La historia del arte, las ciencias, la enseñanza y diversos ámbitos de la cultura visual son territorios que Martín Legón (Buenos Aires, 1978) explora desde los comienzos de su producción, en busca de los contrastes y coincidencias inesperadas que forman parte de sus exposiciones y publicaciones, construidas a través de un uso revelador del montaje. En sus collages, ensamblajes, videos y objetos intervenidos, el artista produce imágenes que relacionan mundos muy distantes entre sí y generan preguntas agudas para hacernos desconfiar de lo que vemos, de lo que consumimos y de las herramientas que utilizamos cotidianamente sin llegar a comprender. En esta exposición, Legón cruza dos universos que también parecen infinitamente ajenos entre sí: el Escuelismo y la inteligencia artificial.
Los manuales, los juegos, las artesanías y otros innumerables materiales pedagógicos de la escuela tradicional, aún necesarios para transmitir el conocimiento, alimentaron nuestra imaginación durante dos siglos. Este imaginario ingresó fuertemente en el proceso creativo del arte de la segunda mitad del siglo XX, que tomó sus técnicas y símbolos para darle forma a una representación lúdica del aprendizaje que se llamó Escuelismo. En las antípodas de esta tradición artesana y profundamente humanista, Legón encuentra la inteligencia artificial, el último desafío impredecible de la tecnología. Por el momento, las personas podemos manipular estas herramientas, con su capacidad de producir infinidad de imágenes y textos, y la interacción creativa intensa del Chat GPT, que no solo opera en las redes sociales, la publicidad y la comunicación, sino que también comenzó a utilizarse en el arte. Pero no sabemos cómo impactará en la sociedad futura nuestra relación con esta máquina que aprende sin control de la gran información que le damos.
Esta exposición de Legón construye un puente paradojal entre aquella educación formal profundamente analógica y la irrupción de una tecnología del saber que abre nuevos horizontes a la vez que, con su sola existencia, anuncia el final de aquel paradigma. Entre la autoría personal y la automatización maquínica, el caleidoscopio de sus obras nos provoca la incertidumbre de encontrarnos ante las imágenes de dos épocas que se funden. En esta encrucijada, Martín Legón interroga al presente de la experiencia humana y se pregunta cómo nos relacionamos con las imágenes, cómo construimos el saber y en qué lugar remoto quedará la marca de lo humano tal como lo conocimos hasta el presente.
(Curaduría: Francisco Lemus. Diseño museográfico: Iván Rösler. Producción: Laura Roldán)