Michael Andreas Helmut Ende (1929-1995), más conocido como Michael Ende, fue un escritor alemán que cultivo sobre todo el género infantil y juvenil. Es conocido por su gran novela La historia Interminable, que fue llevada al cine en 1984 con bastantes diferencias con respecto a la novela. De hecho, el escritor intentó que eliminaran su nombre de la cinta, cosa que no consiguió.
Sin embargo, a pesar de las dispares críticas que recibió la película, la novela de Michael Ende ha pasado a la historia como un clásico presente en casi todas las bibliotecas y una lectura recomendada para los más jóvenes. Y el escritor se encuentra entre uno de los grandes de la literatura universal a la par con Tolkien, C.S. Lewis y Lewis Caroll.
A pesar de que fue La historia Interminable la novela que lo catapultó a la fama, no fue esta la obra de Ende que generó más polémica. Hay otra historia del escritor alemán que, aunque destinada a un público más joven, casi no fue publicada. Momo (1973) estuvo a punto de no llegar al público a causa de la crítica social que entraña esta novela protagonizada por una pequeña huerfanita.
Disfrazado en un cuento infantil, Michael Ende narra la historia de Momo, una niña que se enfrenta a los temibles hombres de gris, que se alimentan del tiempo de las personas. La pequeña se entromete en los planes de estos malvados, ya que ella tiene el don de escuchar.
Momo es una niña que vive en un pequeño anfiteatro, una protagonista inocente que encarna todo lo bueno que tienen los más pequeños, a la que le gusta evadirse como a todos los niños con juegos inocentes y que además tiene el curioso don de ayudar a la gente solo con escuchar. En la primera parte de esta novela se nos presenta a la protagonista con un tono desenfadado y a sus amigos, entre los que destacan Beppo Barrendero y Gigi Cicerone, cuyo verdadero nombre es Girolamo.
Los malvados de la novela están encarnados en unos seres denominados Hombres Grises. Aunque no queda claro que se trate de hombres de verdad, sí que son figuras con forma humana, que visten de gris y fuman unos cigarrillos también grises. Estos hombres buscan apoderarse del tiempo de las personas, engañándolas para que ahorren tiempo y lo guarden para que rinda. Sin embargo, ese tiempo “ahorrado” es un tiempo muerto que los Hombres Grises roban a la gente para alimentarse de él.
Momo, sin querer, se convierte en la principal enemiga de estos malvados seres, ya que ella con su inocencia, sus juegos y su don para escuchar, hace que las personas pasen tiempo divirtiéndose y superando sus problemas y eso es algo que los hombres de gris no pueden permitir.
La idea principal de Momo está en la crítica del autor, sobre el consumismo en la sociedad, lo que causó dificultades para la publicación. Narrada como un cuento infantil, lo cierto es que Momo invita a una reflexión profunda y, a pesar de ser una novela publicada hace ya más de tres décadas, la crítica es tan válida ahora como lo fue en su publicación.
En el momento en el que la obra vio la luz, la sociedad se encontraba en pleno auge del capitalismo y es por eso que la crítica de la novela al sistema imperante no sentó bien.
Con tintes surrealistas, que seguramente tengan origen en la herencia del padre del autor, esta distopía está magistralmente narrada con elementos oníricos como la tortuga Casiopea, que se comunica a través de las palabras que aparecen en su caparazón, y el maestro Segundo Minucio Hora. Aunque está escrita en un tono tal vez demasiado desenfadado para el público adulto, lo cierto es que esta obra es válida para todos aquellos que busquen una historia llena de magia y que invita a pensar en qué es lo que de verdad importa en la sociedad actual.