La eficacia de la triaca y su caracter de panacea universal se deben a la gran cantidad de drogas con diversos efectos que entran en su composicion. Todas estas sustancias son conocidas por sus virtudes terapeuticas; para convencerse de ello, basta con remitirse al tratado de Dorvault, La botica o repertorio general de farmacia practica, una referencia aun vigente en el ambito de la farmacopea. Esta obra docta explica, por ejemplo, que el galbano es estimulante y antiespasmodico, el daucus de Creta es excitante, diuretico y antihisterico, las semillas de ruda siria son embriagadoras, soporiferas y venenosas; el calamo aromatico es excitante, tonico y estomacal, etc.
Es de remarcar que la mayoria de las drogas que componen la triaca estan catalogadas como estimulantes, excitantes, tonicas, diureticas, antiespasmodicas, expectorantes, lo que condice con las propiedades de calentamiento y desecacion que lamedicina greco-arabe atribuia a la triaca. La presencia de opio (afyūn) reforzaba sin duda alguna su eficacia, puesto que esta sustancia lechosa que se extrae de los frutos aun verdes de la adormidera contiene alcaloides, siendo el mas importante de estos la morfina, conocida por ser un analgesico poderoso. Ademas de estos compuestos simples, la triaca de Andromaco incluye tres elementos complejos: las pastillas de escila, de Hedychroum y de carne de vibora.
Las pastillas de escila ‒ que, segun el Libro de la triaca, Proclo ya utilizaba en su triaca ‒ estan hechas a base de escila (llamada tambien cebolla albarrana), utilizada en farmacopea principalmente como diuretico y como tonificador cardiaco. Las pastillas de hedychroum toman su nombre de la ciudad de Udhrūkhurūn, situada en la isla asiatica identificada como Andros; estas pastillas eran conocidas por ocultar con su perfume el sabor amargo de algunos ingredientes. Finalmente, las pastillas de carne de vibora representaban un elemento esencial, ya que gracias a sus virtudes, la triaca se impuso como un contraveneno eficaz.
Aun en nuestros dias, los sueros antivenenosos se obtienen a partir de la sangre de animales inmunizados contra el veneno de aquellas serpientes cuya mordedura se quiere neutralizar. Ademas, se sabia que la vibora era eficaz para tratar afecciones cutaneas, tal como lo ilustra la anecdota del hombre que padecia elefantiasis. Esta virtud curativa se sustentaba probablemente en el modelo analogico de la muda, que permite a la serpiente renovar su piel anualmente. Pero el principio de la triaca es otro, y se desprende de la teoria desarrollada por Galeno en De theriaca ad Pisonem: cada droga posee caracteristicas propias (por ejemplo, la ruda siria es caliente y seca en el cuarto grado), pero una vez mezcladas, el resultado no es la simple suma de las propiedades de cada una, pues de lo que se crea entre ellas nace una fuerza especial.
Esta teoria fue rechazada por algunos medicos y farmacologos arabes, entre ellos al-Kindī e Ibn Biklārish, quienes estiman que un medicamento compuesto es la acumulacion de las fuerzas y de las cualidades de cada elemento simple que entra en su preparacion. Sin embargo, la supuesta eficacia de la triaca se basa en aquella idea. La figura doble que se encuentra en las paginas 66-67/40-41 la representa de modo magnifico y reproduce, una vez mas, la lista de drogas de la triaca de Andromaco. Pero, mientras que la tabla de la pagina anterior muestra una indicacion terapeutica para cada una de las sustancias, lo que aqui se describe son los efectos nuevos de las drogas conjugadas entre si. En el centro, un parrafo resume, con palabras que recuerdan las de Galeno, las modificaciones que originan este proceso. La importancia teorica de esta pagina doble, asi como el equilibrio de su composicion, imponen que se proponga su desciframiento y traduccion.
a. aqrāṣu l-afā‘ī (pastillas de vibora)
b. aqrāṣu l-udhrūkhurūn (pastillas de Hedychroum)
c. aqrāṣu l-isqīl (pastillas de escila)
d. aqrāṣu l-udhrūkhurūn (pastillas de Hedychroum)
e. qinna – dār ṣīnī – dūqū – al-ward – faw - bazru l-shaljum - al-wajj - ḥamāmā – thūm barrī - zāj mashwī – aṣlu l-sūs - ghārīqūn - ṭīn makhtūm - rubbu l-sūs - bazr rāziyānj – duhn balsān - jinṭiyān - murr
f. filfil aswad - salīkha - ḥirmil - sunbul - ṣamgh - ‘ūd balsān - sūrinjān - ja‘da – maṣṭakī - lubnī rummān – aṣlu l-kabar – muql - hūfāriqūn - ḥabbu l-balsān - qusṭ - bazru karafs
g. bazru l-karafsi l-jabalī - sasāliyūs - usṭūkhūdūs - ḥabbu l-ghār - ḥurf - farāsiyūn - kamādaryūs - fūdhanj jabalī - nānkhawāt - fanjankusht - kamāfīṭūs - rāwand – liḥyatu l-tīs - za‘farān – nārdīn – shīḥ jabalī - zanjabīl - maw
h. sikbīnaj - ṣamghu l-buṭm - ushshaq - fuqqāḥu l-idhkhir - anīsūn - kundur dhakar - aqāqiyā - mushkaṭarāmishīr - jāwashīr - dār filfil - qufaru l-yahūd - afyūn - qanṭūriyūn - zarāwand – jundbīdastar - filfil abyāḍ
[Por fuera y principalmente dentro de las cartelas con los nombres de las drogas, se dan las indicaciones terapeuticas de estas drogas reunidas de a 2, 3 o 4, sin indicar muy claramente cuales son las drogas en cuestion. A continuacion, traducimos solamente 5 ejemplos:]
i. «Estas dos [drogas] aumentan el volumen de leche en el seno≫
j. «Estas tres [drogas] estan indicadas en caso de neumonia≫
k. «Estas seis [drogas] estan indicadas para las verrugas del cuerpo≫
l. «Tambien [contiene] pastillas de vibora≫
m. «La combinacion de drogas de esta triaca y de sus pastillas, y la combinacion de sus indicaciones (manāfi‘) [se realizan] del siguiente modo:
De la combinacion de las drogas (al-adwiya) simples surge una fuerza nueva [el termino arabe mizāj, que normalmente significa “complexion”, en este caso remite a la idea de fuerza de las drogas, tal como lo dice la pagina 71/47: “esta fuerza (quwwa) se llama mizāj”] que difiere de la fuerza propia de cada una de estas drogas. Cada una de estas drogas, una vez reunidas, se dispersa hacia lo que le resulta semejante, se asocia con esto, lo ayuda en la curacion del cuerpo, aleja las enfermedades y le devuelve la salud que lo habia abandonado. Una droga (dawā‘) simple de quella que componen el electuario (ma‘jūn) posee una propiedad (manfa‘a) que le es propia, pero al reunirse con otra, adquiere una nueva propiedad, y otras mas al unirse con otras drogas. Si Dios asi lo quiere. Ya que El es quien basta, quien cura, quien procura salud. El es mi suficiencia≫.
Estas tres ultimas frases, que exponen despues de Galeno el triple efecto de la mezcla de las drogas, se encuentran en el centro de la figura, en una cartela colmada de arabescos que juega con distintos tipos de escritura. Esta disposicion no es azarosa: el copista habia presentido la importancia de este pasaje, pues en el se indicaba ≪el secreto de la triaca≫: no se trata de alguna alquimia oscura, sino de la fuerza de un medicamento en el que la accion de las sustancias, lejos de debilitarse o eliminarse por la presencia de otras sustancias (lo que en la actualidad llamariamos efecto de dilucion o efecto antagonico), se ve aumentada y reforzada (hoy hablariamos de efecto potenciador o efecto sinergico). Si bien la triaca nacio de manera empirica, Galeno habia abierto el camino de la reflexion cientifica para explicar su accion y confeccion. El Libro de la triaca forma parte de esta medicina greco-arabe que desarrolla una vision racional de la enfermedad y de sus vias de curacion. Contrariamente a lo que escribe Meyerhof, no se trata en lo absoluto de ≪una produccion mistico-magica procedente de la literatura alejandrina tardia y seudocientifica≫.
Un remedio paradójico
En oposicion a la postura eminente que considera la triaca como una panacea universal en De Theriaca ad Pisonem, Galeno emite, en otros tratados, un juicio mas reservado sobre sus efectos. En De Simplicium Medicamentorum Temperamentis ac Facultatibus, describe los alexifarmacos, categoria a la cual pertenece la triaca por su condicion de remedio contra animales venenosos y sustancias mortales: su afinidad con el veneno los vuelve nocivos para el hombre, por lo que no deben prescribirse como modo de prevencion, y deben administrarse como modo de curacion en dosis muy precisas.
Si bien su empleo como alexifarmaco contra venenos y ponzonas es admitido de manera unanime, la apreciacion de los medicos arabes en cuanto a sus ventajas y usos no es homogenea. En efecto, la triaca es considerada un remedio paradojico, ≪entre veneno saludable y remedio envenenado≫, para retomar la sugestiva expresion aventurada por Veronique Boudon. En el Kitāb al-masā’il fī l-ṭibb, Ḥunayn ibn Isḥaq, traductor y medico que vivio en Bagdad en el siglo IX, alababa sin reservas la doble ventaja ‒ terapeutica y profilactica ‒ de la triaca: ≪La triaca es el mejor de los remedios compuestos: contrarresta los efectos de los venenos y sustancias mortales, al tiempo que cura las enfermedades padecidas; protege el cuerpo contra todo lo que llega del exterior, pero tambien contra lo que nace en su interior; previene de todo aquello que podria originarse en el cuerpo≫.
Pero muchos distan de compartir esta opinion y de recomendar su uso generalizado. Ibn Sīnā, conocido en Occidente con el nombre de Avicena († 1037) y autor del celebre Canon, considera la triaca ≪como el mas sublime de los medicamentos compuestos debido a sus multiples ventajas≫; sin embargo, reserva su uso a las enfermedades de naturaleza fria (pues se trata de un medicamento caliente) generadas por desordenes provocados por la atrabilis o la flema, como la paralisis, la epilepsia, la locura, la lepra, e incluso los males renales y vesicales, la diarrea y la hemoptisis. Le concede asimismo un efecto estimulante y fortificador, por lo que la recomienda, por ejemplo, en casos de anorexia. En su Tratado sobre la triaca, el gran medico y filosofo andaluz Ibn Rushd († 1198) diserta sobre este antidoto, mas potente que el medicamento y menos fuerte que el veneno, y concluye diciendo que es necesario excluirlo para conservar un estado saludable y utilizarlo solamente de manera prudente y para determinadas enfermedades. Sean cuales fueren las reservas de los eruditos, la triaca no dejaba de fascinar a los hombres, que veian en ella una panacea universal, aunque inaccesible debido a su escasez y precio. Aunque las drogas que entraban en su composicion eran de uso comun, algunas de ellas debian importarse, como las costosas ≪especias≫ provenientes de la India y de China, cuyo comercio fue especialmente prospero en la Edad Media.
Su uso en la elaboracion de la triaca contribuia a hacer de esta una mercancia preciosa. Esto inducia a los charlatanes a utilizar, por ejemplo, casia (Cinnamomum aromaticum) en lugar de canela de Ceylan (Cinnamomum zeylanicum) o a imitar la forma de la pimienta larga (Piper longum); lo que explica el porque de las indicaciones dadas en las paginas 63-54/45-46 sobre la manera de comprobar si la preparacion estaba adulterada. En su Libro sobre los venenos, redactado en 1198 a pedido del cadi al-Fāḍil, el celebre medico judio Ibn Maymun (Maimonides) explica que la triaca magna y el mitridato son preparaciones dificiles de elaborar en una ciudad como El Cairo, pues de todas las sustancias que exige la primera de ellas, solo es posible encontrar alli la adormidera, por lo que es necesario importar las demas drogas necesarias desde comarcas lejanas. Y agrega: ≪Pero si estos dos medicamentos se cuentan entre aquellos que resulta imposible encontrar incluso en la mayoria de los tesoros de los reyes, .como puede esperarse entonces encontrarlos en los mercados?≫.
Aqui esta la clave: la triaca pertenece al tesoro de los reyes. Este compuesto complejo es costoso, escaso, precioso. Y en eso reside toda su magia: una panacea inaccesible, conservada en frascos o bocales preciosamente elaborados, poseida solo por los poderosos, expuesta u ofrecida como signo de riqueza y notoriedad. En 1483, el viajero flamenco Van Ghistele, de paso por El Cairo, recibio por parte del interprete del sultan de esa ciudad, entre otros presentes, una ≪buena dosis de triaca≫. El manuscrito del Libro de la triaca, magnificamente caligrafiado e iluminado, es sin duda alguna un objeto de coleccion, realizado por encargo de algun acaudalado personaje. Pero su valor reside tambien en su contenido, no ya como tratado medico destinado a ser usado por practicantes, sino como obra que encierra, cual lo hiciera un frasco, la preciosa pocion. Poseer un manuscrito semejante se nos revela entonces como un signo de distincion social, por causa sin dudas del lujo y de la belleza del objeto, pero en la misma medida por el imaginario del que procede por su titulo y materia. En el, belleza y sentido logran conjugarse.