Las posibilidades del anarquismo, en los países subdesarrollados, difieren en relación a los países desarrollados, pues el punto de partida es completamente diferente en su origen, por lo que sin lugar a dudas, el niño nace muerto.
Las últimas discusiones políticas y más aún los últimos experimentos de la política económica en la Argentina, me llevan, a través de abstracciones recurrentes, a preguntarme si el anhelo anarquista de una sociedad sin intermediación del Estado, en este caso en países subdesarrollados, ¿será posible, en este lado del mundo, que la totalidad de los servicios lleguen a ser autogestionados?
¿Puede desaparecer el Estado?
Siendo su elemento definidor, el monopolio de la violencia legítima, sucede que, con el crecimiento exponencial de la población, podrá el Estado conservar el poder de la policía y seguir garantizando la preeminencia de la propiedad privada. No es esta la principal razón de su existir, según los marxistas.
Ante el crecimiento inminente de la población en términos exponenciales, lo que se proyecta son urbes concurridas y grandes extensiones de tierras concentradas, cuya custodia de preservación y producción estará en manos de ejércitos privados, así como también la provisión de alimentos y su distribución.
No existe una fórmula para que el Estado pueda garantizar, con recursos limitados y procesos ineficientes, el mantenimiento del poder de la policía. Pues quienes hoy la sostienen con sus impuestos, argumentan una y otra vez en su contra, por su pésimo funcionamiento, su falta de eficiencia, su cúmulo de procesos administrativos y jurídicos irrelevantes, una complejidad innecesaria, nacida en tiempos pasados, lo que la convierte en una institución que podría ser fácilmente erradicada.
El punto culmine de la autogestión sería el poder de la policía en manos de privados, quedando previamente anulado también el rol del Estado como redistribuidor de riquezas y recursos, pues ideológicamente, cada uno debería auto sustentarse por sus propios medios.
¿Es esa la sociedad que auguran los anarquistas?
La sociedad de autogestión es al parecer, la que están buscando, pero dadas las condiciones existentes será una forma de organización social que cristalice las desigualdades aún con más fuerza, pues habiéndose producido la repartición de las tierras, sin una habilidad valuada en el mercado, y con la imposibilidad de invertir y producir por falta de capital o financiamiento, las personas quedarán deliberadamente excluidas, y esa exclusión deberá ser garantizada y protegida por la fuerza.
Desempolvo mis viejos libros una y otra vez, y no encuentro formas de organización social que no sean excluyentes dadas las condiciones estructurales de desigualdad.
Formas inclusivas de organización social, sólo puedo pensar en los kibutz israelitas, que son inclusivos para sus nacionales, excluyendo a los palestinos, por supuesto.
¿Es esa la única forma en que se puede pensar la sociedad de autogestión, con grandes sectores de excluidos? ¿Será este análisis del futuro fatalista?
Es lo único que se puede evaluar, frente al incremento exponencial de la población, en tierras del subdesarrollo.
Sociedades inclusivas
Quedará entonces repensar un tipo de organización social inclusiva, en el caso que ese sea el objetivo final, pues pareciera que no es siempre a lo que se apunta. Las sociedades inclusivas son anheladas por las personas que tienen un pensamiento humanista y hoy, aquí, muchos son los que no apuntan a sociedades integrales, pues está fuera de sus anhelos o se contrapone a sus intereses.
Sociedades integrales donde todos tenga una participación activa en la sociedad, y que permitan ser parte de los procesos sociales, incluyendo los procesos productivos y todos sus elementos, garantizando el bienestar.
Entiendo que en este artículo se han mezclado conceptos provenientes de diferentes corrientes teóricas a los fines de poder alcanzar un análisis y poder proyectar las diferencias en el origen y resultados que pueden llegar a tener las aspiraciones anarquistas en países subdesarrollados.