A pesar de que vivimos en una sociedad en la que se clama por la libertad de expresión, parece ser que esa idea no se traslada a la libertad de imágenes dentro de las redes sociales. Los gigantes de Internet como Instagram o Facebook incluyen en sus políticas una censura a todo lo que sea mostrar un desnudo parcial o total y sobre todo si se trata de un pezón femenino.
Tras el quebradero de cabeza que supuso el movimiento #freethenipple para Instagram, que empezó cuando la red social censuró la cuenta de la cantante Rihanna después de que esta publicase en la red fotos de su portada para la revista Lui en las que se la veía en topless, y que se expandió a Facebook cuando la red de Mark Zuckerberg censuró varias imágenes de mujeres dando el pecho. La polémica reside en que parece ser que solo se considera contenido inapropiado cuando se muestra un pezón femenino en alguna de estas redes.
El mostrar un pecho femenino se considera aun un contenido “erótico” lo que ha llevado a que famosas y activistas del mundo entero hayan protestado, ya sea paseándose en topless por Nueva York como la hija de Demi Moore y Bruce Willis, Scout Willis, o bien a través de la película dirigida por Lina Esco que lleva el afortunado título de Free the Nipple (libera al pezón).
Facebook dejó de bloquear imágenes de mujeres amamantando después de la viralidad que tuvo el movimiento, la red social cambio sus normas comunitarias para evitar la censura automática de estas imágenes.
Sin embargo la censura de los pechos va más allá de Internet. Recientemente el gobierno de Tailandia amenaza con penas de hasta cinco años de cárcel a las mujeres que enseñen parte de sus pechos en Internet. El gobierno militar del país asiático asegura que estas imágenes atentan contra la seguridad de la nación y pueden llegar a causar daño público. Esto se debe a la nueva moda de mostrar la parte baja de los pechos a través de las diferentes redes sociales, el movimiento que se conoce como ‘underboob’. Tras saberse la noticia, muchas mujeres han publicado imágenes en Twitter e Instagram para protestar ante esta medida.
En definitiva parece ser que, aunque se hable de libertad de expresión, existen aún ciertas polémicas para las que Internet y las redes sociales no están preparados.