenciando las bellezas del corazón y del Alma, pero no pueden hacer lo que sólo nos compete a nosotros.
Sólo así cada uno puede conquistar la verdadera libertad, expresar totalmente la propia Esencia.
Hemos logrado hacer todo esto y seguir haciendo esto, gracias a las grandes conciencias, a los muchos juegos, visualizaciones y meditaciones, donadas a nosotros por los Ángeles.
Nos han ayudado mucho incluso las experiencias maravillosas que hemos hecho en la Naturaleza, con todos sus elementos, con sus Criaturas visibles e invisibles, y sobre todo con el mundo real invisible que los Ángeles están ayudándonos a conocer cada día más.
Los Ángeles nos han ayudado a vivir en la Naturaleza como niños para hojear juntos el Grande Libro de la Naturaleza que enseña la Vida, enseña el Amor.
Por ellos se ha convertido para nosotros en un ‘Casa ', un ‘Refugio', una ‘Fuente' y un maravilloso ‘Parque Mágico'.
Con los Ángeles hemos comprendido que la Vida es un “Escuela especial” dónde aprender, experimentar, crecer, evolucionar, sencillamente viviéndola como un “grande juego” que sólo se conoce después de haberlo jugado.
En esta ‘Escuela especial' no se nos pide de estudiar sino de jugar, cantar, bailar, bromear, querer, donar, consagrarse.
Ahora vamos por el mundo como Almas en camino reconociendo a todos como Almas Luminosas que nos enseñan a querer, a ayudar, a donar, a consagrarnos.
¡Y por lo tanto las lecciones no tendrán fin…!
El nuestro ha sido realmente un Camino extremadamente simple pero no fácil, constelado por experiencias fuertes y dolorosas, dificultad y obstáculos cotidianos, en la inseguridad total.
Pero ha sido todavía más constelado de experiencias maravillosas e inolvidables, de incesantes ‘Ofrendas’ y ayudas de nuestros Ángeles, de los continuos milagros de la Gran Luz, que nos llevan a expresar ininterrumpidamente la gratitud. El grande, paciente e incesante trabajo de ‘cincelo' que estamos haciendo sobre nosotros mismos está ayudándonos a volvernos niños, a vivir como niños alegres, en la sencillez.
Cómo niños vivimos jugando, cantando, bailando, para vivir intensamente y responsablemente todo, para superar cada dificultad, cada obstáculo, para afrontar cada desafío, cada adversidad y para no sentir los ‘golpes' del ‘cincelo' de nuestra Alma…
Y como niños nos adormecemos serenos en los brazos de nuestros Ángeles, seguros de la total protección de Ellos, del inmenso Amor de Ellos.
Los mensajes donados por los Ángeles contienen palabras muy simples y claras.
Los “juegos”, y las expresiones por Ellos sugeridas para superar cada cosa, pueden parecer demasiado simples y fáciles, y así nuestra mente a menudo nos impide coger la gran ayuda que ellos nos pueden dar.
Sólo viviéndolas, expresándolas, se entienden las grandes alquimias que hacen ocurrir dentro y fuera de nosotros, las profundas transformaciones que permiten, las sanaciones que crean, lo que hacen conquistar, las metas que llevan a alcanzar.
Las ‘Palabras' de los Ángeles contienen ‘sutilezas' que se revelan mano a mano que crecemos, que evolucionamos.
Por lo tanto no tienen un tiempo y no son por un tiempo.
Nosotros hemos experimentado y verificado todo esto.
He aquí porque deseamos compartir y donar los mensajes donados a nosotros por los Ángeles que contienen Sus vibraciones y Su Amor.
Esto para que cada uno, como nosotros, nos sintamos dulcemente amado, amablemente ayudado, protegido, respaldado, asegurado, alentado, siempre, en todo lugar, en todo e ininterrumpidamente acompañados.
Y para que nuestro Niño interior se sienta bienvenido, reconocido, amado, para correr libre y cantar feliz, para poder expresarse plenamente.
Es nuestro Niño interior que nos llevará a las "Altas Cumbres", que nos enseñará a "volar".