Sin duda alguna, es una de las ciudades con más historia cargada a sus espaldas. Cuenta con la friolera de más de 2.500 años de historia y todo ello ha sido primordial para hacerse con un archivo arqueológico y antropológico de la cultura occidental.
No hay que olvidar que por motivos geográficos (situada en el centro del Mediterráneo) es el corazón de la cultura occidental antigua. Roma es la heredera de la cultura de la Grecia clásica.
Gran parte de las antiguas ruinas de la metrópoli se deben a cuando fue rebautizada como capital del mundo. Sin embargo, lo más reciente del núcleo urbano que se conserva es del período renacentista y barroco. Es la época de artistas, arquitectos, escultores, y pintores, entre otros.
Se dice que es una ciudad única, eterna y que todos los caminos llevan a Roma. Muchos desconocen el origen de esta expresión; pues bien, todos los caminos del arte italiano terminan en Roma. Es una ciudad de emperadores y papas, pues ambos han utilizado durante siglos el arte como propaganda. Posee unos impresionantes tesoros como el arte etrusco, los templos romanos, los frescos de Miguel Ángel y las mejores esculturas de Gianlorenzo Bernini.
Tiene, a diferencia de la cultura griega, una estructura social y política más compleja. Por ello, en el urbanismo romano predomina la creación de espacios cerrados. Por eso, en las nuevas ciudades desarrollan el sistema de cuadrícula (que ya fue utilizado en Grecia en el siglo V a.c por Hippodamos) que con anterioridad fue usado para campamentos militares. La novedad es la aportación urbanística de este sistema a la creación de ciudades nuevas. El nuevo sistema son dos ejes principales, la vía decumana y el cardo. En el interior se encuentra el Foro y en los alrededores los templos y la basílica junto a los teatros.
La gran obra pública de ingeniería de los romanos es la calzada romana, para mantener de este modo la comunicación con el Imperio. El gran manejo del arco, ya impuesto por los etruscos, lo emplearon sobre todo para la construcción de puentes y acueductos. Pero su máxima expresión son los monumentos públicos: termas, basílicas, teatros o anfiteatros. De todos ellos tenemos en Roma los mayores ejemplos.
La Basílica de San Pedro está construida sobre donde fue hallado el cuerpo del apóstol San Pedro (se le considera el primer Papa de Roma, por eso actualmente se sigue la tradición y reciben santo sepulcro los papas en la misma basílica). Su primera construcción data aproximadamente del 315 d.C. por orden del emperador Constantino. En 1506 se empezó a levantar la basílica actual, pues la que le precede se encontraba en muy mal estado. Para hacernos una ligera idea se tardó más de 150 años en finalizar.
Consta de una planta de cruz griega, cúpula central y cuatro bóvedas menores. Situada en la Piazza San Pietro, fue construida por Bernini a finales del siglo XVII. Son dos columnas semicirculares, cada una tiene cuatro filas de columnas dóricas que suman un total de 284 y simbolizan un abrazo nada más entrar en ella. Entre todas las columnas existe una que está firmada por un alemán y se dice que da suerte encontrarla. Como dato curioso, si te colocas en un punto estratégico de la plaza sólo se ve una fila de columnas.
La Capilla Sixtina situada en los Museos Vaticanos se terminó en 1484 por Miguel Ángel. En la actualidad es donde se realiza el cónclave que elige al Sumo Pontífice. Allí mismo se encuentra una chimenea, y dependiendo del color del humo que salga desde la fumata los fieles descubren si hubo elección o no, siendo de color blanco (si han elegido nuevo Papa) o negro (si aún no se han puesto de acuerdo).
El Foro Romano está en el valle de los montes Capitolino y Palatino. Se tardó unos .1000 años hasta llegar a su plenitud, y en sus actuales ruinas podemos imaginar la grandeza de lo que en su día fue.
Hablamos ahora del Coliseo -o como fue llamado en un primer momento, el Anfiteatro Flaviano, en honor al apellido de quien lo empezó a construir en el 72 d.C., Vespasiano-. No se inauguró hasta el 80 d.C. de manos de su hijo Tito. Su uso estaba destinado para ver combates entre gladiadores (si su actuación era brillante podían llegar a tener el perdón) y espectáculos de fieras. Con capacidad para más de 50.000 personas. Las localidades estaban divididas en tres niveles dependiendo de la clase social. El primer nivel era para los caballeros, los de clase media en el segundo y, por último, el pueblo. El Coliseo estaba dividido en arena (donde se luchaba), cavea (lugar de los espectadores) y podium (lugar de los emperadores, senadores y demás altos cargos).
En el exterior, su fachada está formada por arcos de tres niveles, compuestos por columnas con capiteles jónicos (abajo), dóricos y corintios (arriba). Todo cubierto de mármol travertino. Con el fin del Imperio, quedó abandonado. Fue utilizado como cantera (muchos de los palacios de la ciudad fueron construidos con el material del Coliseo). Dejó de estar abandonado a mediados del siglo XVIII, cuando el Papa lo hizo iglesia.
El Panteón es el monumento de toda Roma que mejor conservado está. Es el lugar de todos los dioses, su nombre así nos lo hace saber. El emperador Adriano lo empezó a construir en el 118 d.C., pero no se terminó hasta el 125 d.C. Anteriormente había otro templo, pero no se descubrió hasta el siglo XIX. Está compuesto por columnas corintias (tanto en el pórtico como en su interior) y un frontón triangular que sirve para no ver la cúpula. La bóveda -con un óculo de nueve metros- se encuentra abierta y deja pasar la luz a su interior. Es una de las más grandes del planeta. Los mármoles de su interior proceden de distintos lugares del mundo, por eso son cada uno de un color. En él descansan el rey italiano Víctor Manuel II y el gran artista Rafael.
La Fontana di Trevi es sin duda uno de los emblemas de la ciudad. Tiene mezcla de arte barroco y clásico. Su nombre ,Trevi, significa "los tres caminos" que te llevan a la espectacular fuente. Todos los visitantes tiran una moneda, de espaldas a la fuente y por encima del hombro, para volver a Roma, y una segunda moneda para encontrar el amor.
La Piazza Navona antes era un estadio para unas 33.000 personas. Data del año 86 d.C., en el se disputaban diversas competiciones como podían ser la lucha, el lanzamiento de jabalina o las carreras. Su uso ha ido variando con el paso de los años (por ejemplo, en 1477 era el lugar del mercado de la ciudad). Se ha llegado a usar años más tarde como piscina. Actualmente es de los mayores puntos de concentración para el arte callejero.
No hay que dejar de visitar la Piazza di Spagna, junto a la Via Condotti, el Castel Sant’ Angelo, San Giovanni in Laterano, el Trastevere y todos los museos y basílicas de la ciudad.
Hay un dicho popular que dice: Roma, non basta una vita (Roma, no basta una vida) para poder conocerla. Estamos ante una de las ciudades más visitadas del mundo; cuenta con aproximadamente unos 20 millones de turistas al año. Roma atrapa a todo aquel que la visita.