Paul Eluard fue el mejor amigo de Picasso a partir de 1935. Tras la desaparición de Apollinaire, fue el único poeta con quien Picasso pudo dialogar, intercambiar o compartir ideas. El poeta surrealista pronto quedó literalmente cautivado por el artista demiurgo «que se obstina en verlo todo, en proyectar en la pantalla del hombre todo aquello que puede comprender, admitir o transformar, figurar y transfigurar… A partir de Picasso, los muros se derrumban». Solo la muerte de Eluard, el 18 de noviembre de 1952, pondría fin a esa fraternidad.
Henriette Theodora Markovitch (Tours, 22 de noviembre de 1907—París, 16 de julio de 1997), conocida como Dora Maar, fue una fotógrafa surrealista, ideológicamente cercana a la extrema izquierda. Conoce a Picasso en 1936, por mediación de Paul Eluard, y pronto se convierte en su compañera y modelo, e influye en la politización del artista. Al estallar la Guerra Civil española, Eluard, Maar y Picasso toman partido por el gobierno legítimo y la causa republicana. Conmovido por los bombardeos del ejército franquista sobre Madrid, Eluard escribe su primer poema manifiestamente político, «Novembre 1936», que será publicado en L’Humanité el 17 de diciembre de ese mismo año. El texto inspira a Picasso los grabados de Sueño y mentira de Franco, en enero de 1937. En 1938, «Novembre 1936» vuelve a publicarse en forma de libro bajo el título de Solidarité, acompañado de aguafuertes de diversos artistas.
Eluard conoce a Nusch (Maria Benz, 1906—1946) en París, en 1930, tras separarse de Gala, y se casan en 1934. Cómplice y musa del poeta, Nusch le inspira diversas antologías de poemas. También posa para fotógrafos surrealistas como Man Ray, Lee Miller y Dora Maar. Nusch se convierte en un tema de investigación estética y en protagonista de muchos retratos de Picasso, sobre todo entre 1936 y 1941. En aquellos años, la amistad, la admiración y la emulación recíprocas entre Picasso y Eluard les llevan a compartir las vacaciones durante tres veranos consecutivos en el hotel Vaste Horizon de Mougins, junto con otros amigos. Allí, Picasso realiza varios retratos de Nusch, de Maar y de la hija de Eluard, Cécile, así como un retrato críptico de Paul Eluard disfrazado de arlesiana, conocido como Arlesiana amamantando un gato.
El estallido de la guerra va a alejar a Eluard, movilizado, de Picasso, que alterna su residencia en París con estancias en Royan. El reencuentro tiene lugar en la capital francesa a finales de agosto de 1940. En esa época se reúnen frecuentemente, con otros amigos, como Michel y Louise Leiris, Apel·les Fenosa, Óscar Domínguez y Robert Desnos, en el restaurante Le Catalan, situado enfrente del taller de Picasso en la rue des Grands-Augustins.
En 1942, Eluard se adhiere de nuevo al Partido Comunista Francés y debe pasar a la clandestinidad, lo que hace que deba ausentarse con frecuencia de París. No obstante, él y Picasso siguen en contacto y se encuentran en el taller de Picasso, en Le Catalan o en casa de Christian e Ivonne Zervos.
La desazón causada por la guerra y la precariedad económica inspiran a Picasso una serie de obras de un expresionismo descarnado que se convierten en una crónica alegórica de sus duras condiciones de vida. Ambas preocupaciones también están en el origen de su primera obra de teatro, Le désir attrapé par la queue.
Tanto Eluard como Picasso colaboran en La main à plume, una publicación colectiva puesta en marcha durante la ocupación alemana de Francia en la que participan muchos artistas surrealistas. Eluard escribe el poema «Liberté», que se convierte en un canto de lucha y de esperanza para la resistencia francesa.
El 4 de octubre de 1944, tras la liberación de París, Picasso se adhiere al Partido Comunista Francés, en un acto al que asisten Paul Eluard y Louis Aragon. Al día siguiente, la adhesión es anunciada en L’Humanité, en un reportaje ilustrado con tres fotografías, un dibujo de El hombre del cordero y un texto de Eluard.
Picasso y Eluard colaboran con los movimientos y congresos por la paz y en la elaboración del libro Le Visage de la paix. Las palomas de Picasso son utilizadas para los carteles de los congresos y se convierten en un símbolo pacifista. En 1948, ambos asisten al Congreso Mundial de Intelectuales por la Paz en Wroclaw (Breslau, Polonia), donde Picasso pronuncia un breve discurso. En ese viaje visitan Auschwitz.
Eluard fallece el 18 de noviembre de 1952 a causa de un infarto de miocardio. Picasso, acompañado de los amigos y camaradas del Partido Comunista, vela el cuerpo del poeta y dibuja una paloma, con la inscripción «pour mon cher Paul Eluard».
El 22 de noviembre es enterrado en el cementerio de Père-Lachaise, en la división 97, dentro del recinto para los comunistas y lejos de Nusch. Al oponerse el gobierno a unos funerales nacionales y al cortejo fúnebre por las calles de París, una multitud de amigos, camaradas y personas anónimas se reúnen a las puertas del cementerio para rendir el último homenaje al autor de «Liberté». Los discursos fúnebres son pronunciados por Vercors (Jean Bruller), Louis Aragon, Laurent Casanova, André Delacour y Jean-Charles Gateau.
Picasso, visiblemente emocionado, asiste a los funerales acompañado de Cécile Eluard y Elsa Triolet, para rendir el último adiós a su gran amigo.