William Beebe (1877-1962), padre de la ecología neotropical, junto con varios miembros de la Sociedad Zoológica de Nueva York pasaron una temporada en el oriente de Venezuela, pero deseaban encontrar un lugar más propicio para sus investigaciones. Una selva lluviosa nada o poco intervenida, accesible pero no inmediata a poblaciones humanas, con presencia de animales todo el año. Comisionaría a la carcinóloga Jocelyn Crane (1909-1998) para conseguir un lugar así en Suramérica. Luego de explorar varios países centro y suramericanos, el sitio escogido estaba en el parque nacional Rancho Grande o de Aragua (hoy Henri Pittier), en Venezuela.
Nace Charles William Beebe en Brooklyn, Nueva York, el 29 de julio de 1897. Hijo único de Charles Beebe (1852-1931) y Henrietta Marie «Nettie» Younglove (1852-1924). Teniendo unos dos años, la familia se muda a East Orange, Nueva Jersey, donde estudiaría primaria y secundaria. Sus padres, entusiastas naturalistas, frecuentemente asistían a conferencias en el American Museum of Natural History (AMNH) llevando con ellos al joven. Gracias a su madre, Beebe conocería a varios investigadores, incluyendo al reconocido paleontólogo y geólogo Henry Fairfield Osborn (1857-1935), presidente del AMNH.
Siendo adolescente, Beebe utiliza buena parte de su tiempo libre en recolectar y estudiar insectos y aves locales. Frecuentemente visita el AMNH para identificar algunos de sus ejemplares. Con el tiempo, su dedicación y entusiasmo le ganó el aprecio de los investigadores del Museo.
En 1896 ingresa Beebe a la Universidad de Columbia. Fairfield Osborn, ahora vicepresidente de la Sociedad Zoológica de Nueva York, buscaba un ornitólogo para establecerse en el zoológico del Bronx, próximo a inaugurarse. La escogencia era clara. Sin embargo, Beebe con tres años de estudios debía dejar la carrera sin graduarse. Fairfield Osborn le convenció que un año de trabajo en el zoológico sería más valioso que un curso universitario. Beebe se entrevista con William Temple Hornaday (1854-1937), quien, impresionado, lo contrata como curador asistente desde octubre de 1899. Pasaría a ser curador en 1902.
En agosto de ese año se casa con Mary Blair Rice (1880-1959). Al año siguiente viajan a México para recolectar algunas aves para el zoológico. Describen los detalles del viaje en el libro Two Bird Lovers in Mexico publicado en 1905. En 1908, visitarían Trinidad, Guayana Británica (hoy Guyana) y Venezuela. En Trinidad, conocen al naturalista franco-trinitario Eugène André (1861-1922) y al franco-venezolano, Pablo Anduze de los Ríos, padre del futuro entomólogo médico, Pablo Anduze (1902-1989). Ambos conocían bien Venezuela y apoyan a los Beebe para explorar el noreste del país. Sus peripecias son publicadas en Our Search for a Wilderness.
Regresan a Nueva York y el coronel Anthony Rudolf Kuser (1862-1929), benefactor de la Sociedad Zoológica y entusiasta de los faisanes, decide financiar una expedición para estudiar dichas aves en su ambiente natural, condicionando su apoyo a que estuviera Beebe al frente del proyecto. Hornaday no estuvo de acuerdo originalmente, pero luego de muchas discusiones accedió a la partida de Beebe al lejano Oriente. Luego de viajar por 22 países asiáticos durante 17 meses, retorna a Nueva York. La información recopilada se publicaría en cuatro volúmenes entre 1918 y 1922.
En 1913, los Beebe se divorcian. William asume el cargo de director del nuevo Departamento de Investigaciones Tropicales del zoológico. Como frecuentemente publica artículos y libros divulgativos sobre sus investigaciones, viajes y expediciones, usa sus ganancias para financiar nuevas investigaciones. En 1916, a pesar de constantes discusiones con Hornaday, Beebe lo convence para establecer una estación de campo en Suramérica, específicamente en Kalacoon, cercana a Kartabo, Guayana Británica. Durante los siguientes ocho años, buena parte de sus investigaciones son realizadas en ese lugar.
Con la primera guerra mundial, Beebe se enlista en el servicio de la Aviación Francesa. Pero terminado el conflicto, continúa sus investigaciones en Guayana Británica combinada con expediciones a las Islas Galápagos, al Mar de los Sargazos, al este del Pacífico Tropical y establece una estación biológica en la isla de Bermuda. Dejan Kartabo y Beebe y su equipo realizan investigaciones en Bermuda por 13 años. De esa época destaca el desarrollo de dos «Batisferas» construidas con apoyo del millonario y explorador marino Frederick Otis Barton Jr. (1899-1992). Estas fueron relevantes para sus estudios de fauna marina en su hábitat natural en lo profundo del mar.
El 22 de septiembre de 1927 se une en segundas nupcias con la joven escritora Elswyth Thane Ricker (1900-1984). Matrimonio algo inusual; Elwsyth escribió acerca de sus relaciones en el libro Reluctant Farmer.
Para 1938, la cercanía de la Segunda Guerra amenaza las investigaciones del grupo y para fines de 1939, están obligatoriamente limitados, parando súbitamente en 1940 al convertirse la isla de Bermuda en base militar de las tropas aliadas.
Debido al triste destino de esa estación, Beebe comienza la búsqueda de un nuevo «Kartabo». Laurance Rockefeller (1910-2004), petrolero y filántropo, supo de tal búsqueda y lo contactó con la Standard Oil de New Jersey. La empresa tenía una refinería y un campamento en Caripito, al Noreste de Venezuela. En 1942, una de sus casas le es asignada a Beebe y su equipo, integrado por Jocelyn Crane (1909-1998), el artista George A. Swanson (1908-1962), Mary Vander Pyl (1888-1979) y el entomólogo Henry Fleming, al objeto de que continuaran los estudios iniciados años antes en la selva de Guayana Británica.
Las investigaciones en Caripito resultaron productivas, pero Beebe no consideraba el lugar muy adecuado. Había mucha gente alrededor y el bosque tenía un dosel más bajo que en Kartabo, con poca riqueza de especies. La época de sequía era larga y seca, era un bosque deciduo. Entre los resultados más relevantes de Caripito estuvo el estudio del comportamiento de combate de los escarabajos rinoceronte machos (Megasoma elephas). Regresando a Nueva York, ya Beebe pensaba no volver al lugar.
Beebe comisiona a Crane para conseguir un lugar ideal en cualquier lugar de Suramérica. Viajó desde Nueva York a Venezuela para revisar sitios cercanos a Caracas, Maracay, San Felipe, Maracaibo, Bobures y Casigua; pasó a Colombia donde visitó los alrededores de Barranquilla, Bogotá y Cali. Pasa a Ecuador, explorando Otavalo, Quito y Guayaquil. De regreso a Estados Unidos, hace escala en Panamá. Luego de estudiar tantas localidades, no quedaban dudas, la opción ideal estaba a solo un par de horas al oeste de Caracas. El lugar, en el Parque Nacional Rancho Grande, tenía un edificio a medio construir, que podría ser fácilmente mejorado para albergar con comodidad a un grupo de investigadores. Lo mejor era que estaba inmerso en una selva casi virgen protegida gubernamentalmente desde 1937.
El sitio, a 1,000 metros sobre el nivel del mar, dentro de una selva nublada, permitía a los investigadores recorrer varios ambientes ecológicos hasta la orilla en dirección al mar. Con el apoyo de la Creole Petroleum Corporation, parte del edificio fue remodelada para alojar investigadores y laboratorios. Mayores satisfacciones obtuvieron al descubrir que muy cerca del edificio se encontraba un abra natural, conocida como «Paso Portachuelo», por el cual pasaban anualmente miles de animales voladores, aves e insectos. Beebe asoció el lugar con una «autopista del aire».
…our vital interest at Rancho Grande tended, more and more, to concern with Portachuelo Pass. …here I sat immobilised [sic] for weeks, I and my plaster cast…
El edificio de Rancho Grande estaba integrado a la selva circundante, abundaban artrópodos de numerosas especies y de cualquier tamaño. Ranas marsupiales rompían el silencio de la noche con sus chillidos; los cunaguaros se acercaban a la estación con relativa frecuencia; paujíes, oropéndolas y vencejos anidaban alrededor o en el edificio. En los cuartos abandonados y sus alrededores había ratas, murciélagos, serpientes y aves de cantos diversos. La estructura Art Deco, invadida por vegetación y animales fue convertida en lugar cómodo para la investigación. Desde allí se generó buena cantidad de trabajos científicos estimulando a la comunidad científica venezolana y especialmente al Dr. Henri Pittier (1857-1950), quienes comenzaron a presionar al gobierno para convertir al edificio en estación biológica permanente. Esto sucedería años más tarde, a partir de enero de 1950, siendo el notorio y polifacético naturalista alemán Ernst Schäfer (1910-1992), su primer director.
Los investigadores trabajaron durante tres temporadas desde 1945 hasta 1948. Según Beebe, solo los datos generados durante 1945 y 1946, los mantuvieron ocupados durante casi todo el año 1947.
Beebe quería comprar el edificio de Rancho Grande para convertirlo en estación biológica permanente de su institución. Esto no fue bien visto por la comunidad científica venezolana, generando la negativa respuesta del gobierno. En febrero de 1948 Beebe, Flemming y Swanson regresan a Rancho Grande y, simultáneamente, Crane viaja a Trinidad, sabiendo que existía la posibilidad de encontrar un lugar selvático similar. La temporada de 1948 en Rancho Grande fue tan exitosa como las anteriores, sin embargo, fue muy problemática porque los funcionarios de la aduana venezolana demandaban licencias de uso para los productos químicos que traían y esperaban propinas por cada objeto permitido para entrar o salir del país. Muchos ejemplares fueron decomisados a Beebe por rehusar pagar enormes sumas de dinero a los agentes de aduana.
La selva nublada de Rancho Grande cautivó a Beebe, pero debido a tantos inconvenientes, decidió no regresar más a Venezuela, país donde, según sus palabras:
El favoritismo político les permite a tiranos insignificantes apoyar o destruir cualquier proyecto de investigación.
Las investigaciones de Beebe y sus asociados en Venezuela, producirían más de 50 trabajos. Sobre la fauna y la ecología de Rancho Grande, una treintena. En 1949, resumiría en su libro High Jungle, uno de mis favoritos, numerosos aspectos de su vida en la estación biológica de Rancho Grande y sus investigaciones en el lugar. El naturalista, fotógrafo y escritor Edwin Way Teale (1899-1980) mencionaría que tan excelente obra estaba ubicada en esa «bisagra» que une la literatura con la historia natural.
El dinero generado por la venta de la antigua estación en Bermuda sería utilizado para comprar una propiedad en el Valle de Arima, en Trinidad. Establecería allí la estación biológica que llamaría «Simla», en recuerdo de la montaña visitada años antes para estudiar faisanes. En julio de 1952, Beebe se jubila quedándose en «Simla», donde moriría el 4 de junio de 1962. Sus restos reposan en el cementerio de Mucurapo.
Notas
Allen, T. B. (1987. William Beebe. En: Tourtellot, J. (ed.) Into the Unknown: The Story of Exploration. Washington D. C.: National Geographic Society. pp. 296-301.
Beebe, C. W. (1949). High Jungle. Nueva York: Duell, Sloan and Pearce. 379 pp.
Beebe, C. W. y Blair Beebe, M. (1910). Our search for a wilderness. Nueva York: Henry Holt and Co. 408 pp.
Berra, T. M. (1977). William Beebe: An Annotated Bibliography. Hamden, Connecticut: Archon Press. 157 pp.
Crandall, L. S. (1964). In Memoriam: Charles William Beebe. The Auk. 81:36-41.
Crane, J. (1945). Shopping for a jungle. Animal Kingdom. 47:3-13.
González, J. M. (2010). Ernst Schäfer (1910-1992) —from the mountains of Tibet to the Northern Cordillera of Venezuela: a biographical sketch. Proceedings of the Academy of Natural Sciences of Philadelphia. 159: 83-96.
Grant Gould, C. (2004). The Remarkable Life of William Beebe. Explorer and Naturalist. Washington D. C.: Island Press. 447 pp.
Osborn, F. (1962). William Beebe: 1877-1962. Animal Kingdom. 65:120-123.