Todo aquel que visite la capital de España habrá marcado en sus guías de viaje lugares tan emblemáticos como la puerta del Sol, el Teatro y el Palacio Real, el Palacio de Correos, la Plaza Mayor… Son muchos los monumentos que pueblan Madrid en los que uno ha de detenerse, sea turista o no, al menos una vez en la vida pero, ¿qué hay de ese Madrid que no aparece en las guías turísticas? ¿Por qué nos hemos olvidado de él?
Podemos empezar hablando del Callejón del gato. Seguro que muchos conocen su nombre, pero apuesto a que pocos pueden afirmar con seguridad dónde se encuentra y por qué recibe ese nombre. Pues bien, ese callejón del que oímos hablar a Max Estrella se encuentra en uno de los barrios más castizos de Madrid, concretamente entre la calle de la Cruz y Núñez de Arce. Actualmente el antiguo callejón recibe el nombre de calle Álvarez Gato y está flanqueada a ambos lados por bares y tabernas. Una de las primeras leyendas sobre este callejón, que antiguamente albergaba espejos cóncavos y convexos en sus paredes, habla de que existía un coto donde se dio caza a un gato montés con cuya piel se hicieron unas botas para el Gran Capitán, por lo que el nombre le viene que ni pintado.
Otro lugar revestido por tintes misteriosos es la Casa de las Siete Chimeneas, erigida en pleno centro y que hoy en día es la sede de la Secretaría de Estado de Cultura. Este palacio, levantado entre los años 1574 y 1577, alberga una de las más famosas leyendas de la ciudad de Madrid. Según se dice, entre sus muros murió en extrañas circunstancias una mujer llamada Elena, pero lo más extraño viene cuando los datos cuentan que su cadáver desapareció sin dejar rastro alguno. Desde entonces, es por muchos madrileños conocido que el fantasma de la malograda mujer vaga por algunas estancias.
Pero es que la Casa de las Siete Chimeneas no es el único edificio embrujado que se levanta sobre la capital española. El Palacio de Linares, situado justo al lado del Palacio de Correos y con vistas a la archiconocida fuente de Cibeles, porta otra leyenda igual o más terrorífica si cabe. Existen datos y hasta testimonios que hablan de que entre sus paredes se han visto los fantasmas de los antiguos marqueses de Linares y hasta se han podido escuchar los llantos de una niña a la que algunos llaman Raimunda.
Leyendas o realidad, lo importante es saber que Madrid es una ciudad que no solo vive de la buena comida, música y el cariño de sus gentes. Es una ciudad llena de misterios que esperan a ser descubiertos y que de hecho, pueden ser desentrañados gracias a algunos tours que se organizan desde la Plaza Mayor. ¿A qué esperáis para adentraros en la parte más tenebrosa de Madrid?