No creía que iba a llegar el momento en el cual decidía apagar la televisión y tuviese que iba a ser un alivio no entrar en mis redes sociales.
El morbo con el que la prensa nacional está tratando los sucesos en Cataluña no hace más que alimentar el odio y la confrontación.
Toda la programación cambiada para ver imágenes en directo de las calles de Barcelona con contenedores en llamas, mientras los periodistas en plató intentan decir algo interesante sin éxito delante de la imagen y en la calle se espera por los bomberos. La verdad es que poca cosa había que comentar y preferí ver la película programada.
Vivimos en unos tiempos en los cuales tenemos acceso a multitud de informaciones, de prensa, de telediarios y esto, a priori, debería enriquecernos, encontrar muchos puntos de vistas, reflexionar sobre nuestras posturas, pero nuestro sesgo de confirmación que nos lleva a buscar y tomar por verdaderas solo las informaciones acordes a nuestras ideas, nos hacen ciegos.
A mis queridos contactos de las redes que solo saben poner el programa de Ana Rosa — donde salió casualmente una ciudadana de a pie — debo informarles que se descubrió que estaba relacionada con el PP y tan casual no fue; a los que ponen la bandera española en contra de la catalana, les recuerdo que no importa la bandera sino como la usas, llevo una Ñ de España tatuada en el brazo, así que no me seáis moralistas, porque lo que no mola es cuando la banderita se suele usar justo para reivindicar cosas que van en contra de mis valores, como contra el derecho de las mujeres a elegir su futuro, contra el matrimonio igualitario o bien izada en el Valle de los Caídos.
O, en definitiva, a los que publican solo vídeos de la violencia, que ciertamente ha habido, ¿entienden que también ha habido unas movilizaciones pacificas?
Incluso actos de apoyo en toda España desde Bilbao hasta Andalucía.
Porque ha habido manifestaciones multitudinarias y pacificas como siempre han sido, incluso desde cinco puntos diferentes de Cataluña han convergido en Barcelona miles de personas andando kilómetros juntos para manifestarse en un clima festivo. ¿Dónde se ha visto nunca tanta movilización como las que pasan en Cataluña? La verdad que las imágenes tan multitudinarias no dejan diferente a nadie, a mí me da incluso una cierta alegría a ver que tanta gente se moviliza por un ideal, se comparta o no.
Alguien viendo estas imágenes, alguien que incluso no esté a favor del independentismo, ¿podría reflexionar sobre lo que esta pasando? ¿Y que las concentraciones de Rivera sumaron mil personas que no llenan ni una plaza?
¿Creen que encerrando sus políticos elegidos pueden convertir los independentistas en constitucionalistas?
¿Creen que poner el foco en la violencia que hubo en Barcelona, tanto de los radicales como de algunas desafortunada actuación policial (véase el reportero de El País y muchos vídeos más), cambiará el problema político de Cataluña?
Los disturbios de estas noche fueron unos centenares. Cuatrocientos, según el Ministerio del Interior. En cualquier caso una exigua minoría, un porcentaje muy pequeño dentro del masivo movimiento independentista. Además sumando que se mezcla con grupos violentos antisistema en busca de adrenalina que solo quería follón en las calles y que nada tienen que ver con las reivindicaciones independentistas.
Desde luego estoy en contra de la violencia y nunca esta justificada sea cual sea el ideal. El derecho a manifestarse, a protestar y la libre expresión no ampara lo que hemos visto en estos días. Pero poner el foco allí es desenfocar lo que pasa a Cataluña. Totalmente. Y me da bastante pena porque creo que es un síntoma de ignorancia.
Ver el problema Catalán como un problema de orden publico, no solo es reduccionista, sino que es peligroso.
La gota que colmó el vaso fue la sentencia del Tribunal Supremo a los políticos y activistas catalanes. No quiero comentar sobre lo que opino de la sentencia, desde luego de todas las condenas tendrían que tener la inhabilitación. No puede salir gratis lo que hicieron.
Tampoco puede costar 13 años de prisión. Espero que los lectores puedan informarse sobre que es la sedición y la rebelión, sino aconsejo que lean el articulo de Ignacio Escolar Ni golpe de Estado ni secesión ni violencia organizada ni rebelión.
Pero esto no viene de aquí. La mala política hacia Cataluña viene de lejos, como ese referéndum legal del estatuto de autonomía, como todos esos No hacia Cataluña, como el 80% de catalanes que quiere simplemente votar en referéndum pactado con más de dos alternativas, como todos los políticos mediocres de ambas partes que no saben, no han querido sentarse a hablar del tema con ayuda de quien sea para solucionar este problema.
¿Qué pasa en la cabeza de Pedro Sánchez para no quedar con Torra en su última visita a Barcelona? ¿Qué asesor le ha aconsejado no ir?
Así que a la multitud de amigos que me escriben para saber si estoy bien, sí, estoy fantásticamente, pero triste por lo que esta pasando, triste porque nadie mira mas allá de su nariz para entender el problema. Por eso, hacia nuevo aviso, apago la tele y las redes.