El 5 de octubre de 1908 el Ayuntamiento de la Villa y la Diputación Provincial de Vizcaya firmaron el acta fundacional del Museo de Bellas Artes de Bilbao, una institución de referencia en la ciudad y en el panorama museístico.
Con ocasión de su 110 aniversario, el museo presenta con el patrocinio de BBK y el comisariado literario del escritor Kirmen Uribe (Ondarroa, Bizkaia, 1970) la exposición ABC. El alfabeto del Museo de Bilbao, una propuesta inédita que ocupa todo el edificio antiguo –salas 1 a 31– tras la profunda renovación museográfica que se ha llevado a cabo en los últimos meses.
La exposición parte de una idea original con la que el museo busca acompañar la renovación de sus instalaciones con una forma nueva de mostrar la colección a los visitantes, ofreciendo así la posibilidad de una mirada también renovada. Con este fin, los habituales criterios expositivos de ordenación de las obras –cronológico, o según escuelas y autores– han sido sustituidos por un alfabeto extendido, que incluye 27 letras más el dígrafo ll del abecedario español y los dígrafos vascos ts, tx y tz.
Para desarrollar esta propuesta se ha contado con el comisariado literario del escritor Kirmen Uribe, buen conocedor del museo y asiduo visitante desde su niñez, tal y como queda reflejado en las obras Bilbao-New York-Bilbao (su primera novela, publicada en 2009) y La hora de despertarnos juntos (la más reciente, de 2016), en donde las pinturas de Aurelio Arteta o Antonio de Guezala, respectivamente, son parte fundamental de la trama.
Con cada una de esas 31 letras, Kirmen Uribe ha buscado una palabra referente en euskera, español inglés o francés, que sirve de inspiración literaria y de argumento curatorial para la selección de las obras de arte de la colección del museo que se muestran en cada una de las salas del edificio antiguo. Para este montaje tan especial se ha contado además con la colaboración de los artistas Ana Isabel Román y Eduardo López.
De este modo, se ordena un itinerario compuesto por letras y palabras en cuatro idiomas que recorre la historia del arte y la colección a través de diversos periodos y estilos. En palabras del escritor, "más que el tiempo, han sido las ideas las que han unido las obras, dando a la colección un sentido diferente".
La exposición reúne obras que tradicionalmente se exhiben en las salas junto a otros objetos artísticos que en contadas ocasiones han visto la luz y habitualmente se encuentran custodiados en los almacenes. Se pone así de relieve la riqueza y variedad de la colección del museo de Bilbao, que abarca principalmente del siglo XIII hasta nuestros días y en la que están representados los principales episodios artísticos del arte occidental.
Así, se exhiben las obras y artistas más reconocibles de la colección –Lucas Cranach el Viejo, José de Ribera, Bartolomé Esteban Murillo, Francisco de Zurbarán, Martin de Vos, Orazio Gentileschi, Francisco de Goya, Paul Gauguin, Mary Cassatt, Ignacio Zuloaga, Joaquín Sorolla, Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, Francis Bacon o Antoni Tàpies, entre otros muchos–, pero también fotografías de Alberto Schommer o Gabriele Basilico, obra gráfica de Joseph Beuys o David Hockney, un busto en piedra procedente de Palmira fechado en el siglo II d. C. o la refinada selección de piezas de arte japonés del legado Palacio-Arechabaleta.
A las obras del museo se han sumado contados préstamos de otras instituciones que completan el significado de la propuesta, como la plaqueta de arenisca procedente del yacimiento prehistórico de Ekain (Gipuzkoa) fechada en el 12.000 a. C., en el caso de la primera sala, Arte; del icónico óleo sobre cartón de Aurelio Arteta Idilio en los campos de Sport, cedido por el Athletic Club, que se exhibe en la sala Kirol (deporte); y del Bilbao Mirror de la sala Espejo,del Museo Vasco de Bilbao. También se presenta por vez primera una escultura recientemente adquirida de Ángel Bados, Premio Nacional de Escultura 2018, o una película inédita de Valentín de Zubiaurre.
Con cerca de trescientas piezas y doscientos artistas representados, Kirmen Uribe ha creado una trama llena de subjetividad y emoción en la que las palabras nos llevan a "territorios desconocidos y más complejos" en los que la libertad poética permite el diálogo entre Paul Gauguin o Joseph Beuys, tal y como sucede en la primera sala Arte.
Construye de esta manera un prontuario artístico lleno de referentes culturales: historiadores del arte, como Ernst Gombrich o John Berger, lingüistas como Koldo Mitxelena, filósofos como Walter Benjamin y, por supuesto, escritores y poetas, de Homero a Unamuno, de Virginia Wolf a Bernardo Atxaga, o de Charles Baudelaire a Gabriel Aresti.
En este relato literario y expositivo tienen cabida vivencias, anécdotas de las biografías de los artistas y leyendas que ofrecen claves con las que leer las obras desde un prisma diferente. En la sala Iron (hierro) la referencia a los bilboes (grilletes fabricados con hierro de Bilbao) que aparece en Hamlet de William Shakespeare ilustra las esculturas en hierro de Oteiza y Chillida, mientras que en Etxe (casa) nos habla del refugio que Sonia y Robert Delaunay encontraron en la localidad costera de Elantxobe (Bizkaia).
Uribe propone también reflexiones sobre el vivir o el mirar que, a modo de haikus, van señalando la exposición, como las que se incluyen en la sala presidida por Heriotza (muerte): "muertos los muertos, la vida siempre continúa"; o en la dedicada a la iconografía de Bilbao: "cuando miramos nunca vemos solamente lo actual".
De este modo, el museo celebra sus 110 años mostrando en las salas recién renovadas una propuesta donde la literatura y el arte crean un itinerario expositivo lleno de sugerencias con las que se podrá redescubrir su colección.