Entre profesiones soy historiadora del arte, pintora, poeta, profesora, lectora de registros akáshicos y emprendedora en proyectos de agroecología, para la regeneración de los suelos y la mitigación del cambio climático. Vivo en el Mar Mediterráneo y en él soy sirena, ballena y caracola.

Pero realmente solo soy buscadora, esperando vislumbrar reflejos, entre palabras, colores que viajan desde las raíces ocultas de lo terreno o en los musgos, pasando por las cuevas cristalinas o las flores deslumbrantes y llegar finalmente a las aguas, para reconocer en sus espejos lo que nos mueve, también con lágrimas. Vibro en este enjambre, entre Cielo y Tierra, entre imaginación, conocimiento y conciencia, siendo humanidad, en cuerpo y alma.

Quiero trascender el actual abismo hacia más vida. Quiero acariciar una nueva civilización; renacer desde una conciencia expandida y creativa, capaz de recrearse de nuevo en esta Tierra pero con verdadera humildad.

La belleza es para mí revelación, verdad viviente. Al cerrar los ojos y abrir el árbol de la vida, desde el umbral, veo el enjambre que mueve el mundo en su espiral, creando frutos sin tiempo. En la antepuerta de las circunstancias se abren los olimpos, en la raíz, para esparcir una de las claves que hace que cada uno de nuestros movimientos encajen entre sí: −conócete a ti mismo− dicen, y fluye desde ese saber. En lo político busco lo clásico en lo moderno para ahondarme en lo fundamental, para que me conduzca hacia este nuevo mundo, con lo onírico y lo utópico, en lo ancestral y futurista. Doy por ello la mano a la confianza y pido la complicidad para desear con más fuerza.

Quiero barrer fronteras e inspirar abundancia sin medida, abastecer desde otras fuentes.
Quiero explorar para darnos el poder y el placer, sentir que con esta existencia más humanizada nos podemos liberar.

Quiero que juntos aprendamos a ser más tiernos e indagar, con todo lo que podamos, al escuchar. Dejar así los conflictos diluidos, antes de que sean la guerra que ahora nos acecha.
Me gusta dar naturaleza con las manos y sentir que al compartir surge algo cálido, incluso una emoción si brilla la luz. Busco lo real destilando lo vivido, sin dejar de ilusionarme el descubrir. Viajo en silencio.

La escritura más poética y la fuerza oculta de la luz, pictórica o no, son mis territorios, íntimos, desde los cuales siento que mi conocimiento puede emerger, cuando veo el destello y lo entrego. Aquí estoy para que nos encontremos; aliados, ojalá cómplices… Gracias a la vida. Gaia en el alma humana.

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