El día en que se unifique y universalice la literatura científica con ética en materia de salud y sin la intervención de los carteles químicos farmacéuticos, la medicina se ejercerá sin la barbarie y la petulancia que la caracteriza.
(José Tejada Maury)
El genoma humano es el número total de cromosomas del cuerpo humano.
El cuerpo humano está construido entre 20 y 30 trillones de células, cada una de ellas realiza funciones específicas como proteger al organismo de enfermedades o contener el código genético.
Cada célula contiene aproximadamente 30.000 genes. Los genes son los responsables de la herencia.
En 1994 Craig Venter fundó con financiamiento mixto el Instituto para la Investigación del Genoma (TIRG) y condujo el desciframiento de la secuencia compleja del genoma de un organismo entero, la bacteria Hemophilus influenzae, después el de una mosca.
En forma sorprendente aparece secuenciando el genoma humano. En mayo de 1998 se estableció la Celera Genomics, una corporación resultante de la unión entre Applera Corporation y TIRG.
A su tiempo Celera concretó un joint venture con Appied Biosytems para la «comercialización» de los resultados de los hallazgos.
La carrera por descifrar la secuencia completa del genoma humano y lograr la comercialización de los genes en los cromosomas fue ganada por la técnica automatizada de emprendimiento privado, el 6 de abril de 2000.
Ubicación de los genes
El cuerpo humano contiene 30 trillones de células, dentro del núcleo de la célula hay 46 cromosomas, el cromosoma es una larga molécula de ADN (ácido desoxirribonucleico), que tiene estructura de doble hélice, el gen está formado por un número determinado de bases nitrógenos (adenina — timina — citosina — guanina), hay 3000 millones de pares de bases nitrogenadas en el genoma.
La información contenida en los genes ha sido descodificada y permite conocer a la ciencia médica mediante test genéticos qué enfermedad «podría» sufrir una persona en su vida, también con ese conocimiento se «podrán» tratar enfermedades hasta ahora incurables (¿el mal comercial del cáncer?) o ¿la inmunodeficiencia la cual es producida por las causas referidas en capítulos anteriores (origen físico, químico, biológico, psicológico y nutricional)?. Y si nos dedicamos a enumerar los «códigos secretos del genoma» nos percataremos que esto es una estrategia más de la industria farmacéutica para imponer un mercado diversificado a más medicamentos de acuerdo a los códigos establecidos por ellos mismos.
Lo curioso de esto es que según sus propios «científicos» creen que un simple error en una secuencia de un gen predispone a padecer una enfermedad. Entonces cabría preguntarse: ¿y de qué manera una simple droga va operar para originar un proceso de reinstalación en la secuencia normal de un gen (y no solo para una célula, sino para 20 o 30 trillones que es el número de células que posee el cuerpo humano)?
No contento con esto, Crain Venter, autodenominado «padre del genoma», osa atreverse a manifestar que ha producido vida artificial, cuando la vida artificial no se puede crear ni inventar. La primera manifestación de formas de vida sin lugar a dudas es la célula, como la unidad anatómica de un ser vivo, la célula se origina dentro de la misma evolución del universo como un proceso sui géneris de éste, en etapas de transición y después de haber reunido los elementos necesarios y las condiciones físicas y químicas para pasar de lo inerte a lo vivo, como fueron las reacciones de óxido-reducción o fotoeléctricas dentro de las soluciones contenidas por éstas las cuales han podido ser ácidas básicas o salinas.
Nos preguntamos: ¿y qué será lo que pretenden ahora con esto?
Nos induce a pensar en un robo de propiedad intelectual al francés Jean Laigret, el cual demostró que el microbio que causa la fermentación de ácidos grasos produce petróleo: Clostrudium perfringens. Jean Laigret en su laboratorio a partir de una tonelada de desperdicios de carne de cocina obtenía por fermentación 450 litros de petróleo y 200 metros cúbicos de gas metano.
Además lo obtenía también a partir de las cloacas de Túnez (Estado del norte de África), igualmente lo obtuvo a partir de piel de limón y naranjas secas.
Se sostiene y reafirma por la sencilla razón de que en meses anteriores a través de diversos medios apareció una noticia sobre «petróleo creado en laboratorios», petróleo 2.0 como fue llamado, por la empresa LS9 de Estados Unidos de Norteamérica, cuyos «científicos» han alterado los genes de microorganismos para que «excreten petróleo». Se trata de la bacteria E. Coli, a las que se le ha alterado su ADN, para generar petróleo para comercializarlo en el 2011.
La empresa Buiofuel System (BFS), también «creó petróleo biológico y renovable».
Como podrán analizar, por lo anotado anteriormente, comprenderán ustedes que la farsa sobre la vida artificial del «científico» Venter y las firmas patrocinadores, «manipular el ADN de la bacteria E. Coli, para que excrete petróleo», cuando fue el francés Jean Laigret el que el demostró y confirmó que el petróleo lo origina la bacteria que causa la fermentación de ácidos grasos. Nos encontramos frente a un caso de usurpación y robo disimulado de propiedad intelectual.
El mal llamado proyecto de vida artificial plantea más interrogantes y misterios que respuestas y soluciones, decir que su objetivo es buscar mecanismos para producir combustible o para crear vacunas, argumento que no convence a ningún ser pensante. Las vacunas son fáciles de elaborar si a mano se tienen los elementos necesarios para producirla.
Muy seguramente con la mal llamada vida artificial, lo que están tratando de efectuar será no sólo buscar vacunas para los virus comerciales, sino de qué manera la industria farmacéutica no puede perder el mercado de los medicamentos antivirales, es decir; la «nueva vacuna», necesariamente puede producir «efectos colaterales», que puedan representarle una ganancia mayor a la dejada por los virus comerciales (sugerimos leer Enigmas de la Farmacovirosis).Le recordamos que con la definición de virus entregada en esta publicación se derrumba todo el esquema tradicional protocolario que se le ha impuesto al mundo académico y científico, es decir, pierden vigencia los conceptos como retrovirus, rotavirus y el supuesto mecanismo de replicación de los virus que nos ha entregado el Centro para el Control y Diagnóstico de Enfermedades(CDC de Atlanta) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), al igual que para el Centro Europeo con similares funciones.
En pocas palabras las nuevas vacunas deberán producir otras enfermedades que representen nuevas alternativas de ganancia para el cartel químico farmacéutico. Se aclara que no existe ninguna retaliación contra la industria farmacéutica, sino por el contrario, la industria farmacéutica ha sido una importante auxiliar para las terapias en la recuperación de los pacientes, lo que sí se censura es el uso perverso de la química con fines bioterroristas de parte del cartel químico farmacéutico.
Por ejemplo una vacuna contra el virus de la gripe, pondrán producir una diabetes de Tipo I, y convertir a un ser normalmente sano a un adicto o insulinodependiente. Pero ya esto se ha explicado con anterioridad en publicaciones en esta revista.
Necedades científicas: ¿clonación de un bebé para inmunizarlo del VIH?
Un científico chino afirma que ayudó a crear los primeros bebés genéticamente modificados del mundo: dos gemelas cuyo ADN dijo que modificó para intentar ayudarlas a resistir una posible infección futura con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). De ser cierto, sería un salto profundo de la ciencia y la ética.
Un científico de Estados Unidos aseguró que participó en el trabajo en China, no obstante este tipo de edición de genes está prohibida en su país porque los cambios en el ADN pueden pasar a las generaciones futuras y corre el riesgo de dañar otros genes. Muchos científicos convencionales piensan que es demasiado peligroso intentarlo, por lo que algunos denunciaron que el informe chino es una experimentación humana.
El investigador, He Jiankui, de Shenzhen, dijo que modificó los embriones de siete parejas durante los tratamientos de fertilidad, y hasta el momento se logró un embarazo. Informó que su objetivo no era curar o prevenir una enfermedad hereditaria, sino tratar de otorgar un rasgo que pocas personas tienen naturalmente: la capacidad de resistir una posible infección futura con el VIH, el virus que causa el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
¿Será posible que existan enfermedades genéticas?
A través de este mismo medio definimos un concepto de enfermedad como proceso fisicoquímico de efectos termodinámicos caracterizado por una perturbación del equilibrio homeostático.
Es un exabrupto afirmar categóricamente que la enfermedad es producto de la deformación de un gen y que ésta se transmite a la descendencia. Si bien se ha conocido casos aberrantes como la focomelia, podemos afirmar que la focomelia es un importante fenómeno descriptivo de cómo se producen deformaciones como consecuencia de la avaricia del cartel químico farmacéutico y el desacierto de los científicos en utilizar las estadísticas como método cuantificable a posibilidades futuras de aplicar alguna droga o fármaco sin intentar describir el fenómeno con la rigurosidad académica y científica desde el punto de vista epistemológico ,tal como el uso de una droga llamada talidomida que se usó para controlar algunos síntomas del embarazo tales como las náuseas, vómitos, etc. y que a la postre terminó con deformaciones en los fetos.
Según la definición de enfermedad entregada a través de WSI a nuestros lectores y a la comunidad científica en general. La enfermedad obedece a trastornos metabólicos, pueden ser pasajeros, transitorios o crónicos. Cuando hacemos referencia a metabolismo hacemos hincapié en los procesos de transformación de alimentos en energía para el buen funcionamiento del organismo de los seres vivos, tanto para satisfacer las demandas energéticas de los células, tejidos, sistemas, órganos, etc. En la reconstrucción y renovación de tejidos y por ende en el almacenamiento de energía para futuros requerimientos.
Por consiguiente resulta más objetivo, más científico hacer referencia a enfermedades congénitas, es decir; que se adquieren al momento de la fecundación entre el óvulo y el espermatozoide y durante el desarrollo del embrión y del feto. Si un organismo está contaminado de hecho se trasmite congénitamente y no genéticamente, pues la genética sólo almacena información y caracteres que se trasmiten a través de la herencia, jamás interviene en los procesos fisicoquímicos tales como el metabolismo celular.
Vocabulario y aclaración de conceptos
La focomelia (etimológicamente del griego φώκη, «foca», y μέλος, «miembro») es una enfermedad que se manifiesta por una malformación de origen teratogénico consistente en la ausencia de elementos óseos y musculares en el miembro superior o inferior, quedando reducido a un muñón o prominencia que se implanta a nivel del hombro o de la cintura y que asemeja las aletas de la foca. Puede afectar a un solo miembro o a varios.
En la década de 1950 se extendió el uso de la talidomida, que causó numerosos casos de focomelia, amelia y dismelia. La talidomida se usaba como sedante suave en las mujeres embarazadas y parecía provocar anomalías características en las extremidades de sus recién nacidos. Fue descubierto por Lenz.
Las deformidades observadas por la talidomida, variaban desde hipoplasia de uno o más dígitos a la ausencia total de todas las extremidades. Un ejemplo de la embriopatía por talidomida es la focomelia, en la cual las estructuras de las manos y pies pueden verse reducidas a solo un dígito, o pueden tener aspecto totalmente normal pero salen directamente del tronco. Este descubrimiento por Lenz desencadenó un interés mundial por la teratología clínica.
La teratología moderna ha descubierto muchos factores que producen defectos congénitos, algunos pueden ser detectados en la consulta preconcepcional y otros de forma postnatal. Por supuesto hay mucho camino que recorrer para poder explicar la gran mayoría de defectos congénitos pero lo más importante es su prevención.