Desde la lejana tierra de la estupenda poeta Wislawa Szymborska (Premio Nobel de Literatura 1996), la genial científica Marie Curie (Premio Nobel de Física 1903 y Premio Nobel de Química 1911), el célebre compositor y pianista Frédéric Chopin (1810-1849) y el sindicalista Lech Walesa (Premio Nobel de la Paz 1983), la periodista, traductora y escritora polaco-italiana Joanna Longawa (Cracovia, 1982) ha llegado a nuestro Perú para presentar su interesante y reflexivo libro Las pruebas de la existencia. Este sábado 11 de noviembre a las 7:00 p.m. habrá una firma de ejemplares en la acogedora librería Casatomada, en San Isidro.
Por el lado periodístico, resulta sumamente motivador conversar con Joanna, dado que ella ha podido entrevistar a valiosas personalidades internacionales, como la cineasta italiana Lina Wertmuller (la primera mujer en ser nominada al Oscar, en 1976, en la categoría de Mejor Director), el pintor estadounidense Alex Gross (su trabajo ha sido portada de álbumes de grupos de rock y de un libro del escritor Haruki Murakami), el escritor italiano Alessandro Baricco (su novela Seda fue llevada al cine), el escritor y músico noruego Jo Nesbo (sus novelas están traducidas a 50 idiomas y ganó el Premio Riverton en los años 1997 y 2019), la fotógrafa estadounidense Christy Lee Rogers (que ha trabajado para Vogue, Harper’s Bazaar, Elle y The Independent), el escritor italiano Federico Moccia (varias de sus novelas han sido llevadas a la pantalla grande) o el chef argentino Mauro Colagreco (su restaurante Mirazur, ubicado en Francia, fue elegido en el año 2019 como el mejor del mundo).
Mientras que, por el lado literario, en el año 2020 Joanna publicó el libro Le prove dell’esistenza, gracias al cual recibió el Premio Zurich (en Suiza) y el Premio Especial Profumi D’Autrice (en Italia). Del mismo libro, su versión en español Las pruebas de la existencia fue lanzada en mayo de este 2023 por Universo de Letras del Grupo Planeta. Para su edición latinoamericana ha contado con la colaboración de artistas como Cristian Avilés (Chile), Sandra Piterman (Argentina), Eleazar Sánchez (El Salvador), Fabio Zambrano (Colombia), Jorge Perugachy (Ecuador), Libertad Betancourt (México-Estados Unidos), Víctor Delfín (Perú) y los españoles Ramón de Vargas, Miguel Ángel Berraquero, Pablo Mesa Capella, Javier Sada y Pedro Juan Rabal.
La autora europea es, desde el año 2010, corresponsal italiana de la revista de cultura, ocio y lujo polaca Trendy. Art of Living. También ha escrito para Serargentino.com.ar y colaboró durante la pandemia con la revista polaca en Italia Nasz Swat. Se graduó en Editorship en la prestigiosa Universidad Jagiellonski en Cracovia, Polonia. Luego obtuvo un Master en «Enseñanza del idioma polaco a extranjeros» en Roma, mediante la Universidad Slaski. Además, es fundadora y editora, desde el año 2015, de una revista de arte en inglés JL Interviews y de su versión en español JL Interviews TV América.
En la siguiente entrevista, Joanna nos cuenta un poco de su infancia, del sentimiento cosmopolita que siempre le nació, de su visión de Latinoamérica (región con la cual se siente muy conectada gracias a su historia personal y familiar), de sus conceptos acerca de lo cultural y también de los diferentes niveles de lectura que se le pueden dar a su libro Las pruebas de la existencia, el cual ya tiene versiones en varios idiomas.
Joanna, muchas gracias. Vamos a conversar sobre tu carrera periodística y también sobre tu libro que estás presentando acá, Las pruebas de la existencia. ¿Cómo te sientes en Lima?
Gracias, Gianmarco. No soy tan nueva porque ya pasó un año, creo. No estoy constantemente en Lima, a veces escapo a Europa, después vuelvo. Entonces no me pesa mucho no estar siempre fuera. Pero este año no es positivo porque es del (Fenómeno del) Niño, pero lo encuentro más amable -hablo del clima, obviamente-, más ligero, más caliente, y eso me gusta mucho. Lima... La única cosa que un poco me asustaba al inicio fue exactamente el clima, la humedad, que es fuerte, pero la naturaleza y la comida aquí, de verdad, es número uno. Es top de top. De verdad me encantan todas esas plantas, frutas y los platos peruanos.
Ya yendo directamente a tu carrera de periodista, tú que has podido conversar con personalidades como Alex Gross o Federico Moccia o Lina Wertmuller, ¿cómo esos encuentros con estas personalidades han alimentado tu vida y tu carrera? ¿Cómo sientes que te han aportado?
Lo sabes también tú. Cada persona que uno entrevista, que uno encuentra, es siempre algo emocionante. Porque no siempre pasa que en la vida normal cada persona encuentre alguien que es famoso, pero no hablo de las estrellas o de los presentadores. Depende de qué famoso. El famoso por la cultura, por lo que escribieron o lo que hicieron. Y hablo de cultura global, como Lina Wertmuller, que ganó el Oscar últimamente, antes de morir, por su carrera y fue la primera mujer directora de cine. Yo también hablo de derechos de la mujer, imaginen qué emoción, sobre todo porque Lina Wertmuller es conocida como un interlocutor no fácil. Ella siempre fue un poco irónica, te contesta un poco crudo, no es tan fácil entrevistarla. Yo tenía mucho miedo, pero sobreviví y todo fue bien.
Me estresaba bastante porque hay personajes -lo sabemos- muy exigentes y Lina Wertmuller pertenece o pertenecía a ese grupo. Pero estoy refeliz que la encontré en Roma, en su casa, y la conocí en persona, porque ya no tendremos ocasión. También por eso fue increíble. De verdad, excepcional como mujer y como personaje. Otros, hay varios. No a todos los encontré en persona, a veces hay teléfono o por el Zoom, como a Alex Gross, artista contemporáneo de Estados Unidos. Había varios artistas también de América del Norte. Sobre todo, de Italia, porque yo viví los últimos quince años en Italia. Trabajaba siempre desde Italia y aproveché que estaba allá y podía encontrar nuevos personajes como Lina Wertmuller o Federico Moccia, gran escritor. No sé si lo conocen todos, pero él vendió millones de libros y hace dos, tres años fue lo más vendido en España. Está traducido en todos los idiomas. Creo que también en América Latina tuvo mucho éxito, imagino, porque sus novelas se venden rápidamente. Y también es una gran persona, con mucho corazón. A veces no te esperas, no piensas que si alguien es tan famoso… No sé, te trataría mal o no te daría atención. Al final, es al revés. (Las personalidades) más reconocidas y más importantes, a veces notas que son más abiertas, más…
Sencillas.
Más sencillos. Hay personajes que también encontré, tipo varios actores jóvenes que en Italia se dice que «se la tiran», que se creen no sé quién y, al final, no llegan ni mínimamente al nivel de esos personajes superfamosos con quienes hablé, pero se sienten más importantes. Eso es arrogancia. Cada persona puede ser famosa, una porn star puede ser famosa, no tiene que ver con tu personalidad, tus valores, tu nivel como ser humano. Ellos tienen más humanidad. Gracias a sus méritos, obviamente. Como escritores o personas de cultura entienden lo que es de verdad importante en la vida. Y a las personas tratan con respeto.
De estos personajes que como periodista has podido conocer, a la mayoría, ¿tú los buscaste entrevistar o alguno te llegó por suerte? Porque también, a veces, la suerte juega a favor de los periodistas. A veces. ¿En tu caso fue así?
Sí, verdad. A la época yo trabajaba en un magazine polaco Trendy. Art of Living, como corresponsal de Italia y también seguía a los famosos con entrevistas, a veces también salían en la cubierta. La mayoría de veces los contactaba yo, les preguntaba sí los podía encontrar y hacer una entrevista. A veces alguien me sugirió, porque a veces funciona así, que alguien conoce a alguien, por ejemplo: «Ah, yo conozco a ese personaje, ¿por qué no le escribes?» y te da una idea. Pero todo normalmente salía siempre de mí, de la creatividad propia. Puedo añadir, por ejemplo, también a Jo Nesbo, que aquí no sé si se lee mucho, pero en Europa es super. También se venden mucho sus libros. De criminales noir, otro estilo, totalmente opuesto de lo que escribe Federico Moccia, pero también superfamoso. Y también lo entrevisté.
Joanna, y ahora para entrar en tu libro Las pruebas de la existencia: lo publicaste originalmente en el año 2020 en italiano.
(Joanna asiente).
Y ahora ya tiene versión en español. ¿Qué es lo que el lector va a encontrar básicamente en tu libro? Ya sabemos que hay bastantes artistas, tanto latinoamericanos como españoles, que están incluidos ahí y que se refiere a temas de lucha contra la violencia hacia la mujer, pero ¿esos son los temas principales o encontraremos más cosas en tu libro?
Mi libro, abreviando todo, como lo escribo siempre, es una voz contra la violencia, no que es sobre la violencia. Es contra la violencia y sobre la relevancia del arte como paradigmas eficaces, porque el arte en ese contexto que se cuenta aquí y, en mi opinión personal, es algo que nos salva la vida. Pero arte obviamente entendido también como cultura, no solo arte. Arte-cultura: aquí entra también la fotografía, todo lo que es artístico, creativo. Libros, porque obviamente los escritores también crean. Entonces, todas las personas que crean y tienen un impacto fuerte en otras personas. Creo que a todos nosotros esa cultura debería ayudarnos y ser por eso promocionada en cada país. Como que no siempre es así y muchas veces a la cultura se la deja: «Ah, no da plata». El Gobierno decide: «No, eso no es importante, promocionamos otra (cosa)». Y, a veces, se olvida que eso es la calidad, eso es la enseñanza, eso es algo importante para el desarrollo de cada persona. No se alimenta esa necesidad humana, porque todos necesitamos cultura, solo que algunos no lo saben. Este libro no lo dice en modo directo, porque no es manual de nada. Es una creación muy poética, simbólica, escrita también en una forma posmoderna.
¿Mezclas géneros?
Sí, exacto. Mezclo géneros. Es prosa poética y se podría también decir con elementos de drama, porque está escrita en primera persona. Entonces, por ese motivo, muchos actores en Italia y ahora también en Perú interpretan ese libro, porque lo puedes hacer como palabras tuyas. Lees un fragmento, pero te entra como si fueses parte del mismo.
Suena como si fuera un monólogo.
Sí, exacto, pero ese es el punto: que debería ser el monólogo de nosotros. Yo soy mujer y mi protagonista es mujer, porque quisiera que sea más natural para mí escribir como mujer. Pero no quiero tampoco que sea solamente para las mujeres el libro, porque aquí podemos tocar violencia de género, pero entiendo más como que el libro no dice nada claramente. Empezamos algo que sabemos que a la protagonista le pasó, algo malo, que imaginamos que es violencia física, pero no que el libro describe el acto. Yo no hablo de violencia en sí misma, eso no me importa. Eso es un proceso post. Como el posmodernismo, también la forma es bastante flexible, se cambia, se modela, adaptándose al estado psicológico de la protagonista, que la sabemos víctima de cualquier violencia. No es importante si es física, psicológica, sexual. Hay de todo. Bullying. Ahora estamos llenos de violencia en este mundo en que vivimos. Y este libro también es una metáfora del lockdown que, como sabemos, también fue una violencia.
El confinamiento.
Claro. Y la protagonista, en efecto, está encerrada como nosotros en lockdown. En casa, traumatizada.
¿Nació con el confinamiento la idea? ¿O ya venías con la idea antes del confinamiento?
El libro nació durante mis estudios. La base. Pero después volví en este tema. Yo me olvidé totalmente de este libro, pero cuando pasó la pandemia, nos encerraron en casa, uno tiene más tiempo para pensar. Encontré en los cajones estas notas en polaco inicialmente, después todo lo traduje y amplié en italiano. Me parecía que ese cuento refleja mucho lo que pasa ahora. Ese estado como que todos se sentían perdidos, que no sabían qué iba a pasar. Perdían su trabajo, su accionar. Fue mucha inercia. Más o menos ese estado vive también el protagonista. Por un lado, es víctima de violencia, pero por otro lado puede ser también cualquier persona a la que le pasó algo traumatizante.
¿Será esta la versión definitiva o la piensas seguir llevando a otros continentes, a otros idiomas, de repente?
Yo creo que por ahora me paro. De verdad, no sé qué debería pasar para que sea algo más. Por ahora no. No sé por qué, pero escribo en italiano. Me sale más. No sé por qué. Entonces, Italia ya tuvo su versión, solo que una versión más, entre comillas, pobre. Era solamente texto. América Latina es un mundo que yo asocio con muchos colores. Es más que un continente. Más o menos así hablamos desde el punto de vista de un europeo. Que hay muchas variedades, aunque estén casi todos unidos por un idioma.
Excepto Brasil.
Claro. Exactamente. Pero se entiende lo mismo.
Más o menos.
Más o menos. Sobre todo, argentinos con brasileños (sonríe). No sé cómo, pero se entienden.
Se aman.
¿No? Sí (sonríe). Es verdad. Pero siempre es la misma familia lingüística latina. Y mucha historia en común. Ustedes son más como hermanos, como digo siempre.
Excepto en el fútbol.
Sí, exacto. No se habla de fútbol, pero cuando viajas es diferente el calor humano y todo eso. Obviamente, no hablamos de la situación política, porque aquí también hay mucho conflicto. Visto que estaba aquí conocí a varios artistas, como Víctor Delfín.
Que está en la portada de tu libro.
Exacto. Y que también es una personalidad increíble, que luchaba y lucha siempre por los derechos humanos. Me vino esa idea para crear un libro diferente, la versión española, un poco personalizada para América Latina y España también, pero sobre todo para América Latina. Porque la mayoría de los artistas son de aquí, de América Latina. Y en la portada, Víctor Delfín y una de sus obras, que muy bien me parecía que interpretaba el título Las pruebas de la existencia. La obra se llama La mar y, en efecto, después quien ve la foto entiende el sentido de la vida.
Además, hay una mujer que está al natural, como vino al mundo, como que está vulnerable frente a todo.
Sí, es exacto. Es esa mujer y toda la naturaleza que la circunda. Que es también un sentido escondido del libro, porque ella está, en el libro, en casa, en algo que creamos nosotros, los humanos, para cerrarnos al exterior. Y ella buscándose a sí misma, lucha para sobrevivir, para ir adelante después de lo que le pasó. Porque, al final, la salida, abrir la ventana, abrir la puerta: son todos gestos simbólicos que interpretamos como abrirse al mundo, como continuar para vivir. Porque el mundo es lo que hay al exterior, lo que hay dentro de la casa. La casa debería ser algo que nos protege y donde dormimos, donde trabajamos, pero, al final, la vida real es fuera de casa. Y, más o menos, esa cubierta creo que metafóricamente capturó el sentido general del mensaje del libro.
¿Las pruebas de la existencia las has podido encontrar o todavía las estás buscando?
Pues eso lo buscamos siempre. No hay una respuesta aquí. Obviamente, Las pruebas de la existencia se refieren al contexto del que se está hablando. Entonces, Las pruebas de la existencia de esa persona que está, en ese momento, analizando su situación existencial, haciéndose las preguntas, leyendo periódicos, libros, portales. Ella está buscándose a sí misma y se pregunta, como a veces nos pasa a todos, cuál es el…
El sentido.
Exacto. Entonces, eso cala.
Un sentido filosófico.
Sí, porque cada uno de nosotros, si estudió o no, tiene ese momento en la vida que te pones a hacer preguntas filosóficas. Porque al final cuando pasa algo malo, porque no siempre es todo rosado en la vida, vas a esas preguntas: ¿Por qué vivimos? ¿Quién soy? ¿Qué tengo que hacer?
¿A dónde voy?
¿Dónde voy? ¿Quo vadis? Todas son preguntas universales. Desde siempre se repiten. Desde cuando nació la filosofía en el ser humano, desde cuando aprendimos a hablar. Y en ese contexto, en ese caso, la mujer busca esas pruebas en todo lo que ve, observa. Y nosotros también. Cada uno tiene su vida, que es su experiencia personal, que ni puedo describir. Cada uno tiene sus cosas que observa, que lee, que lo modifican, que lo forman. Y cada una de esas cosas, de esas experiencias fue una lectura, una obra que miras, una persona que encuentras. Creo que es todo eso. (Hasta los) animales… Todo son pruebas de la existencia.
Todo nos ayuda a sentir que estamos vivos.
¡Exacto! Es todo, porque al final no es ser vivo aislarse solo viviendo así, comiendo, mirando la tv. Eso no es vivir. Vivir es cuando nosotros nos podemos reflejar en otras personas. No solo personas, en otros seres, en la vida que hay en esta tierra. Eso es el milagro. Ya que estamos aquí, en este planeta: es un milagro. Visto cómo funciona todo el universo y que es tan difícil encontrar otros seres en todo el universo enorme, tendremos que sentirnos especiales.
Joanna, muchísimas gracias por la entrevista y esperamos que sigas escribiendo nuevos libros y que tu estadía en Lima, de lo que te quedes acá todavía, sea de lo más placentera para ti.
Muchas gracias. Seguramente será así. Estoy segura. Además, Lima es una ciudad complicada, como lo dice también Vargas Llosa y casi toda persona que conoce Lima. No es tan fácil vivir aquí. Por el clima, por varias cosas. Pero necesito más tiempo. Uno tiene que darle tiempo para acostumbrarse y ver las cosas que ofrece, porque también tiene muchas cosas positivas e interesantes, y yo estoy todavía descubriendo, y voy a descubrir seguramente mucho más.
Una pregunta final. ¿Tú eres de Cracovia, verdad?
Sí.
Cuando eras una niña en Cracovia, ¿imaginaste en algún momento que ibas a llegar a un país lejano en Sudamérica, llamado Perú, a presentar tu libro?
No. Nunca me imaginé. Yo, de verdad, fui muy aburrida porque… Aburrida en el sentido de que nunca imaginaba que iba a dejar Europa. No tenía ese interés. Me gustaba viajar leyendo o mirando la tv. Me encantaba América Latina cuando la miraba en…
Televisión.
Sí, claro. Obviamente, a mi mamá también. A todos siempre «¡Oh, qué bonito! ¡Qué bellos sitios!». Me encantaba, pero no sabía si algún día llegaría. Porque es tan complicado pasar continentes. Lo mismo para ustedes. No siempre hay posibilidad. O también cuesta mucho y todo. Es muy complicado cambiar de continentes, pero no me arrepiento. Estoy muy feliz de que vine aquí a descubrir este nuevo mundo, como Colombo (Cristóbal Colón, en italiano), ja, ja… Bromeo, pero de verdad, cambiar la mentalidad, entrar en la vida de personas que viven diferente, que tienen otras costumbres, hace bien.
La idiosincrasia de otro país.
Claro. Otra cosa que me has preguntado: de Cracovia. Yo en Cracovia ya estudiaba otros idiomas, frecuentaba extranjeros, y siempre fui abierta, muy mundial…
Globalizada.
Sí. Nunca me sentía de verdad solo polaca. Yo soy europea, mundial, lo que sea. No me sentía solo polaca, porque no soy tampoco la típica polaca. No tengo ideales típicos o cosas típicas que uno piensa que hace un polaco. Siempre me gustó ser un poquito diferente de la masa y tener mi opinión. Y por eso también vine a Italia. Siempre Italia está en mi corazón, es mi segunda patria. El futuro que tú todavía no sabes que llegará, pero ya una señal te deja la vida antes y tú después de tiempo asocias las cosas. Puedes decir: «Ah, mira, pasó eso y ya sé qué tenía». Era una señal. Yo todavía no sabía interpretar el pasado, pero ahora me doy cuenta. Por ejemplo, cuando todavía estaba en el liceo estudiando en Polonia, recuerdo que me compré un libro así, grueso, sobre Argentina, y ya me fascinó esa cosa. También aprendí el idioma italiano.
Eran conexiones con tu futuro.
Sí, no sé.
Anticipadas.
Yo no sabía que eso estaría en mi futuro, en serio. Eso fue totalmente inconsciente. De los cuentos de mis abuelos, de mi madre, cuando ya aprendí italiano, después español, todo. Descubrí que el abuelo del abuelo era italiano. Que, por ejemplo, el abuelo de mi papá, una generación antes vino al Perú, trabajó en Perú, y yo esas cosas no las sabía. Y ahora que todo se conecta creo que fue algo como…
Hay algo cósmico ahí.
¡Sí!
Algo místico.
Sí, puede ser.
Estás predestinada.
Increíble cómo sin conciencia o puede ser la energía, tú haces alguna cosa y después te lleva a esa cosa. No sé explicar, pero es increíble, porque mi pareja es argentina. Por eso digo, ese libro de Argentina y también el idioma italiano que inconscientemente aprendí. Tenía un mapa de Italia, toda mi infancia, delante de mi cama y terminé en Roma. Entonces, hay algo que no puedes explicar.
Estamos agradecidos de que estés en Lima y que hayas venido a nuestro país. Muchas gracias, Joanna.
Muchísimas gracias.