El origen y desarrollo de la fotografía coincidió históricamente con el progresivo abandono de la figuración en la pintura, y a menudo se atribuye al auge de esta técnica y a su irrupción en el ámbito de las artes visuales el declive de una tradición pictórica que se remontaba por lo menos al Renacimiento. Pero la relación de rivalidad entre la pintura y la fotografía tal vez sea más ambigua de lo que da a entender la cronología, a juzgar por los hallazgos de la historia del arte y la museografía. Estas nos han descubierto, por ejemplo, que Ingres, el primer pintor que desdeñó públicamente esta invención técnica, se sirvió de ella con notables resultados.
Picasso, como ya había escrito su amigo Man Ray en la revista Cahiers d’art en 1937, mantuvo una relación aún más fructífera y compleja con la cámara, que fue posible empezar a analizar a partir de 1992, cuando sus herederos donaron parte del archivo fotográfico del pintor al Estado francés. Han hecho falta años para organizar y estudiar el ingente material de este legado, desde que la conservadora del Musée national Picasso-Paris, Anne Baldassari, iniciara a mediados de la década de 1990 una investigación en profundidad de las imágenes en blanco y negro que integran los fondos del museo. Entre ellas se cuentan no solo las de notables fotógrafos que inmortalizaron al pintor (como Brassaï, René Burri, Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Robert Doisneau, David Douglas Duncan, Herbert List, Dora Maar, Man Ray, Arnold Newman o Edward Quinn, entre otros), sino también una gran selección de imágenes tomadas por el propio Picasso, unas veces para fijar sus motivos pictóricos o documentar el proceso creativo, otras pocas para retratarse como indiscutible soberano en su reino, el taller, y afianzar el ideal del artista moderno, otras incluso para dejar constancia de su vida íntima, de sus conocidos o amigos, de su dimensión humana. Pese a que sigue quedando por esclarecer la autoría o el objeto de algunas fotografías, la colección de cerca de dieciocho mil imágenes ha permitido reconocer los diversos usos que el artista hacía de ellas desde su primera estancia en París en 1901, hasta su muerte en 1973.
Picasso, la mirada del fotógrafo ofrece una selección de los materiales fotográficos del fondo del Musée national PicassoParis que persigue dar fe de la compleja relación del artista con la representación fotográfica. Junto a este relevante conjunto, presentamos una recopilación de las mejores instantáneas de nuestros archivos, tomadas por Lucien Clergue, Michel Sima o David Douglas Duncan, entre otros, así como dos series menos conocidas de Nick de Morgoli y Leopoldo Pomés, procedentes de colecciones privadas, que testimonian los encuentros que tuvieron con el artista en sus talleres de la rue des GrandsAugustins y La Californie.