Mita DC es un espacio donde combinamos nuestra pasión por la cocina y nuestra visión para crear experiencias únicas.
¡Una estrella Michelin para Mita DC! La noticia se multiplicó rápidamente con alegría entre las redes venezolanas. La chef Tatiana Mora es la primera mujer de nuestro país en recibir una estrella Michelin. No faltaron los que enseguida aclararon que este reconocimiento se otorga solamente a los restaurantes y no a los chefs, pero la verdad es que son los restauradores, los chefs, los cocineros y todo el equipo que labora en el restaurant, los que merecidamente más las celebran. Desde Caracas estuve conversando con Tatiana Mora, para contar todo en Meer.
“Vegetales de una manera que nunca has visto antes. La raíz de todo. El comienzo de la vida, de dónde venimos, la razón de ser. El origen de muchos caminos que conducen a un solo destino. El crecimiento ascendente de la oscuridad a la luz. Del misterio a la verdad. Lo que fue, lo que es y lo que será. Mita es vida y sabor, Mita es Latinoamérica” eso es lo primero que se lee en su espacio en la web. Es un restaurant plant based, es decir, centrado exclusivamente en vegetales como frutas, verduras, legumbres, semillas, granos y frutos secos.
Así puede ser una experiencia en Mita DC, una “Experiencia Vegetal” con alguno de los tres menús. En este caso el “Tasting Experience” o menú de degustación…
En el Acto de Inicio: tamarindo, mango y tajín; ron, papelón, caviar cítrico y caña de azúcar; arepa o plátano, papa ahumada, yuca, maíz, trigo, guasacaca, crema agria y chontaduro.
En el Primer Acto: yuba o piel de tofu, mole con caraotas, apio; arracacha, habas, plátano dulce, dashi; patilla, zanahorias fermentadas, arroz salvaje y cilantro; masa churro, chanterelle, ajo negro, pipian rojo, mezcal.
En el Segundo: coco joven, piña, cachaça y huacatay; causa, corazón de palmito, alga, tomate, sake; cebada perlada, mitake a la parrilla, plátano carbonizado, guisantes; ravioli, maíz, alga, sofrito y cebolla cipollini.
Y los Postres: raspao con melón canario y dulce, albahaca, eneldo, estragón, caramelo de zanahoria blanca; Uyuni con po’e cake, helado de coco, mousse de miso y piña; “Botero” es cocada de dulce de leche.
Esto es pasión
Cuenta que su vida está llena de pasión y propósito. Ser mamá, restauradora, chef, sommelier, health & holistic coach y hablar de temas como magia y conexión espiritual, todo forma parte de un mismo universo: “Mi deseo de crear, sanar y conectar. El equilibrio lo logró a través de la organización y priorizando lo que realmente importa. Amo lo que hago y eso me da la energía para dedicar tiempo a cada cosa. Además, me apoyo en mi equipo y en mi familia, que son fundamentales para que todo fluya” dice con orgullo.
¿Cómo decidiste dedicarte a la cocina?
Perdí a mi mamá cuando apenas tenía diez años y en ese momento mi hermana y yo nos dividimos las tareas del hogar. Mientras ella hacía la limpieza, yo comencé a cocinar. Descubrí a través de la cocina que podía aportar algo más que comida: podía crear un espacio de amor y unión entre todos. Desde entonces, cocinar se convirtió en mi forma de conectar con los demás y expresar cariño. Así fue el inicio de mi camino en la cocina.
El camino de Tatiana ha sido largo y nutritivo. Estudió durante tres años en el Hotel Escuela de Mérida. De allí se fue a trabajar al Hotel Polynesian de Disney, donde aprendió a lidiar con los grandes volúmenes. Regresó a Venezuela y luego viajó a Sant Pol de Mar en España y luego hizo una pasantía en El Bulli de Ferran Adria. Estuvo en el restaurant The Cliff en West Coast de Barbados y luego en el Hotel Bahía Príncipe en México.
¿Cuál fue el mayor reto que enfrentaste al salir de Venezuela?
El mayor reto al salir de mi país fue enfrentar la incertidumbre y comenzar desde cero. Dejar Venezuela significó alejarme de mi papá y de mi familia, mis amigos y mis raíces, lo que no fue fácil emocionalmente. También fue un desafío adaptarme a un nuevo entorno cultural. Donde tenía que demostrar mi talento y mi resiliencia en cada oportunidad. Sin embargo, esa experiencia me enseñó a ser fuerte, a valorar cada logro y a mantenerme fiel a mis sueños.
¿Cuándo y cómo comenzaste a soñar con estrellas Michelin?
El sueño de obtener estrellas Michelin surgió cuando entendí que la cocina es un arte que va más allá del sabor. La primera vez que visité y trabajé en un restaurante con estrellas Michelin, quedé impactada por la precisión, la creatividad y el amor por los detalles, eso fue en España. Fue entonces cuando decidí que quería llevar mi cocina a ese nivel, no solo como un logro personal, sino para ofrecer experiencias inolvidables a las personas.
¿Cómo se gana una estrella Michelin?
Ganar una estrella Michelin requiere dedicación, pasión y amor. Cada detalle cuenta: desde la calidad de los ingredientes y la creatividad en los platos, hasta la consistencia en el servicio que hace una experiencia completa. Pero más allá de lo técnico, creo que una estrella Michelin se gana al transmitir emociones y contar historias a través de la comida, logrando que cada persona que se sienta a la mesa viva algo único e irrepetible. En nuestro caso, colocando los vegetales en el papel de protagonistas y no de acompañantes.
¿Por qué se llama Mita y qué es Mita DC para ti?
El nombre “Mita” tiene un significado muy personal: son las iniciales de Miguel y Tatiana, una manera de reflejar la conexión y el esfuerzo conjunto que hay detrás de este proyecto. Miguel Guerra es mi business partner y hermano de otra madre. Miguel y yo somos los chef y dueños. La parte administrativa la llevamos nosotros también con un board de contadores y administradores especializados en restaurantes.
Mita DC no es solo un restaurante… es un sueño compartido, un espacio donde combinamos nuestra pasión por la cocina y nuestra visión para crear experiencias únicas. Es el lugar donde plasmamos nuestras historias y las compartimos con cada cliente que nos visita. Somos como el agua y el aceite, pero nos llevamos muy bien.
El equipo está compuesto por unas entre 20 y 25 personas. En la cocina hay siete latinos, en el bar hay dos, en sala hay seis personas de varios países: un marroquí, dos norteamericanos y cuatro latinos.
¿De dónde son los comensales de Mita DC?
Aunque la mayoría de nuestros comensales son norteamericanos, hemos logrado captar la atención de los latinos gracias a la propuesta única de Mita: la fusión de sabores ancestrales con técnicas innovadoras. Los comensales norteamericanos se sienten atraídos por la autenticidad y la creatividad de nuestros platos.
¿Cómo trabajar técnicas ancestrales para lograr platos innovadores?
Aprender y aplicar técnicas ancestrales ha sido un viaje de investigación, práctica y respeto por nuestras raíces. Nos hemos inspirado en nuestras propias experiencias, en las tradiciones culinarias de nuestras familias y en estudios sobre culturas indígenas y sus métodos. La clave para transformar estas técnicas en algo innovador está en mezclarlas con nuevas tecnologías, ingredientes frescos y una visión creativa que respete su esencia mientras crea algo completamente nuevo.
En Mita los vegetales son los verdaderos protagonistas. Nos encanta trabajar con productos como el maíz, el plátano, la yuca, el ají dulce y los tubérculos, todos con un significado profundo.
¿Cómo se sienten, qué cosas deben cambiar ahora y cuáles cosas deben permanecer exactas?
Como dueños y chefs, nos sentimos muy orgullosos y agradecidos de lo que hemos logrado con Mita y nuestro equipo. Es un sueño hecho realidad, pero también sabemos que la evolución es constante y que lo único permanente es el cambio. Hay aspectos que deben cambiar y nuestro principal trabajo es continuar mejorando todos los procesos, la innovación en los platos y la manera en que nos relacionamos con nuestros comensales. Sin embargo, hay cosas que siempre deben permanecer intactas: nuestra autenticidad, esencia y el respeto por nuestras raíces, como también el compromiso con la calidad. Esos principios siempre serán la esencia de Mita.