Hace unos meses el mismísimo David Beckham comentó en sus redes sociales lo mucho que le gustaban las sardinillas en conserva de Los Peperetes. Lo primero que pensé es que Sir David Beckham y yo tenemos los mismos gustos, yo también soy muy fan de estas conservas. Pero no podéis imaginar el revuelo y la repercusión que tuvo esa publicación. Infinidad de medios se hicieron eco de la noticia, y es que Beckham tiene en su Instagram 75 millones de seguidores que corrieron como locos a ver qué era eso de Los Peperetes. Hoy os lo voy a contar yo y es que como gallega me siento muy orgullosa de hasta dónde está llegando esta pequeña conservera familiar.
Empezaré explicando el significado de la palabra «peperete». Se trata de un término rescatado del lenguaje coloquial gallego que evoca algo apetitoso, deseado, sabroso y distinto... una delicatessen. Palabra que define muy bien el saber hacer de esta conservera.
Conservas Los Peperetes comenzó su andadura a principios de los años 90, cuando Jesús Lorenzo, descendiente de los primeros conserveros gallegos y su mujer Mª Antonia Paz, excelente cocinera, fundan un obrador artesanal de conservas en el pueblo marinero de Carril. Hoy todavía mantiene arraigado ese carácter familiar ya que son los 3 hijos del matrimonio los que la gestionan. Belén como directora de exportación y logística, Santiago como director de producción y control de calidad, y Jesús como director general.
Para poder hablaros de todo esto, organicé una visita en la que Jesús me contó la historia de la empresa y donde pude comprobar de primera mano el trabajo artesanal que allí se realiza.
El Obrador se encuentra situado en un lugar privilegiado con unas increíbles vistas a la Isla de Cortegada, espacio protegido perteneciente al Parque Natural de las Illas Atlánticas. Además, toda la conservera rezuma tradición, en el edificio aún puede verse la barra de bar que formaba parte del antiguo restaurante. Después de ponernos la indumentaria obligatoria pasamos al obrador de producción, donde unas mujeres limpiaban a mano, una a una y con mucho esmero, las sardinillas que les habían traído unas horas antes. ¡Fresquísimas!
Pudimos apreciar de primera mano el cariño y esmero con que manipulan la materia prima sus artesanas. Las pocas máquinas que esta empresa utiliza son una auténtica reliquia, lo que le aporta un valor añadido a su trabajo.
Me llamó mucho la atención las piscinas de agua de mar donde depuran los moluscos y bivalvos que reciben vivos. Limpiar el producto con agua del mar es un auténtico privilegio. Otra cosa que me encantó fue ver las enormes ollas en las que cocinan las salsas, todas ellas son recetas familiares y originales de la matriarca y fundadora Mª Antonia, a la que tuve el inmenso honor de conocer en mi visita.
También vimos la parte más moderna de la conservera, que es la zona de etiquetado y almacenamiento. Me sorprendió la cantidad de referencias con las que trabajan y es que disponen de un catálogo con más de 50 latas diferentes, además de lotes y estuches regalo. Pude ver las latas etiquetadas y envasadas en diferentes idiomas, ya que esta pequeña empresa gallega ya ha conquistado los paladares y los estómagos de personas repartidas por todo el mundo, sus productos se venden en 20 países de los 5 continentes. Todo un logro que solo puede conseguirse con trabajo duro y buen producto.
Pero David Beckham no es el único personaje conocido que ha sucumbido a esta delicia de conservas, mi admirado, el grandísimo chef español, afincado en Estados Unidos José Andrés lleva años, desde 2014, consumiéndolas y ofertándolas en sus restaurantes americanos. Además de ser el encargado de distribuirlas no sólo en Estados Unidos sino también en Canadá y Puerto Rico. Asimismo, China es uno de los mayores consumidores de estas conservas Gourmet made in Galicia.
Agradezco muchísimo a Jesús el darme la oportunidad de visitar su empresa, sus explicaciones y sobre todo el transmitirme tan bien su pasión por el oficio.
Conservas Peperetes es una pequeña empresa familiar que, con su trabajo artesanal, su buen producto y el cariño que le ponen ha conquistado el estómago de mucha gente a lo largo del mundo y que seguramente seguirán haciéndolo por mucho tiempo.
¡Producto gallego y buen hacer son garantía de éxito!