En los tiempos en que las computadoras no existían hubo un hombre que logró predecir, satisfactoriamente, centenares de eclipses. Este hombre fue Hipólito Sánchez Trujillo que, con solo lápiz, papel y bastante ingenio pudo calcular los movimientos de la Tierra, el Sol y la Luna y prever los eclipses que se avecinarían especificando hora, minuto y segundo.
Hipólito Sánchez Trujillo nació en la ciudad de Arequipa, Perú el 12 de agosto de 1818. Estudió en el reconocido colegio Independencia Americana. Sus estudios continuarían en Derecho en el Colegio de la Merced y seguidamente, convalidaría los mismos en la Universidad Nacional de San Agustín para titularse como abogado en el año de 1844.
Sánchez Trujillo fue un espléndido jurista y ocupó cargos importantes en el Estado llegando a ser presidente de la Corte Superior de Justicia varias veces. Hipólito, aunque fue un prolífico abogado escribiendo diversos escritos sobre abogacía y ejerció su carrera espléndidamente, no se limitó solo al camino de las leyes, sino que también se adentró en otras ramas del conocimiento como la ciencia, la educación, el periodismo y una de las más importantes y por las que tendrá más reconocimiento, la astronomía.
Hipólito Sánchez Trujillo, el científico
Aunque ya hemos declarado más arriba que Sánchez Trujillo era un notable jurista, otro amor tan grande como lo tenía por las letras lo tenía también por las ciencias. Su vida científica comenzó siendo profesor en el mismo colegio donde él había estudiado años antes, La Independencia Americana. Ahí daba clases de Física, Matemática, Mecánica y Astronomía. En ese tiempo era muy complicado hacer ciencia en la ciudad de Arequipa ya sea por falta de conocimientos, técnicas y tecnologías o por la carencia de instituciones que apoyen este tipo de tareas.
Fue en esos tiempos cuando Hipólito daba clases que escribe Prontuario del sistema métrico decimal en el que ya comienza a verse el interés por las unidades de medición las cuales, son de suma importancia en el ámbito científico. Años más tarde le dan el cargo de Rector de la institución y llega a escribir valiosos textos sobre pedagogía.
Poco después comenzaría una de las más titánicas tareas que puede tener un hombre de ciencia y es la de predecir eventos. Hipólito Sánchez Trujillo a punta de papel, lápiz, cálculos matemáticos y arduas observaciones empezaría a elaborar una serie de predicciones concernientes a los eclipses que iban a ocurrir en los próximos años. Este libro, poco conocido, difícil de conseguir y extremadamente importante para la historia de la ciencia de Arequipa llevó el título de Efemérides Astronómicas del Sol y la Luna1 y fue publicado en el año de 1857 y contendría, con lujo de detalle, 534 eclipses tanto solares y lunares que acontecerían desde el año 1856 hasta el año 2000, todos ellos especificados con hora, minuto y segundo.
Con apoyo de un ordenador, hoy en día es relativamente fácil predecir un eclipse. En la actualidad, existen efemérides de eclipses que están pronosticados hasta después del año 2500 con bastante precisión, existen también algunos programas en las que fácilmente podemos visualizar los movimientos de los astros en cualquier año venidero, pero en 1857 era muy difícil realizar esta tarea y era más complicado aun cuando la ciudad de Arequipa no contaba con ninguna institución inmiscuida de lleno en la Astronomía. Esto hace ver que el sabio arequipeño estaba adelantado a su época poniéndose al nivel de reputados astrónomos de Europa.
Pero ¿cómo es posible que una persona sin un título profesional de astronomía logre tal hazaña? Hipólito Sánchez Trujillo era, principalmente, un paciente observador. Uno de los principales métodos que debe usar un hombre de ciencia es la observación y ya que en astronomía no se puede experimentar con los objetos de estudio solo queda tener bastante paciencia y atención. Estas características abundaban en Hipólito y acompañadas de un gran talento para el cálculo hicieron posible que el arequipeño pudiera obtener datos relevantes. Por otro lado, Sánchez Trujillo estaba muy actualizado sobre los últimos conocimientos en la astronomía, lo que le hizo utilizar métodos e instrumentos sofisticados para alcanzar sus objetivos.
Aunque su obra está basada en el meridiano de Arequipa esta no se reduce solo a esta ciudad. Él era consciente de esto y por eso prestó atención a la correspondiente latitud y longitud de la ciudad arequipeña con el fin de que cualquier persona que leyera su texto pudiera, aumentando o quitando la diferencia horaria, aplicarlo a la franja meridional en la que se encontraba. Tanto los eclipses lunares y solares están detallados con hora, minuto y segundo, y si se verían o no en la ciudad. Además, como buen hombre de ciencia también era precavido advirtiendo que algunos de sus cálculos, sobre todo los concernientes a los eclipses solares, pueden fluctuar y fallar en algunos minutos.
Su obra no solo contenía tablas con los tiempos en los que se darían los eventos astronómicos, sino que también, explicaba didácticamente cómo se llevaban a cabo los eclipses, incluso comentó métodos fáciles para calcular movimientos celestes para que los principiantes en astronomía puedan usarlos, todo esto lo convertiría en uno de los primeros divulgadores científicos. En el mismo libro también argumentaba que en un año puede haber como mínimo dos eclipses y como máximo siete, que los más comunes son los eclipses de sol pudiendo haber hasta cinco eclipses solares, pero solo dos lunares. Así mismo también, en su texto, se encuentran detallados los tiempos de las fases de la luna. Lo que hace increíble estos conocimientos del científico arequipeño es que hasta el día de hoy esta información es tan usada como válida.
Hipólito Sánchez Trujillo aparte de escribir y divulgar sus conocimientos, también entraba en fuertes debates concernientes a estos. Algunos de los que recordaremos son, por ejemplo, la objeción que le hizo al astrónomo alemán Rudolf Falb sobre la predicción de movimientos sísmicos. Esta historia comienza cuando en el mes de agosto de 1868 las costas de Sudamérica presenciaron fuertes sismos que destruyeron todo a su paso y dejaron miles de fallecidos. Este fenómeno ocurrió el 13 de agosto de 1868 en Perú y tan solo tres días después ocurriría lo mismo a Ecuador.
Falb, que ya tenía una teoría geo-astronómica sobre el origen de los temblores y las erupciones volcánicas basadas tanto en el calor interno de la tierra como en el movimiento de los cuerpos celestes fuera del planeta, escribió en ese tiempo que dada las condiciones astronómicas parecidas que se avecinarían en octubre de 1869 algunas costas de Sudamérica sufrirán, nuevamente, fuertes terremotos. En estas costas incluía a Perú, lo que hizo que sus escritos llegaran rápidamente al país y alarmaran a la población.
Para ese entonces, algunos intelectuales e instituciones de varios países de la zona con augurio analizaron las teorías de Falb. Muchos pensadores coincidían con el científico alemán y otros declaraban que las teorías de Falb debían ser tomadas solo como hipótesis debido a la falta de evidencia2. Otros, en cambio, mostraban su desconcierto y objetaban fuertemente a las ideas de Falb. Si bien Falb, estaba en lo cierto al declarar que el sol y la luna generaban mareas en el planeta, Hipólito Sánchez Trujillo declaró que los siguientes movimientos de estos cuerpos que iban a ser semejantes a cuando hubo el terremoto en Perú un año antes, no auguraban otro sismo. Yéndose contra todo pronóstico de Falb y llegada la fecha del presagio es bien sabido que no hubo ninguna catástrofe en tales zonas. Todo esto hizo que Hipólito Sánchez Trujillo sea mucho más respetado y obtenga fama mundial.
Otro debate en el que salió rotundamente victorioso fue el concerniente a un eclipse que iba a ocurrir en el año de 1893. Sánchez Trujillo en un número del diario La Bolsa que data del 5 de enero de 1892 declara que los cálculos realizados por los astrónomos del observatorio de Santiago de Chile sobre el eclipse que pronosticaron para el 15 de abril de 1893 eran erróneos pues este eclipse ocurrirá no el 15 sino el 16 de abril, un día después3. Estas fechas exactas ya habían sido publicadas en sus Efemérides Astronómicas del Sol y la Luna, sin embargo, en el diario publicado en ese tiempo Sánchez declara que al haberse enterado sobre los pronósticos chilenos lo hicieron revisar nuevamente sus cálculos e incluso en la misma publicación muestra con lujo de detalle los tiempos correctos en que acaecerá tal eclipse.
En ese mismo diario también demuestra que tanto la fecha, la hora y el minuto predicho por los científicos de Santiago son errados e invita a la población a revisar los números. Por último, a esperar el día del evento para comprobar sus argumentos. Tal vez parezca mucho alarde al respecto por hablar de un pequeño error de tiempo, pero en astronomía cualquier error, por pequeño que sea, es harto importante. Tiempo después, como puede mostrar cualquier fuente, tal suceso ocurrió el 16 de abril de 1893 como dijo Hipólito Sánchez Trujillo. Algo asombroso para la época de cómo un hombre solo pudo ponerse a la par con un grupo de profesionales institucionalizados y salir victorioso.
De Hipólito Sánchez Trujillo se puede hablar mucho y es bastante reprobable cómo la historia de la ciencia, muchas veces, es injusta con muchos intelectuales en varias partes del mundo que tuvieron interesantes avances en sus campos. Así como Hipólito Sánchez Trujillo, son muchos los científicos que son olvidados por un eurocentrismo histórico y científico. Afortunadamente, en la actual sociedad de la información, esto se está contrarrestando y se está mostrando, poco a poco, a muchos pensadores, casi borrados de la historia, de los cuales nos podemos sentir orgullosos de divulgar. Actualmente, en la ciudad de Arequipa, en el distrito de Characato, un observatorio privado ha tomado el nombre de Hipólito Sánchez Trujillo para comenzar a divulgar su historia y hacer ver a la población arequipeña que aún podemos mirar a las estrellas y seguir asombrándonos.
Notas
1 El titulo completo de la obra es Efemérides Astronómicas del sol y la luna que comprenden los novilunios, plenilunios, cuartos crecientes y menguantes, y los eclipses del sol y la luna, que acontecerán desde el año de 1856 hasta el de 2000. Las fiestas movibles, y el cómputo eclesiástico. Métodos apropiados para continuar perpetuamente estos cálculos y un tratado de la distinción del tiempo con varias tablas útiles y curiosas.
2 En varios países intelectuales y universidades analizaron las teorías de Falb. En Perú, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos elaboró un informe titulado Informe sobre la teoría del astrónomo alemán Rodolfo Falb acerca de los temblores y las erupciones volcánicas.
3 El diario La Bolsa publica el 5 de marzo de 1892 un artículo de Hipólito Sánchez Trujillo que versa sobre el error que tuvieron los astrónomos chilenos al calcular un eclipse y que fue publicado días en el diario de Valparaíso El Mercurio.
Blibiografía
Cervesur. (2003). Arequipeños Ilustres II. Arequipa: Cervesur.
Dulanto, M., & Barranca, J. (1869). Informe sobre la teoría del astrónomo alemán Rodolfo Falb acerca de los temblores y erupciones volcánicas.
Humire, M. S. (2003). Prólogo a la segunda edición de Efemérides Astronómicas del Sol y la Luna. En Cervesur, Arequipeños Ilustres (págs. 8-13). Arequipa: Cervesur.
Sánchez Trujillo, H. (5 de Marzo de 1892). Eclipse. La Bolsa, pág. 2.
Sánchez Trujillo, H. (2006). Efemérides Astronómicas del Sol y la Luna. Arequipa: Edición homenaje patrocinada por Extebandes Arequipa.
Valderrama, L., & Sevilla, E. (2021). La discusión pública de los pronósticos de terremotos de Rudolf Falb en Ecuador y la costa sudamericana del Pacífico (1869-1889). Historia Unisonos, 25(3), 420-434.