Se mueve el piso de los chilenos. En las últimas semanas los embates de la naturaleza han castigado profusamente a los habitantes de esta larga y angosta faja de tierra, casi al fin del mundo, con inusitada fuerza.
Aguas turbulentas, desastres naturales, incendios forestales, aluviones en el norte, volcanes activos en el sur de Chile, uno que otro sismo al cual estamos tan acostumbrados... En fin, una convulsionada y loca geografía que cada día nos sorprende con nuevas pruebas y que cobija las revelaciones de obscuros y sucios secretos que también barren con esa misma fuerza a nuestra clase dirigente, política y empresarial.
Corrupción, con C mayúscula
Esta aplastante realidad social y económica nos ha remecido violentamente, obligándonos a salir de la zona de confort aletargada en que hemos permanecido durante años. Nos ha obligado ciertamente a vernos en un espejo con desazón, con incredulidad, solo para confirmar nuestros más pérfidos pecados donde la corrupción, el abuso, el enriquecimiento ilícito, las malas e ilegales prácticas de la clase empresarial y la decepcionante acción de los partidos políticos son solo una parte de la aplastante y putrefacta realidad.
Nos ha confirmado, además, que el dinero y sus poderosos tentáculos son los que llevan la batuta y son capaces de sobreponerse a afinidades partidistas, éticas y morales, sin ningún resquemor.
Escándalo tras escándalo, los casos Penta, Cascadas, Soquimich y Caval han conseguido portadas en diarios, televisión y portales de internet, además de sus respectivos hashtags y trending topics. Profuso material para la burla indolente de creativos chilenos buenos para la broma con hilarantes memes, amparados bajo la libertad que confiere el “público anonimato” de las redes sociales. Asociados se repiten hasta el cansancio los mismos términos cada jornada: corrupción, fraude tributario, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, manejo de información privilegiada y especulación inmobiliaria.
Gobierno y oposición piden cabezas, cuando en la estricta realidad este transversal y monumental desaguisado tiene profundas raíces y dan luz sobre malas prácticas enquistadas en lo más hondo de la sociedad chilena, acciones que requieren tratamiento quirúrgico inmediato, como a un cáncer que resiste quimio y radioterapias y que debe ser erradicado con cirugía de emergencia.
Comenta la realidad actual el humorista más desopilante de la televisión chilena, un personaje conocido como Yerko Puchento, verdadero adalid y agudo analista de la realidad nacional. Enrostra a la “pobre Michelle” su lucha contra “el fin del lucro, la desigualdad y los privilegios”, fustiga a su parentela y las vergüenzas que le provocan y condena a los políticos y sus ambiciones de “legislar para el bolsillo propio” y “hacer leyes para los amigos”.
Es casi chocante reconocer en nuestro más íntimo fuero que no somos superiores en nuestro vecindario, sino un país con mentalidad enfermizamente clasista y racista y que siempre ha sido así. Donde las oportunidades de pertenecer a una elite por los azares del destino nos ubica en la cuna correcta para acceder a las mejores oportunidades, círculo social y a una red de conexiones auspiciosamente rentables.
El diario español El País dedicó justamente hace unos días una editorial titulada “Reforma necesaria”, referida al reciente anuncio hecho por la presidenta Bachelet para proponer una reforma constitucional que modifique el texto en actual vigencia heredado por la dictadura de Augusto Pinochet. Argumenta razones de legitimidad y los recientes e interminables escándalos que sacuden a nuestra desprestigiada política chilena, con ella misma a la cabeza.
Bachelet enfrenta hoy en día una drástica caída en su popularidad y en la valoración de su gestión a la cabeza del gobierno, aunque ya golpeó mesa anunciando que bajo ninguna circunstancia consideraba renunciar cuando ya hace semanas se escuchan voces solicitando que dé un paso al lado.
En medio de esta crisis política e institucional desatada por todos estos escándalos de corrupción, muy lejano parece el recuerdo de su reelección a fines de 2013 para un segundo período con un holgado 62% de los votos. La última encuesta que se difundió recientemente por Adimark, empresa de investigación de opinión pública, da cuenta de un porcentaje de desaprobación del 64%, una real caída en picada libre.
Recordemos ahora cómo inicia esta espiral de desafortunados y vergonzosos hechos, que ha traído coletazos inimaginables y que destapó una verdadera caja de Pandora.
El caso Penta
Asociado al holding financiero del mismo nombre y que maneja activos por alrededor de 30.000 millones de dólares, el caso Penta comenzó tímidamente a fines de 2014 con una denuncia de un ex trabajador disconforme por supuesto fraude tributario contra el Fisco de Chile, a través de la emisión de facturas de servicios y boletas de honorarios profesionales "ideológicamente" falsas, con el propósito de financiar campañas electorales, especialmente de derecha. Esta denuncia apuntaba a controladores, ejecutivos del grupo y políticos, estos últimos posteriormente sindicados como los receptores finales de estos millonarios recursos. Penta es un conglomerado que reúne a una serie de empresas vinculadas a la banca, seguros, salud, negocios inmobiliarios y fondos de pensiones.
El ex gerente general del grupo económico, Hugo Bravo, denunció entonces a la fiscalía la entrega de estos fondos irregulares a candidatos de distintas corrientes y abrió así un pozo sin fondo, solo para terminar él mismo siendo formalizado y dejado en prisión preventiva por soborno, lavado de activos y delitos tributarios.
Termina, por ahora, la historia con una decena de imputados, incluyendo a los gestores del holding Carlos Alberto Délano y Carlos Lavín, además de Pablo Wagner, ex subsecretario de minería del ex presidente Sebastián Piñera, sindicado incluso como eventual receptor de aportes de empresas mineras durante su gestión en esa repartición. La mayoría se encuentra ahora con régimen de prisión domiciliaria mientras continúan las investigaciones.
El caso SQM
El caso Soquimich SQM está considerado como una compleja "arista" derivada del caso Penta y también involucra el eventual traspaso ilegal de fondos para campañas electorales de parte de SQM y empresas asociadas a través de facturas falsas a políticos, incluso sin distinción de partido o coalición. SQM es la empresa de minería no metálica más grande del mundo y controladora del mercado mundial del litio.
Aquí todos los dardos apuntan a la cabeza de SQM: Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet y su “hijo” más dotado en los negocios, quien también ha debido declarar ante los equipos de fiscales que indagan esta serie de irregularidades.
La Fiscalía imputó adicionalmente a más de cien personas involucradas en las estafas y quienes habrían obtenido indebidamente devolución de impuestos gracias a la entrega de esas facturas falsas, en un fraude que se eleva a los 2.500 millones de pesos chilenos, unos 4.5 millones de dólares. Ello atrajo más la atención sobre la investigación que ya se llevaba adelante sobre el caso de las empresas Cascadas, también bajo control de Ponce Lerou y cuyo enrevesado mecanismo consistía en una serie de manejos accionarios especulativos, comprando y vendiendo acciones de una sociedad a otra, pero manteniendo el control férreo sobre SQM.
El caso Caval
Casi paralelamente a Penta estalló el caso Caval y también fue un empleado disconforme con platas adeudadas quien destapó la tremenda cacerola y terminó provocando una crisis de gobernabilidad. Sebastián Dávalos Bachelet, primogénito de la mandataria debió renunciar en marzo pasado a su cargo como director del área Sociocultural de La Moneda, la casa de gobierno de Chile, y a su militancia en el partido socialista. Todo esto por los negocios de aspecto turbio que involucran a la empresa Caval -de propiedad de su esposa Natalia Compagnon en un 50% junto a otro socio-. La causa: un multimillonario préstamo para un negocio inmobiliario de compra-venta de terrenos. Este préstamo fue gestionado directamente con el dueño del Banco de Chile, el empresario Ándronico Luksic.
Aquí la sospecha que se instala es la figura del supuesto tráfico de influencias, uso de información privilegiada y especulación inmobiliaria, pues se habría tejido el entramado que haría cambiar el uso de los suelos de esos terrenos, pudiendo luego ser vendidos con márgenes de ganancias extraordinarios.
Argumenta Dávalos Bachelet un total desconocimiento de los esplendorosos negocios de su esposa, a pesar de haber constancia material de las reuniones que sostuvo personalmente con Luksic horas después de confirmarse el triunfo electoral de Bachelet para un segundo período.
Conocido el escándalo y después de días de total mutismo, que coincidieron con su período de vacaciones legal, la mandataria salió de su ostracismo para asegurar que su gobierno está comprometido con la transparencia, que las irregularidades serán investigadas y que aquí no hay ciudadanos de primera y segunda. Habrá que otorgarle el privilegio de la duda ante la vehemencia de tales afirmaciones versus el peso de las pruebas, si abusamos un tanto del ejercicio de la buena fe de los ciudadanos.
Recuerdo aquí haber leído un artículo del escritor y periodista español Javier Cercas, quien asegura que no hay ningún país que tenga un pasado limpio y que la historia de los países está hecha de sangre y porquerías. Que razón tiene sin duda alguna.
En este enrarecido ambiente, los coletazos han sido transversales y han alcanzado a parlamentarios, empresarios, políticos, jefes de canales de televisión, incluso a familiares directos del ex presidente Piñera y del actual senador y presidente del partido Demócrata Cristiano, Jorge Pizarro.
Los hijos del anterior jefe de estado Sebastián y Magdalena Piñera Morel también figuran emitiendo boletas a través de un par de sociedades: Administradora Bancorp y sociedad Vox Populi. La legitimidad de 15 facturas emitidas, por un total de casi 350 millones de pesos, está bajo observación. Estas ya fueron denunciadas al Ministerio Público por parte de Impuestos Internos.
Por su parte, los hijos del senador Pizarro aún defienden la veracidad de sendas facturas por supuestas asesorías “verbales” a través de sus respectivas empresas. Los mismos correligionarios de Pizarro le ruegan estos días dar un paso al costado y suspender de momento su cargo a la cabeza de la DC pues la situación no da para más.
Converso con colegas, antiguos compañeros de universidad, y nos preguntamos por un único adjetivo que describa la sensación que queda en la boca después de comprobar el desparpajo con que esquilman a la población chilena, al honesto y “clase-media” contribuyente chileno. La palabra que más nos convence es la “decepción”, la convicción de que es esta una “forma de hacer las cosas” que no va a cambiar y que solo se va a disfrazar, mientras se jura enmendar por el correcto camino.
Bachelet, luchadora por las políticas anticorrupción, del fin al lucro y el enriquecimiento ilícito, argumenta en sorpresiva entrevista por televisión que no supo actuar a tiempo, fue mal asesorada y condena el descriterio del hijo. Y el balde sigue empapándonos con agua fría, al notar escépticamente que este anuncio sale justo el día en que se supo de sus nuevos y alarmantes índices de reprobación popular emitido por la estación de televisión propiedad de A. Luksic. Casi, comentamos, nos estamos terminando de convertir en una nación bananera, como peyorativamente nos referimos a algunos vecinos, como si estuviéramos inmunizados contra plagas como la corrupción o el nepotismo.
Platas negras que enturbian a la política chilena
Con este estado de cosas, cada día surgen nuevos nombres, cada día se vincula a algún nuevo político o familiar de….. A la fiscalía solo le basta rascar con la uña para seguir dando con nuevas y sospechosas conexiones, como la encontrada a Marcelo Jorrat, ratificado –para sorpresa de muchos- en el cargo de director del Servicio de Impuestos Internos, a pesar de estar también bajo la lupa escrutadora de la fiscalía por boletas sospechosas, caso similar al del despedido ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, en el último y muy comentado ajuste ministerial.
Según dichos de la ex diputada, senadora y ex candidata presidencial de derecha Evelyn Matthei, esto es “una burla para los chilenos.. es meter la mugre bajo la alfombra”. Mientras el actual vicepresidente del Senado, Alejandro Navarro, reconoce abierta e hidalgamente que las “donaciones” jamás fueron secretas, eran los parlamentarios quienes se acercaban a SQM a pedir dinero, montos que hasta el momento suponen la entrega irregular de al menos 7 millones de dólares en un período de seis años.
El escándalo también ha afectado la credibilidad y objetividad de los medios de prensa al abordar esta temática, que salpica incluso al directorio de la televisión nacional de Chile, TVN. Uno de sus integrantes, el ex diputado UDI Cristian Leay, está también involucrado a través de su nuera en la entrega de facturas falsas por servicios que nunca entregó. Ella reconoció al SII que emitió boletas por varios millones de pesos sin haber prestado los servicios yendo a parar los dineros directamente a su campaña política de ese momento. Cartas de periodistas y editores de la red pública claman por un pronunciamiento más claro acerca de cómo se compromete la independencia y objetividad con la cobertura del caso, especialmente a la hora de blindar a uno de los suyos, mientras se desarrolla la investigación.
A pesar de todos estos descalabros, sorprende leer que el país sigue liderando el ranking de competitividad de la región, según el World Economic Forum. Se destaca la fortaleza institucional, estabilidad macroeconómica y los ‘bajos niveles de corrupción’ de una de las economías más competitivas de Latinoamérica, en el puesto 25 de 144.
Nota
Ante la proporción, el número de escándalos y la crisis de confiabilidad enquistada en el corazón del electorado chileno, la presidenta Bachelet procedió a efectuar el pasado lunes 11 de mayo el cambio de algunos ministros de estado, tras haber anunciado previamente que había solicitado la renuncia completa de todo su gabinete ministerial, en una polémica entrevista por televisión.
Si bien muchos fueron confirmados en su cargo, con algunos enroques de por medio, los cambios más significativos afectaron al ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, al ex ministro Secretario General de Gobierno Alvaro Elizalde y al ex ministro de Hacienda Alberto Arenas, entre otros.
Confirmó anticipadamente en su cargo además, al ministro de Relaciones Exteriores, el canciller Heraldo Muñoz, debido a que Chile se encuentra en estos días, en medio de un litigio internacional en los tribunales de La Haya para responder a las demandas de aspiración marítima de Bolivia y sus pretensiones por una salida independiente al mar.