La fascinación del hombre por los cristales está ligada al proceso evolutivo de nuestra conciencia. En el desarrollo del cerebro de los homínidos nació la necesidad de comprender el mundo que les rodeaba y clasificar los objetos que captaran su atención. Las colecciones encontradas en diversos yacimientos confirman que, los primeros objetos que despertaron el interés del Homo erectus, fueron las piedras antropomorfas y los cristales. Se piensa que lo que pudo llamar su atención de estos cristales era que se trataban de objetos singulares en el mundo que les rodeaba.

En nuestra época, esta fascinación continúa y se une a una presencia ubicua de los cristales en multitud de áreas tecnológicas que mejoran nuestra vida como la electrónica, farmacología, ciencia de materiales, etc. Esta faceta más reciente de nuestro interés hacia los cristales está también presente en la exposición.

Esta exposición está impulsada desde el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT), instituto de investigación del CSIC en Granada y cuenta con el apoyo de la Fundación Descubre, fundación andaluza para la divulgación de la Innovación y el Conocimiento, impulsada por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía. Sus comisarios son Juan Manuel García Ruiz y Fermín Otálora.

La exposición cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Pulpí (Almería), que ha proporcionado una instalación para la visualización 3D de la geoda de cristales gigantes de Pulpí. También se exhiben espectaculares ejemplares de cristales minerales de la colección de D. Antonio López Fernández y del Parque de las Ciencias de Granada. Asimismo, el Ayuntamiento de Pulpí (Almería) y coleccionistas particulares que han cedido piezas al Museo han participado en el desarrollo de esta exposición.