Esta semana dos fiestas en esta Italia «enclaustrada»: el cumpleaños 2.753 de Roma y los 75 años de la Liberación del nazifascismo. Impactante la imagen del presidente de la República, Sergio Mattarella, totalmente solo mientras deposita la ofrenda floral en el Monumento al Soldado Desconocido.
Lunes 20 de abril
Amaneció lloviendo en Roma. Es una lluvia triste, de esas pertinaces, que ni siquiera se escuchan…pero que está siempre ahí para acompañarte todo el día. Incluso hacía un poco de frío, como si hasta la primavera dijera «mejor me quedo en casa». Es uno de esos días «para comer sopaipillas», dirían en mi natal Valdivia (al sur de Chile), donde cuando el clima no había enloquecido llovía «13 meses en el año». Para quienes no conocen las sopaipillas, son unas especies de roscas fritas, hechas con harina de trigo, en extrema síntesis.
Entre los sectores más golpeados por el Covid-19 uno de los primeros lugares lo ocupa el turismo, con todos sus derivados, entre ellos la cultura. En Italia, el país que tiene el mayor porcentaje de patrimonio artístico del mundo, la mayoría de las instituciones relacionadas con la cultura han salido con toda su artillería digital a enfrentar este enemigo solapado. Entre ellas, la florentina Galería de los Uffizi, que amplió sus visitas virtuales al castellano, como nos informó el director Eike Schmidt en conferencia de prensa vía streaming: «Al principio se comentarán solamente las obras de arte más importantes de pintores españoles del Renacimiento y del Barroco», expresó, aunque no excluyó que en el futuro se pueda ampliar la explicación en castellano a otras obras, «porque siempre hemos tenido muchos visitantes de España y del mundo latinoamericano».
Es particularmente interesante la descripción de la Virgen con el Niño realizada por Murillo en 1650, un año después que una epidemia de peste acabara con 60.000 personas, el 46% de la población total de Sevilla, la ciudad natal del pintor.
Para hacer visitas virtuales generales y en inglés.
Martes 21 de abril
Hoy es el cumpleaños de Roma. Nada menos que 2.773 años, desde su fundación que, según la leyenda, fue en el año 753 a.C.. En tiempos normales una serie de manifestaciones celebrarían este aniversario, pero como los romanos nunca se han dejado amilanar (y sí que han atravesado momentos difíciles en sus dos milenios de historia) las visitas y los saludos virtuales no faltaron.
Entre ellos un paseo virtual por uno de los monumentos más sugestivos de Roma, las Termas de Caracalla, construidas el año 216 d.C durante el período del emperador Caracalla (Marco Aurelio Severo Antonino Pío, hijo de Septimio, el fundador de la dinastía de los Severos): un recorrido que atraviesa los gimnasios, verdaderas obras de arte de arquitectura, las monumentales piscinas techadas frías y calientes, respectivamente frigidarium y calidarium, los espectaculares mosaicos, hasta la natatio, la única (y enorme) piscina al aire libre.
Mientras tanto les indico el link para ver estas maravillas, que de todas maneras merecen ser vistas personalmente. Me parece interesante recordar la respuesta del director de la Galería de los Uffizi a la pregunta si los recorridos virtuales limitarían las visitas reales: «Es como con el fútbol, a pesar de que los partidos se transmiten y retransmiten por radio y televisión la gente no deja de ir a los estadios».
En tiempos de emergencia gravísima, donde hay que respirar profundo, apretar los dientes y mirar el horizonte, hay ejemplos que vale la pena recordar. Hoy vi una excelente película, Volevo Nascondermi (Quería esconderme) sobre uno de los pintores naif más famosos y atormentados de Italia, Antonio Ligabue.
Un estupendo Elio Germano, uno de los mejores actores italianos del momento (que ganó el Oso de Plata en el reciente Festival de Cine de Berlín) personifica a este pintor, que tenía todo en contra, desde su humilde origen, recogido por una familia suiza-alemana a fines del siglo XIX, expulsado a Italia, tierra de origen de los padres biológicos, con serios problemas psiquiátricos, raquítico, enclenque, pobre, supo convivir con su enfermedad, y en cierto modo sobreponerse a ella, afirmando en uno de sus (habituales) ataques de ira: «¡Yo soy un artista!».
Miércoles 22 de abril
Ya es seguro. A partir del 4 de mayo paulatinamente se empezarán a aflojar las cadenas del encierro italiano. Ahora la discusión es la Immuni, que no es el nombre de un manga japonés como se podría imaginar, sino de la monitorización de los móviles: una app que habría que descargar en el móvil y que tendría la facultad de trazar un mapa de las personas con quienes se han relacionado las personas contagiadas, lo que permitiría, dicen los expertos evitar una segunda ola de la epidemia.
Es necesario que mínimo un 60 por ciento de la población adhiera para que se demuestre la eficacia del sistema. Es un tema delicado y que abre un gran debate sobre la libertad versus la seguridad. Aunque no será obligatorio descargar esta app, personalmente en mi familia lo haremos y no solamente porque probablemente quien no lo haga verá limitadas su capacidad de desplazamiento, sino porque a grandes males, grandes remedios y nadie en su sano juicio podría afirmar que el Covid-19 no es un enorme mal (aunque a decir verdad hay gobernantes de importantes países que no solo han desestimado, sino que, incluso de cara a los féretros de sus compatriotas, siguen desestimando su letalidad).
Jueves 23 de abril
Después de varios días con esa lluviecita antipática que no se siente, pero empapa, hoy Roma amaneció soleada, quizás también como homenaje al Día del Libro, este compañero fiel e incansable de muchos momentos….e innumerables noches insomnes. Fundamental y alentadora en este período oscuro, donde es difícil vislumbrar la claridad, la frase que Don Quijote dijo a su fiel escudero, Sancho Panza:
Sábete, Sancho, que ...todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.
Una fecha que se conmemora porque un día como hoy, hace 404 años, murió en Stratford- upo-Avon Williamm Shakespeare, en Córdoba ( España), el Inca Garcilaso de la Vega y en Madrid el autor de Don Quijote, denominado «El Manco de Lepanto», tras haber sido herido en la mano izquierda durante esa batalla, el 7 octubre de 1571. ¿Coincidencias de la historia que el mismo día hubiesen muerto tres de los escritores más importantes de la literatura universal...? Aunque como dice el comisario Montalbano, el estupendo policía siciliano, hijo literario de Andrea Camilleri, fallecido hace pocos meses: «las coincidencias no existen».
Viernes 24 de abril
Otra muerte, hace un par de días oscureció aún más el panorama ya de por sí bastante gris: la del actor y músico Marcos Mundstock, conocido integrante y en realidad prácticamente el rostro del grupo humorístico Les Luthiers, que tan gratos momentos nos ha procurado, sobre todo (pero no solo) a quienes hemos doblado hace más de un decenio la curva del medio siglo. Entre sus frases de oro, no siempre «políticamente correctas», como se diría hoy, «el que nace pobre y feo tiene grandes posibilidades de que al crecer se le desarrollen ambas condiciones». O «errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía». Y «la pereza es la madre de todos los vicios, y como madre, hay que respetarla».
Si no fuese el gobernante más importante de la tierra, podríamos haber continuado con la frase «a propósito de humoristas famosos», pero la tragedia mundial no permite festinar. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump no deja de sorprender, esta vez sugirió que el mejor combate contra el virus era inyectar en el cuerpo desinfectante, «que noquearía el virus en un minuto» o el uso de rayos ultravioletas, o de una luz «muy potente», que al proyectarla al interior del cuerpo combatiría eficazmente el Covid-19.
La reacción mundial ante semejantes barbaridad no se hizo esperar: «irresponsable e ignorante» fueron los epítetos recurrentes por parte de la comunidad científica internacional. Al darse cuenta de que había ido demasiado lejos, pocas horas después Trump, sin inmutarse le quitó importancia a sus palabras, diciendo que en realidad se había tratado de «una provocación». No hay palabras ni comentarios que valgan. Es verdad que Trump ha acostumbrado al mundo a sus intemperancias, pero que su liviandad mental ironice sobre la salud de los ciudadanos de su país, que han pagado, y están pagando el valor más alto en vidas humanas (más de 50.000 desde el comienzo de la pandemia) es demencial. Cuando es demasiado, es demasiado. ¿Cuál hubiese sido la reacción mundial, no digo solo de los científicos y de los expertos, si cualquier otro gobernante en cualquier otro lugar del mundo hubiese afirmado una estupidez semejante?
Sábado 25 de abril
Hoy me despertó una canción. Al principio no entendía de que se trataba ni de donde venía. Luego, ya totalmente de vuelta al «mundo de los vivos» me asomé al balcón: era por cierto Bella Ciao, la canción que si bien se conoce como símbolo de la lucha partisana contra el nazifascismo, en realidad no se cantaba durante la Resistencia, sino que se difundió después de la Liberación. Por lo tanto, no es una canción comunista, como muchas personas tienden a pensar.
Desde que Bella Ciao se popularizó, a mitad de la década del 60, es decir 20 años después del fin de la guerra ha sido grabada y vuelta a grabar muchísimas veces. Tras la popular serie española La Casa de Papel, esta canción no solamente se «globalizó», sino que se ha ido convirtiendo en símbolo de las protestas como sucedió por ejemplo en Chile durante las marchas de octubre 2019 contra el sistema neoliberal que gobierna Chile.
A las tres en punto, siguiendo la invitación de la Asociación Nacional de Partisanos (ANCI) junto a muchos de mis vecinos salí a cantarla desde el balcón, incluso se unió una pareja de vecinos a quien no conocía porque se mudaron hace poco. Era la primera vez que nos saludábamos y seguro lo seguiremos haciendo.
El otro día, haciendo la típica «limpieza de primavera», encontré una película en DVD de las primeros que salieron en ese formato: C’eravamo tanto amati (en castellano tuvo dos títulos: Una mujer y tres hombres y Nos habíamos amado tanto) de Ettore Scola, con unos espectaculares Vittorio Gassman y Stefania Sandrelli, ente otros intérpretes. Un estupendo fresco de la posguerra y del país que emergió tras la Liberación, especial para verlo de nuevo un día como hoy.
Entre la típica comedia a la italiana y el cine comprometido, la película, filmada en 1974, describe 30 años de historia italiana a través de la vida de sus cuatro protagonistas, tres jóvenes que cimentaron su amistad durante la lucha partisana en las montañas y una enfermera. Tras el fin de la guerra se separarán, para volver a encontrarse después de años. Pero ni el país, ni ellos serán los mismos.
A las 12 en punto el presidente de la República, Sergio Mattarella cumple un gesto ritual que en tiempos de Covid-19 asume un carácter especial: la ofrenda floral ante la Tumba del Soldado Desconocido, en el monumento conocido como Altar de la Patria (en realidad se llama Vittoriano ya que fue erigido en honor al rey Vittorio Emanuele) que se encuentra en la plaza Venecia. Una imagen surrealista con el presidente totalmente solo en una plaza desierta, semejante a las ciudades metafísicas de De Chirico.
Hablando de Liberación no se puede soslayar el papel de las mujeres que, aunque dieron un gran aporte durante la Resistencia, inmediatamente después fueron dejadas de lado, según cuenta una anciana partisana en una entrevista televisiva. ¡Incluso se les prohibió participar en los desfiles después de la Liberación! Ya que «el pueblo no entendería», según fue la explicación tajante nada menos que de Palmiro Togliatti, en ese momento Secretario General del Partido Comunista Italiano (PCI), el líder histórico de esa organización. Al final se llegó a un compromiso: podían desfilar, pero con faldas.
Domingo 26 de abril
Hoy mi barrio despertó un poco sobresaltado ya que en la tarde de ayer empezaron a circular noticias acerca de un foco infeccioso en la Universidad Salesiana (a unas ocho cuadras de mi casa), un enorme campus donde viven alrededor de 200 personas, entre estudiantes y docentes. Inclusive al parecer habría alrededor de 30 personas contagiadas, entre ellas cuatro graves.
Indesmentible el hecho que entre el 22 de febrero y el 13 de marzo se realizó en Turín el vigésimo octavo Capítulo General de la Congregación salesiana con delegados de todo el mundo. Estas personas sin duda volvieron a sus países y a sus ciudades después del 13. De aquí emergen dos elementos importantes: el 13 de marzo Italia ya estaba en cuarentena total instituida a partir del 10 y la Región Piemonte (al noroeste de Italia, cuya capital es Turín), era uno de los focos infecciosos importantes del país, y lo sigue siendo.
Ante la avalancha de informaciones, sobre todo a través de las redes sociales, ya que esta zona es densamente poblada, el rector de la Universidad, Mauro Mantovani, señaló que mañana hará una declaración oficial.
La próxima semana será decisiva para saber cómo entraremos en la Fase 2, porque si bien al parecer el virus ha decidido empezar a abandonar Italia, en el sentido que los índices de mortalidad y contagio van decreciendo, aún no es posible «cantar victoria», porque en las últimas 24 horas ha aumentado el número de infectados.
El primer ministro, Giuseppe Conte, fue drástico en su intervención de anoche: a partir del 4 de mayo la apertura será muy paulatina: «si quieres a Italia, mantén la distancia», dijo textualmente, especificando que se permitirá el libre tránsito de las personas, solamente por exigencias de trabajo o salud. Por lo tanto nos espera otro mes de enclaustramiento: ¡todo sea por la salud!