El PSOE propone retomar las negociaciones con Unidas Podemos esta semana; Unidas Podemos solo contempla el Gobierno de coalición; Rivera persiste en su reticencia a la coalición electoral con el PP. Estos son algunos de los titulares que estamos leyendo los últimos días en los principales diarios nacionales. Parecería, para aquel lector que no esté muy al tanto de los noticias políticas, que España acaba de vivir unas elecciones nacionales. Bueno, no es del todo incierto. Es solo que el «acaba» habría que sustituirlo por «hace ya más de cuatro meses». Sí, los comicios fueron en abril. Casi nada.
España está desgobernada y se encamina sin remedio a unas nuevas elecciones. Serían las cuartas en cuatro años. ¡Casi nada! Aunque el PSOE fue el claro ganador en número de escaños y de votos, nunca ha contado con la mayoría suficiente como para formar gobierno, y de hecho no pudo sacar adelante la investidura en julio. Pocos Gobiernos se han visto en España, por no decir ninguno, con tan poco apoyo parlamentario. Su principal socio en la izquierda, Podemos, puso sobre la mesa un acuerdo de investidura que los socialistas entendieron como imposible, por demasiado ambicioso. Pero a nadie se le escapa que sus dos principales líderes no son precisamente amigos. Todo lo contrario.
Y mientras pasan los meses, la política parece que se va haciendo a golpe de tuits. Ese es el nivel. Mensajes encriptados, pataletas y contestaciones infantiles en las redes sociales. La Política reducida a 280 caracteres. El Presidente Sánchez no quiere elecciones, tampoco coalición con Podemos: propone una tercera vía con un programa común progresista que le permita gobernar sin tener que tener a sus enemigos en casa. A qué se refiere el presidente, es algo que aún no hemos podido descifrar.
Pero mientras unos proponen, los otros contestan y la oposición no hace básicamente nada, la actividad legislativa está bajo mínimos (solo 106 leyes aprobadas con los dos últimos Gobiernos de Rajoy y Sánchez) y nuestros representantes electos se van de vacaciones. Sí, porque puede España estar desgobernada y en parálisis cerebral, pero las vacaciones de verano son sagradas. Total, si el 23 de septiembre está a la vuelta de la esquina y ese día se deberán disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. Dejar pasar los días y salir cada semana con una invención nueva en la prensa parece haberse convertido en el pasatiempos preferido de los políticos.
Dos presidentes, tres comicios generales, una moción de censura y más de un año de Gobiernos en funciones. Cuatro años de auténtico despropósito. La España del desgobierno y la desvergüenza política asiste atónita al espectáculo. Es una comedia mala, muy mala. Y no hace ninguna gracia.