Mao Yushi es un economista e ingeniero chino nacido en 1929 en la provincia de Jiangsu, al este de la República Popular de China. Actualmente tiene 91 años. Se casó en 1955, ahora es viudo y padre de dos hijos. Estuvo exiliado de China por sus posiciones en favor de la libertad.
Hizo sus estudios de Ingeniería Ferroviaria en la Universidad de Shangai Jiao Tong y en la Universidad de Harvard. También fue profesor invitado de esta universidad en el Departamento de Economía.
Asimismo, ha sido becado por la Fundación Ford y se desempeñó como profesor de microeconomía en la Universidad Australiana Queensland. Ha sido Investigador titular del Instituto de Estudios Americanos de la Academia China de Ciencias Sociales y nombrado para la Red de Investigación Africana sobre política energética.
Fue fundador del Instituto de Economía Unirule, Centro de Investigación independiente en China, en 1976, en favor de la economía de libre mercado y las reformas políticas, así como del Instituto de Desarrollo Fuping, en 2002, instituto privado encargado de educar a personas con situación de pobreza sobre temas de finanzas, microcréditos y economía de libre mercado para mejorar su nivel socioeconómico. Es Presidente de la Humanism Economics Society.
Escritor y editor de 15 libros, entre los que cabe mencionar, La economía de la vida cotidiana, El futuro de la ética en China, Un sistema democrático y legal: la reforma del Sistema de Gobierno de China.
Reconocido en 2004 por la revista Southern People Weekly como uno de los 59 intelectuales más distinguidos de China y en 2007 por China Newsweek por ser uno de los intelectuales más influyentes de la década.
Recibió el Premio Fisher 1999, de Atlas Economic Research Foundation y el Premio Milton Friedman por la Libertad del Instituto Cato.
De ser ingeniero, luego se decidió por ser economista a sus 50 años, interesado en estudiar la creación de riqueza, que consideraba era de las cosas importantes de aprender.
Además, siempre le encantaron las matemáticas que iban de la mano con la economía. Incluso escribió un libro sobre una teoría de la asignación óptima de recursos, que fue su primer trabajo en economía donde usaba las matemáticas como punto fundamental.
Es uno de los activistas más reconocidos del siglo XXI a favor de los derechos humanos, los mercados libres y las libertades civiles. Y fue uno de los principales promotores de la reforma económica china en 1978.
En 1958 fue catalogado por el Gobierno chino como derechista y desde el 2004 se encuentra en la lista negra del Departamento de Propaganda del Partido Comunista Chino, lo que le prohíbe publicar en la prensa oficial o la venta de sus libros. Pues ha sido de los que ha publicado artículos mostrando los costos humanos de la dictadura de Mao Tse-Tung (1949- 1976).
Asimismo 50.000 miembros de la izquierda china pidieron su ejecución, juicio y encarcelamiento por tal motivo, aunque el régimen chino no lo hizo. La Oficina de Seguridad le ha prohibido dar entrevistas sobre Mao Tse-Tung en varias ocasiones.
Fue además uno de los firmantes de la conocida Carta 08, que exigía en China la división de poderes, un Estado de Derecho y el reconocimiento de libertades fundamentales para los chinos, así como la liberación del encarcelamiento por 11 años del Premio Nobel de la Paz, Liu Xiabo, que no pudo acompañar a la premiación en 2010 porque el Gobierno chino no se lo permitió aduciendo «peligro a la seguridad del Estado».
En sus propias palabras dice que dividió sus experiencias de vida en tres fases: 20 años en la Antigua Sociedad, 30 años durante la lucha de clases y 41 años después de la Reforma y la Apertura.
Él sufrió en carne propia los abusos a su familia durante la Revolución Cultural y a él los Guardias Rojos le confiscaron sus propiedades. También tuvo que realizar trabajos manuales en 1960, donde lo único que lo mantenía vivo era el consumo de grillos para su supervivencia, mientras muchos más morían de hambre.
El caso de Mao Yushi es de sorprender, pues no muchos tienen la valentía de ser opositores públicamente a un régimen comunista, algo que pone en peligro su integridad.
Su defensa no ha desfallecido en décadas, es constante en la lucha por la libertad de expresión que él ejerce hasta donde le es posible, hablando de la disconformidad de la represión a las libertades civiles que se produce en su país, además de la hambruna, torturas, campos de concentración y muertes que ha tenido que presenciar desde Mao Tse-Tung.
Sus trabajos del liberalismo clásico y economía de libre mercado son valiosos aportes y casi inexistentes dentro de los intelectuales chinos.
La primera vez que viajó fuera de China fue en 1982, y ha continuado viajando, sobre todo cuando empezó como profesor visitante en la Universidad de Harvard en 1986, donde tuvo la oportunidad de conectarse con miles de académicos de diferentes países. Sus padres también estudiaron fuera, lo que le daba cierta apertura que era una ventaja.
Cuenta que en Harvard fue la primera vez que escuchó el concepto «impuestos», pues en China no existían impuestos en ese entonces, solo tenían que entregar todas sus ganancias, una economía totalmente planificada.
Podemos encontrar varias de sus opiniones en sus artículos sobre el sistema de la República Popular de China:
Algunas personas aun tratan a Mao Tse-Tung como un dios y con ello no se da lugar a que se lo juzgue ya que no se puede comentar sobre una divinidad.
Mao quería destrozar toda oposición política y expandir infinitamente su poder.
Incluso extendió la lucha de clases en sus propias filas para que dentro del partido todos se sintieran inseguros, estableciendo así relaciones extremadamente anormales.
Mao no solo provocó el máximo de dolor en su país sino que se embarcó en extender su revolución a Malasia, India, Tailandia, Filipinas, Indonesia, Nepal, Sri Lanka y otras partes el mundo.
Pol Pot fue un buen discípulo de Mao en Camboya.
Mao murió sin el menor atisbo de arrepentimiento.
Cabe destacar que Mao Yushi está a favor de las recientes protestas en Hong Kong, donde los manifestantes defienden la autonomía y en favor de la libertad, la democracia y los derechos humanos y que no se tengan que regir bajo las leyes del Partido Comunista Chino mediante el proyecto de ley de extradición a China.
El propone algo muy distinto para China, más mercado, vender empresas estatales, liberalizar la propiedad de la tierra y banca privada y ha expresado que lo que más necesita China es una reforma política.
Yushi considera que después de la muerte de Mao Tse-Tung y la toma del poder por parte de Deng Xiaoping, el giro a las políticas públicas donde inicia un periodo de reforma y apertura económica y comercial representó un avance.
Menciona que antes del periodo de reforma y apertura, «la gente que vivía en el campo representaba más del 80% de la población y ahora ya disminuyeron hasta un 50%. Los campesinos ya han entrado en las ciudades. Pero todavía sigue habiendo demasiadas personas viviendo en el campo. En los países desarrollados el porcentaje suele ser del 5% o el 10%».
Utiliza como ejemplo de éxito la Zona Económica de Shenzhen, que fue la primera en el período de apertura de Deng Xiaoping y demuestra cómo cambió esa ciudad, que ahora es muy diferente a lo que fue. Podemos verla como una ciudad muy desarrollada resultado de la eliminación de muchas de las restricciones gubernamentales, sin embargo quedan muchas por eliminar.
Dice que estas Zonas Económicas Especiales demuestran que cuando el Gobierno no restringe, la economía despega.
Aunque aún hay mucha pobreza en China, las Zonas Económicas Especiales le ayudaron a salir de la miseria y ser hoy la segunda potencia económica mundial. Pero en parte es una economía con muchos monopolios del Estado, y las empresas públicas y privadas no compiten en igualdad de condiciones.
Se ha avanzado en derechos humanos dice, después de la reforma y apertura: libertad personal, libertad de elección y protección de los derechos de propiedad, que son derechos humanos:
Al final de la Revolución Cultural, la economía nacional estaba al borde del colapso exactamente porque no había libertad personal ni protección de los derechos de propiedad. Cambiamos esa situación y la riqueza se creó en masas.
Según Yushi, «la transición de China de una economía planificada a una economía de mercado es mucho más exitosa que muchas otras economías planificadas anteriormente».
Cuando fue tildado de derechista, dice, «como el Estado era el único empleador, no tenías quien te contratara, pero con las reformas de apertura esto cambió y se abrieron más oportunidades».
Él destaca que los problemas que tiene China hoy no son los mismos de antes de la apertura y que estos solo se pueden solucionar por el libre mercado. Menciona que los objetivos actuales deben ser el Estado de Derecho y los derechos humanos y que China debe encontrar su propio camino para cumplir dichos objetivos.
Cuando le preguntan si Taiwán podría ser un modelo para China, él responde:
Podría ser. Pero la diferencia es que Taiwán tuvo a Chiang Ching-kuo, y China no tiene a ningún Chiang Ching-kuo [el hijo de Jiang Kai-shek que lanzó las reformas políticas en Taiwán a finales de los 80] Si China tuviera a un Chiang Ching-kuo, sería muy bueno; pero no lo tiene. Xi Jinping tampoco es Chiang Ching-kuo. Pero el modelo de democratización de Taiwán es posible.
Recalca que no es viable creer que las reformas que China necesita se van a producir por una apertura a elecciones democráticas donde se compita contra el Partido Comunista Chino. Más bien piensa que lo que es factible es que dichas elecciones vengan desde el seno del Partido, de alguna de sus facciones, dice que eso es posible.
Sobre el comunismo, dice que Lenin, Stalin y Mao Tse-Tung, agregaron al comunismo la «dictadura del proletariado», lo que llamaban el socialismo real y expresa que la producción común propuesta por Marx no ha funcionado en la práctica, que no pasa de ser un ideal, pues no hay un solo país exitoso que aplique estas políticas económicas.
Asegura que muchas de las tragedias humanas han sido producto de buscar la igualdad, pues asevera que, por la naturaleza humana, las personas somos diferentes, aunque no nos gusta la desigualdad. Considera que no es algo que se pueda erradicar por completo.
Durante el último siglo en el mundo, todos los problemas que resultaron en una pérdida humana masiva tuvieron algo que ver con la búsqueda obsesiva de la igualdad, a costa de la libertad.
Una de las cosas que tiene más claras, es que una sociedad donde se persigue a los ricos es un país que se convertirá en un país con mucha gente pobre Dice que el odio a los ricos viene de la afirmación de Marx donde escribía que los ricos se vuelven ricos explotando a los demás, y que el trabajo es lo que produce riqueza.
Pero una de las lecciones que nos da Mao Yushi, es que en realidad lo que genera riqueza es la asignación de recursos, personas, talentos, bienes asignados correctamente y quien lo hace, los emprendedores, tienen ganancias.
Usa el ejemplo de Venezuela para dejar este tema claro:
Muchos países no han reconocido este problema y se han hecho un lío, el más típico de los cuales es Venezuela. Estoy profundamente preocupado por este país que demostró la falsedad de la visión de Marx.
Venezuela era un país rico en el pasado con una reserva de petróleo mucho más grande que Arabia Saudita. Ahora es uno de los países más desafortunados y devastados del mundo con una inflación, tasa de criminalidad y falta de suministros diarios sin precedentes.
Según Yushi, su mayor error fue golpear a los ricos.