La Antártida es uno de los lugares con las condiciones más extremas de la Tierra. La firma de Tratado Antártico en 1959 y el protocolo de Madrid sobre la protección del medioambiente en 1991, establecen que la Antártida es un continente dedicado a la paz y a la ciencia. Su aislamiento y nivel de preservación lo convierten en un laboratorio natural ideal para el estudio de procesos ambientales, tanto a nivel local, como global. El Museo lleva más de 30 años investigando el funcionamiento del ecosistema antártico y como se ve afectado por la acción humana. expediciones utilizan infraestructuras permanentes como las bases científicas y otras temporales como los campamentos o los buques oceánicos que hacen posible estudiar de cerca pingüinos, líquenes o volcanes, entre muchos otros elementos. El visitante podrá adentrarse en un continente desconocido para la mayoría de las personas, el lugar más frío de la tierra y con la mayoría de su superficie cubierta de hielo, pero también el hogar del 5 por ciento de la biodiversidad marina mundial y el depósito del 90 por ciento del agua dulce de todo el planeta. Todas estas características lo hacen convertirse en un escenario excepcional para captar la atención de científicos y científicas de todo el mundo.
Planos de vídeo realizados por la Armada, filmaciones sobre las actividades de investigadores de la Plataforma Temática Interdisciplinar PolarCSIC y fotografías de distintos autores presentan este espacio que da vida a la fauna, historia, clima e investigación del continente antártico, además de crear un espacio de reflexión sobre las graves consecuencias ya visibles en este ecosistema, siendo el deshielo de los casquetes polares y el retroceso de los glaciares una de las que más preocupan a expertos y expertas.
Esta exposición está organizada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN/CSIC) y sus comisarios son María Asunción de los Ríos Murillo y Andrés Barbosa.