El Museo de Bellas Artes de Bilbao da a conocer tres retratos inéditos de la familia Adán de Yarza pintados por Francisco de Goya a finales de la década de 1780, que se presentan por primera vez ante el público y la comunidad científica tras su estudio y restauración, y permanecerán expuestos hasta el mes de septiembre. Las pinturas que hasta ahora solo se conocían a través de referencias bibliográficas académicas y en prensa, y por fotografías de época se muestran, junto a la caja original en la que fueron trasladadas a Francia en 1937, por primera vez desde que fueron evacuadas por el Gobierno Vasco durante la Guerra Civil gracias a la generosidad de la familia propietaria.
El estudio técnico y la restauración llevados a cabo por el restaurador del museo José Luis Merino Gorospe muestran el excelente estado de conservación de las tres obras, siendo especialmente reseñable que se conserven en su primera tela y se encuentren clavadas sobre los bastidores originales del siglo XVIII. Los grandes especialistas internacionales en la obra de Goya Juliet Wilson-Bareau y Xavier Bray han abordado el estudio histórico-artístico de las pinturas, resaltando su originalidad dentro de la primera producción retratística de Goya. Las conclusiones del riguroso estudio y restauración se recogen en la publicación digital Los Goyas de Zubieta. Retratos de la familia Adán de Yarza que incluye, además, un artículo biográfico sobre los protagonistas de los retratos a cargo de los historiadores Susana Serrano y Mikel Urizar, y otro sobre los avatares de las obras durante la Guerra Civil escrito por el experto Francisco Javier Muñoz.
Se trata de los retratos de Francisco de Goya de tres miembros de la ilustre familia vizcaína Adán de Yarza, originaria de Lekeitio y cuyo linaje se remonta al siglo X. Representan a Bernarda Tavira, viuda y madre de Antonio Adán de Yarza, quien contraería matrimonio en 1787 con María Ramona de Barbachano. La historia de esta importante casa está ampliamente documentada en el estudio "Antonio Adán de Yarza Tavira (1761-1835)",que han llevado a cabo Susana Serrano Abad, investigadora y profesora titular de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco, y Mikel Urizar, jefe del Archivo del Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Pintados en Madrid seguramente en torno a la fecha del enlace, son ejemplo supremo de la intensa actividad retratística de Goya hacia 1790, cuando era pintor de cámara del rey. Las pinturas fueron recogidas por el Gobierno Vasco para su salvaguarda durante los primeros meses de la guerra y trasladadas a Francia en 1937. Desde entonces, y sin cambiar de propiedad, han permanecido seguras, pero en el más absoluto anonimato, fuera de España. Hoy, gracias a la generosidad de sus descendientes, los tres retratos y la caja original en la que fueron evacuados han vuelto a Euskadi y se presentan por primera vez al público, junto a documentación sobre su singular historia, en la sala W del Alfabeto del Museo de Bilbao, dedicada, significativamente, a la guerra (War).
Las primeras menciones conocidas de los retratos se remontan a 1916 y 1917, cuando el historiador del arte y futuro director del Museo del Prado Aureliano de Beruete y Moret los citó en sus dos primeros volúmenes monográficos dedicados a la obra de Goya. La acertada descripción de Beruete después de conocerlos en directo como "típico(s) de la época grísea… del año 1790 o poco posterior" se replicó en diversas publicaciones posteriores. Las primeras fotografías de las obras se las debemos a la revista Blanco y Negro que las publicó en 1930 como ilustración del artículo "Mansiones hidalgas: Zubieta en Vizcaya". A los cuadros también se refirió en 1927 el historiador Fernando de la Quadra Salcedo en una colaboración en El Noticiero Bilbaíno, y más tarde, en 1936, en "Los Goyas inéditos de Vizcaya" en un texto publicado como folleto suelto y como artículo de la revista Vida Vasca.
En 1936 y ante la dramática evolución de la Guerra Civil, la Dirección General de Bellas Artes del Gobierno Vasco tomó la iniciativa de recoger para su protección las colecciones artísticas tanto públicas como privadas dispersas en el territorio. El 13 de noviembre se retiraron del Palacio de Zubieta varias obras de arte, incluidas las tres pinturas de Goya, para su traslado y custodia en el depósito franco de los muelles de Uribitarte en Bilbao. Posteriormente, el propio Gobierno decidió su evacuación a territorio francés junto a un grupo de obras del Museo de Arte Moderno y otras colecciones para formar parte de una muestra en el Pabellón de la República en la Exposición Internacional de París de 1937.
Los tres retratos fueron embalados en la caja nº 10, que aún se conserva y ahora también se expone, y entregados finalmente por el Gobierno Vasco a su legítima propietaria, María Adán de Yarza que por entonces se encontraba refugiada en Francia, donde falleció en 1947 sin volver a su tierra y con ella tampoco hasta hoy los Goyas de Zubieta. El ensayo "María Adán de Yarza: una historia de guerra, arte y exilio",a cargo del investigador Francisco Javier Muñoz Fernández, profundiza en estos avatares del patrimonio artístico vasco durante la Guerra Civil.
No será hasta 1989 cuando el historiador Kosme de Barañano vuelva a citar en un ensayo los tres retratos de Goya "en paradero desconocido", poco antes de que el experto norteamericano William Jordan y la especialista inglesa Juliet Wilson-Bareau tuvieran la ocasión de localizar y estudiar los cuadros directamente en una investigación realizada entre 1990 y 1992, a la que se sumó también el profesor Nigel Glendinning.
El interés de los expertos en las obras se mantuvo desde entonces, hasta que en noviembre de 2017 el deseo compartido de la familia, los expertos, y el Museo de Bellas Artes de Bilbao de dar a conocer las obras en el lugar al que la familia pertenece, fructificó definitivamente, accediendo, tras la realización de la documentación técnica básica en el Museo del Prado, al traslado de las obras al Museo de Bellas Artes de Bilbao, para su estudio y restauración bajo la dirección de José Luis Merino Gorospe, que ya restauró el Retrato del poeta Moratín (1824) de Goya de la colección del museo. La paciente labor de limpieza ha concluido recientemente y su proceso se describe en el artículo "Estudio técnico y restauración de las obras". Éstas se encontraban muy sucias y nunca habían sido restauradas, pero, tras la limpieza de las capas de suciedad acumulada, se pudo comprobar que estaban en un estado de conservación admirable, siendo muy excepcional el hecho de que se conserven en su primera tela y clavadas aún sobre los bastidores originales del siglo XVIII. Su condición de obras intactas permitió también que el retrato de Bernarda Tavira conservara hasta hoy un papel autógrafo de Goya con el nombre de la retratada pegado en la parte posterior del lienzo.
En paralelo a su documentación técnica y restauración, el estudio histórico-artístico de los retratos, prácticamente inéditos, ha correspondido a Juliet Wilson-Bareau, a quien debemos su hallazgo contemporáneo, y a Xavier Bray, actual director de la Wallace Collection y comisario de la gran exposición Goya. The Portraits en la National Gallery de Londres (2015). En su ensayo "Tres retratos recuperados de Francisco de Goya y Lucientes" podemos entender la originalidad de estas obras dentro de la intensa primera etapa de su, a partir de entonces, extraordinaria carrera como retratista, así como la estrecha relación con obras contemporáneas tan relevantes como fueron los encargos para el Banco de San Carlos y, muy en especialmente, con el pintado por Goya por esas mismas fechas a su fundador, el vascofrancés Francisco de Cabarrús (1788).
Las conclusiones del ambicioso proyecto de investigación llevado a cabo por el Museo de Bellas Artes de Bilbao reunidas en la publicación digital Los Goyas de Zubieta. Retratos de la familia Adán de Yarza son accesibles desde la web del museo. Así mismo, está prevista la celebración de unas jornadas de estudio abiertas a todos los investigadores antes de que finalice el periodo de exposición acordado con los propietarios.