Mucho se ha hablado sobre los beneficios del ejercicio, sobre todo si este se realiza de forma moderada y continuada en el tiempo, aunque no así los extremos en cuanto al deporte; es decir, algunos estudios indican que los deportistas de élite tienen una media entre dos o tres años menos de vida que el resto de la población, y entre los sedentarios se produce un incremento de problemas de salud incluidos los relativos a la obesidad.
Si bien esta relación entre deporte y salud no es nueva, los efectos beneficiosos sobre la psicología de quien lo practica no son tan bien conocidos; así se pueden dar casos de obsesiones por el deporte, trastorno denominado vigorexia, cuyas consecuencias han sido analizadas por la Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de Akdeniz (Turquía) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Sport Journal.
En el estudio participaron trescientos diecinueve adultos, con edades comprendidas entre los 24 a 38 años, de la cuales el 51,1% eran mujeres.
Como característica en común, eran turcos y acudían regularmente al gimnasio, a pesar de vivir en cinco países diferentes (Turquía, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Noruega).
A todos se les administró una escala para evaluar la adicción al deporte, y el 6-Item Short Form Health Survey (SF-36) para evaluar la calidad de vida, ambos instrumentos traducidos al turco.
Los resultados informan de correlaciones significativas entre la adicción al ejercicio, el funcionamiento físico, la salud mental y el dolor físico. Donde se produce una mejor condición física y mental y una reducción del dolor.
Se encontró correlación negativa entre el funcionamiento social y la continuidad en el gimnasio, es decir, cuanto más tiempo le dedica al gimnasio menos a las relaciones sociales.
Se encontraron correlaciones negativas entre la frecuencia de uso del gimnasio, la salud general y tiempo en otras actividades. Es decir, dedicarle demasiado tiempo al gimnasio reduce la calidad de vida y el tiempo dedicado a otras actividades.
Igualmente se hallaron diferencias en cuanto al papel de la adicción al deporte en función del país de residencia, el género y estado civil de los participantes.
Resultados que indican que el ejercicio, incluso en exceso, sirve como protector físico y mental, además de reducir el dolor, pero en contrapunto afecta la salud general, reduciendo el tiempo dedicado a las relaciones sociales y otras actividades.
Por su parte desde la Division of International Sport and Leisure, Hankuk University of Foreign Studies (Corea) se analizó la relación entre el deporte y los valores sociales cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of u- and e- Service, Science and Technology.
Los datos se obtuvieron de un macroestudio de 3.449 estudiantes de secundaria, analizados entre 2003 y 2008, denominado Korean Youth Panel Data. Se analizaron hasta diez variables diferentes para ver si correlacionaban con la presencia de violencia física.
Los resultados informan sobre las correlaciones significativas entre la violencia física y el género, siendo este mayor en varones frente a las mujeres; con la falta de autocontrol; con la propia valoración de la violencia, es decir, cuando alguien «justificaba» la violencia era más probable que la pudiese usar; y la aptitud frente a la escuela, de forma que cuanto mejor valoración tuviese hacia la escuela menor violencia exhibida. No encontrándose correlaciones significativas con la práctica del deporte.
La falta de correlación negativa entre la práctica deportiva y la violencia es explicada por parte de los autores del estudio porque el deporte puede «facilitar» los comportamientos antisociales sobre otros jóvenes.
A pesar de lo anterior no hay que descartar el deporte entre los jóvenes debido a sus beneficios físicos, y quizás habrá que «mejorar» las estrategias deportivas para fortalecer las relaciones sociales, encaminadas hacia la integración; ya que, tal y como muestra el estudio, no es suficiente el deporte por el deporte.