Sobre el tablado oscuro,
la Parrala sostiene
una conversación
con la muerte.
La llama,
no viene,
y la vuelven a llamar.
Las gentes
aspiran los sollozos.
Y en los espejos verdes,
largas colas de seda
se mueven.

(Federico García Lorca)

El tablao, símbolo de una de las muchas identidades de Andalucía, aquella apegada a conceptos como pasión, melancolía, duende –que, como afirmaba García Lorca, «sube por dentro, desde la planta de los pies»—, diversidad o alegría, es un espacio de improvisación y técnica, un umbral camaleónico de experimentación donde tradición e innovación coexisten en favor de la creatividad. Más que un simple escenario, es un símbolo de la hondura de la cultura andaluza. Este espacio íntimo y mínimo, un entablado de madera sobreelevado, profundamente arraigado a la cultura, es un epicentro del ingenio, un guardián de tradiciones en transformación constante que ofrece a los artistas la posibilidad de sumergirse en las raíces de la expresión de un arte clásico para, desde ahí, experimentar nuevas vías que transgredan las fronteras de lo establecido, que las desdibujen para fomentar nuevas formas de expresión.

Microcosmos en continua expansión, cada narración sobre un tablao tiene que ver con la forma, con el movimiento, con el amor y el dolor, la alegría y el enfrentamiento que resuenan en la experiencia colectiva de los andaluces, sirviendo de punto de encuentro a los artistas que están trabajando sobre diferentes soportes en el ondulante paisaje del arte contemporáneo y se erigen como faros que iluminan el lugar donde expresión e innovación taconean al compás de los nuevos tiempos, de las nuevas sensibilidades, del compromiso cada vez más necesario con nuestro entorno: con la humanidad y con la naturaleza. Cada obra de los 34 artistas presentes en esta exposición colectiva es un poema tangible, un verso esculpido en formas y volúmenes que dialogan con el entorno del Claustrón Sur, los patios y las capillas del Monasterio de la Cartuja, y desde allí atraviesan las barreras del espacio, del tiempo y de la percepción.

En el vasto lienzo de la creatividad humana, la escultura y las instalaciones se alzan como manifestaciones visibles de la imaginación que entrelazan materia y espacio en un diálogo perpetuo. Más allá de la mera representación, estas formas del arte desafían a la percepción al transformar el vacío en un escenario dinámico, pletórico de interacción y significado. La escultura, con sus raíces profundas en la historia de las bellas artes, ha evolucionado desde la rigidez del mármol, la madera y el bronce hasta las expresiones fluidas y efímeras de los materiales contemporáneos. Las instalaciones, por su parte, rompen los límites tradicionales y nos invitan a sumergirnos en mundos creados para ser vividos y sentidos desde las emociones, donde cada paso del espectador se convierte en parte de la obra misma. Juntas, estas disciplinas reinventan continuamente nuestra relación con el espacio y la forma, en un viaje sin fin hacia nuevas dimensiones de la experiencia estética.

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo quiere mostrar en Tablao. Escenario de formas en el arte contemporáneo andaluz el momento de efervescencia creativa que se vive en Andalucía con una selección de artistas nacidos a partir de los años 80, que rompen con las convenciones para desafiar las expectativas y redefinir constantemente los límites de lo percibido. Los artistas juegan con la gravedad, con la fragilidad y con la resistencia por medio de piezas que parecen flotar, vibrar, respirar. Cada obra es una pregunta con respuestas diversas, una invitación a la búsqueda y el descubrimiento de significados múltiples que revelan nuevas facetas con cada mirada y cada reflexión. Algunas de ellas realizadas exprofeso para la exposición, otras pertenecientes a colecciones institucionales o a los propios artistas, estas piezas no sólo habitan el espacio del monasterio, sino que lo transforman y redefinen, pues son manifestaciones de una búsqueda incesante que quiere entender y expresar la complejidad de la vida. Estas obras y sus autores nos invitan a subir al tablao y bailar con ellas, y así vislumbrar las conexiones entre lo tangible y lo intangible, lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido.

(Comisarias: Jimena Blázquez y Alicia Ventura)