Una de las grandes discusiones a la hora de hablar de cine es la de ¿cine doblado o en versión original? Tengo que decir que nunca entenderé esta discusión. No veo el problema que tiene para muchas personas que el cine se doble a nuestro idioma, sobre todo teniendo a grandes actores de doblaje.
Aunque a día de hoy nos parezca incomprensible, la llegada del sonido no ayudó al cine. Muchos países rechazaron películas extranjeras debido a que los espectadores no iban a entender el idioma. Fue en la década de los años 20 cuando comienza lo que llamaron ‘doble versión’; una misma película se doblaba en diferentes idiomas aprovechando decorados e incluso actores. Este doble rodaje duplicaba los costes de una película y se dejó de hacer.
El doblaje se hace oficial en España en 1932 durante el gobierno de la 2º República y tras la Guerra Civil se convierte, al igual que en otros muchos países, en un arma de propaganda. Muchos fueron los cambios que se hicieron para que la película fuese acorde a las ideas del régimen de gobierno. A día de hoy, ya no se usa como medio de favorecer al gobierno, pero sigue presente en nuestras salas de cine, lo que ha generado toda una corriente de detractores.
El principal arma que utilizan los defensores de lo original es que matas la esencia de la película, acabas con el alma del actor que ha puesto, en su voz, emociones que con los gestos no podía llegar a transmitir. Eso es completamente cierto. El doblaje no nos deja escuchar los matices que el actor da con su voz, pero el actor que dobla no se limita a leer, también hace una interpretación, por lo tanto el doblaje nos permite dar con dos actuaciones: la original y la doblada. Todo un privilegio. Además, no podemos obviar que hay doblajes que hacen que la película mejore, solo hay que ver los casos de Ramón Langa con Bruce Willis o de Ricardo Solans con Sylvester Stallone, por mencionar algunos.
Otro de los argumentos es esa frase sin sentido alguno: "es que en España no hablamos todos inglés por culpa del doblaje". Espero que nadie se ofenda, pero ante esto yo no puedo más que echarme a reír. Si culpamos al cine también deberíamos de hacerlo con los libros traducidos. Pero quien tiene la culpa realmente es un sistema educativo deficiente.
Personalmente tengo que reconocer que me encanta el cine doblado, creo que hay mucho talento dentro de nuestras fronteras y que se han hecho, y se hacen, grandes trabajos de interpretación. No veo por qué no se puede disfrutar de ambos aspectos. Yo he visto películas en versión original y también dobladas: hay algunas que prefiero ver sin doblar y otras que no. De hecho, incluso hay películas que según el día me apetece en español o en su idioma original. Pero lo bueno de todo es que tenemos la opción de escoger. En casi todas las grandes ciudades existen salas en las que se proyectan películas en versión original y, si esto no es así, también tenemos la opción de escoger el idioma en los DVDs y Blue-ray. Por lo tanto, el querer abolir el doblaje no nos diferenciaría de aquellos fascistas que obligaron a traducir todas las películas y no dar opción a la variedad.
Detrás del doblaje no solo hay una traducción y una lectura, hay una labor de interpretación tanto del guion como del actor, todo está calculado al milímetro para dar la mayor sensación de realismo. No podemos olvidar que en España hay grandes actores de doblaje que con su voz nos ayudan a comprender mejor a esos personajes. En muchos casos un mismo actor de doblaje interpreta a varios actores y el público no llega a darse cuenta. Un ejemplo de ello es el caso de Jordi Brau, que pone voz a Tom Cruise, Sean Penn, Tom Hanks, Nicolas Cage o el fallecido Robin Williams. Nuria Mediavilla hace lo mismo con Angelina Jolie, Uma Thurman o Cameron Diaz.
Por último, no podemos olvidar que el doblaje es una industria que genera un gran número de puestos de trabajo, pues de él no solo viven los actores, sino también traductores, técnicos y directores. Os propongo que la próxima vez que veáis una película abráis los oídos y disfrutéis de la magia del doblaje.