Los gremios1 surgieron en el periodo Paleocristiano y, posteriormente, en España en el siglo XIII, especialmente en Cataluña, aunque se consolidaron hasta la llegada de los Reyes Católicos.
Los gremios en la Nueva España comienzan en el siglo XVI, cuando inicia la organización y división de los oficios. El primero en organizarse, en 1546, fue el gremio de las bordadoras. Posteriormente, otros artesanos, de herencia española, empezaron a constituirse en gremios a manera de ordenamiento legal y laboral, al conseguir que se reconocieran algunas de sus ordenanzas en las leyes del virreinato, que negaban a los indios, mestizos, mulatos, a todos los pardos y a las mujeres la posibilidad de examinarse para obtener el título de maestro que otorgaba la posibilidad de pertenencia legal al gremio y establecer un taller reconocido (Sanginés, 2017).
La organización laboral en los talleres se dividía de la siguiente manera:
Maestro: era el fundador del taller, de origen español.
Oficial: auxiliar del taller.
Aprendiz: jóvenes que se enfocaban en aprender el oficio sin recibir sueldo.
Esclavos: originarios y afrodescendientes que trabajaban en el taller.
Existieron numerosos gremios que se conformaron a partir de los oficios que los españoles aprendieron desde Europa y de los que retomaron y articularon a partir de mezclas de origen indígena y español. Entre ellos se encontraban los gremios de los carpinteros, los peluqueros, el de las artes gráficas, el de los textiles y el de los plateros, entre otros.
Este último, se puede ubicar en España desde el siglo XV, con los llamados argenteros, quienes estaban agrupados en una cofradía2 bajo la advocación de San Eloy y con sede en el monasterio de Nuestra Señora del Carmen de la ciudad de Zaragoza.
Si bien en la época prehispánica ya existían artesanos que trabajaban la plata y el oro, el gremio se conformó después con el poderío y explotación de los artesanos españoles.
El oficio de platero en la Nueva España se puede ubicar desde el siglo XVI. A pesar de las prohibiciones y restricciones que la Corona española implementó para el ejercicio de dicho oficio en sus colonias, el artesano de la plata supo adecuarse a las circunstancias y contravenciones dictadas para la época (Cabrera, 2014).
Este gremio se debía a la aprobación de la Corona española, por lo que, después de su venia, los plateros debían seguir ciertas disposiciones propuestas por esta. «Resultado de estas disposiciones fue la creación de las primeras ordenanzas expedidas específicamente en torno al modo en que debía realizarse el labrado de las piezas de oro y plata en la Nueva España, y a la sujeción del gremio a las autoridades a través de la figura del veedor»3 (Medrano, 2001).
Las herramientas y materiales que se utilizaban para el labrado de la plata y la realización de objetos eran: los hornos para fundir la plata o el oro; crisoles para recibir el material fundido; moldes para realizar el objeto; martillos y yunques para forjar y dar forma a los objetos y gubias para colocar los sellos del artesano o casa artesanal.
En el siglo XVII, el gremio de los plateros ya había juntado la fuerza necesaria para erigirse como uno de los más importantes y poderosos en la Nueva España, por sus creaciones y por las aportaciones económicas que realizaban durante las fiestas y desfiles políticos. Durante este siglo, la platería comenzó a ser de uso doméstico, por lo que se realizaron objetos como cubiertos, vajillas y bandejas, entre otros.
En una sociedad donde se otorgaba valor social a la riqueza que se ostentase, los artífices que forjaban y fabricaban los aderezos necesarios debían compartir cierto estatus, y su trabajo era concebido como un arte propio para solaz y lucimiento del noble, y más aún, para el adecuado lucimiento de templos y catedrales, por todo lo cual eran muy enaltecidos (Medrano, 2001).
El oficio platero se enriquecía de la explotación de minas en Zacatecas, Guanajuato, San Luis Potosí e Hidalgo, que, durante la época del galeón de Manila, también se exportaba a España; por lo que en la actualidad se pueden encontrar piezas de origen novohispano en museos españoles.
Para el siglo XVIII, la extracción de metales se mantuvo en grandes proporciones, posicionando la producción de las minas de Zacatecas por encima de las de Guanajuato y San Luis Potosí; lo que sostenía de lleno el oficio. Aunque a finales del siglo comenzó, según don José de la Borda, una escasez y crisis mundial de plata que provocó el declive de la platería.
En el siglo XX, después de la Revolución Mexicana, resurgió la platería como elemento enaltecedor de la cultura, al tomar elementos prehispánicos que se comenzaron a forjar nuevamente para dar pie a creaciones que conocemos hasta ahora. En la actualidad, el oficio de platero se ve representado principalmente en Taxco, Guerrero.
En 2010, la UNESCO inscribió en la lista de Patrimonio el Camino Real de Tierra Adentro, «Santuario Platero» o «Camino de la Plata», que «comprende cinco sitios ya inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial y otros 55 sitios más situados a lo largo de 1,400 de los 2,600 km de esta larga ruta que parte del norte de México y llega hasta Texas y Nuevo México, en los Estados Unidos. Utilizado entre los siglos XVI y XIX, este camino servía para transportar la plata extraída de las minas de Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí, así como el mercurio importado de Europa. Aunque su origen y utilización están vinculados a la minería, el Camino Real de Tierra Adentro propició también el establecimiento de vínculos sociales, culturales y religiosos entre la cultura hispánica y las culturas amerindias» (UNESCO, 2010).
Notas
1 Conjunto de talleres y trabajadores artesanales de un mismo oficio que se agrupan para controlar ventas y producciones, en las que se produce un proceso de producción de trabajo.
2 Congregación o hermandad que forman algunos devotos, con autorización competente, para ejercitarse en obras de piedad.
3 Eran personas que presidían las fiestas, examinaban a los oficiales y realizaban la revisión del cumplimiento de normas.
Cabrera, L. M. (2014). La plata al servicio de la costumbre. Artesanos plateros en la ciudad de Zacatecas durante el siglo XVIII. Lisboa: Centro de Investigação em Ciência e Tecnologia das Artes da Universidade Católica Portuguesa; Instituto de Humanismo y Tradición Clásica, CONACULTA e INAH.
Medrano, C. R. (2001). El gremio de los plateros. San Luis Potosí: El Colegio de San Luis.
Sanginés, E. (Octubre de 2017). Gremios y artesanos en conflicto en Nueva España. Relatos e Historias en México.
UNESCO. (2010). Camino Real de Tierra Adentro. World Heritage Convention.