La capital de Costa Rica tuvo alumbrado público en 1884, siendo en ese momento la tercera ciudad que en el mundo realizaba tal acontecimiento. Le siguió, como cuarta ciudad, antes que Caracas, la ciudad de Maracaibo, de Venezuela.
Desde entonces ambos países desarrollaron sus actividades eléctricas e hidroenergéticas.
En ambos países, a partir de la segunda mitad del siglo XX se impulsa la producción de electricidad con más fuerza. Hoy Costa Rica tiene prácticamente cubierto todo su territorio con electricidad. Oficialmente se dice que el 100% del territorio nacional esta cubierto con electricidad. En Venezuela no es así. Se dice que cerca de un 30% del territorio venezolano carece de electricidad.
Para el caso venezolano un conjunto de presas, represas y centrales hidroeléctricas, como son la Represa de Caruachi, inaugurada en el 2006, la Central Hidroeléctrica Francisco Miranda, la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, en Guri, llamada Central Hidroeléctrica Raúl Leoni desde 1974 hasta el 2006, con su gran embalse, el más grande de Venezuela, la Central Hidroeléctrica Antonio José de Sucre en Macagua I, II y III, conocidas como las Macagua, la I terminada en 1961, la la III inaugurada en 1997. Están también las centrales termoeléctricas de Planta Centro, Planta Pedro Camejo, la Planta Josefa Camejo, la Planta Tacoa, la Planta Ramón Laguna.
La Represa de Tocoma, con su Planta Manuel Piar, que debió iniciar su producción en el 2014, y la Represa Uribante Caparo, entre otros proyectos productores de energía, constituyen hoy la base material del abastecimiento eléctrico de Venezuela.
El embalse del Guri ha sido considerado por su capacidad el séptimo más grande del mundo, y en su momento llegó a ser considerado como una de las diez centrales hidroeléctricas más grandes del mundo y la segunda mas grande de América. Sobre ella están la Central Hidroeléctrica de las Tres Gargantas en la República Popular China, y la Central Hidroeléctrica de Itaipu, en la frontera de Brasil y Paraguay. Esta represa del Guri la inició como proyecto Rómulo Betancourt cuando fue Presidente de la Junta Revolucionaria, que impulsó el Plan de Electrificación Nacional de 1947, aunque su construcción no inició hasta 1963, por la empresa Electrificación del Caroni, EDELCA, que hoy forma parte de la Corporación Eléctrica, que es una filial de la Corporación Venezolana de Guyana.
El Lago Guri constituye desde 1990 el sitio de abastecimiento de agua potable para consumo humano para muchas ciudades de Venezuela. La Represa del Guri en época de Chávez abastecía el 70% de la electricidad el país.
A estas represas se suman las del Parque de Recreación Embalse Cumaripa, inaugurado en 1971, el Dique de San Juan, desde 1951, los Embalses del Guamo, de Guataparo, de Tierra Blanca, este muy afectado por la sequía en el 2009, con su represa de Camatagua, el Embalse La Mariposa, que opera desde 1949, la Presa del Pueblito, que opera desde 1983, y la Presa Vista Alegre. También está la Central Fabricio Ojeda y la Leonardo Ruiz Pineda.
Todo este enjambre de empresas hidroeléctricas generan el 62 % de la energía de Venezuela.
Con el Presidente Hugo Chávez el sector eléctrico de Venezuela fue nacionalizado en el 2007, creando en ese momento la Corporación Eléctrica Nacional (CORPOELEC), que fusionó todas las compañías regionales encargadas, en ese momento, de la generación y transmisión de energía.
En el período de la llamada IV República, desde 1958 hasta 1998, época en que se logró el mayor desarrollo de estos proyectos hidroeléctricos, no se produjeron apagones, ni crisis energéticas, más allá de las naturalmente resultantes del impacto de fenómenos climáticos, que obligaran a un déficit de producción de energía eléctrica.
El 75% de toda la energía consumida por los venezolanos depende de estas centrales eléctricas. Desde el año 2009 el incremento de consumo de energía se ha sostenido en un 6% anual, que no responde al crecimiento de la oferta eléctrica existente ni a la capacidad de generación instalada, lo que se ha afectado también por períodos de intensas sequías.
Durante el período de la llamada V República, desde 1999 hasta hoy, bajo los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, se dice que se han invertido más de 100.000 millones de dólares en el sector hidroenergético que no se aprecia en sus resultados, por lo altos niveles de corrupción que hacen que las compras que se necesitan para el sector se han hecho de máquinas de segunda, en mal estado, que se han sobrepagado, que no se contrate el personal altamente especializado requerido, que las empresas hidroenergéticas han servido para elevar la planilla laboral no calificada, que no se da el adecuado y buen mantenimiento a todas las instalaciones hidroeléctricas, lo que ha generado un constante nivel de apagones que afectan regiones, amplias regiones y a todo el país, como recién este año se apreciado y sufrido por los venezolanos. El Presidente Chávez hasta el 2012 había dado generosamente a Bolivia, Nicaragua y Cuba 170.000 millones de dólares para impulsar grandes plantas eléctricas en esos países.
Regiones de Venezuela, como en el estado del Zulia, tienen una situación de apagones crónicos, permanentes, casi en promedio de 10 horas diarias, que ha alcanzado hasta 16 horas por varios días seguidos, antes del gran apagón, del 7 de marzo, que llegó a tener un 95% de la población y alcanzar a todo el territorio venezolano sin electricidad, y todavía hoy se siguen dando en el Zulia.
Estos apagones no son resultado de sabotajes, como ha señalado Nicolás Maduro, el ocupante de Miraflores. Hugo Chávez en una ocasión acudió al expediente del sabotaje.
Son el resultado de una mala administración, de un abandono institucional de las empresas generadoras de energía, de la desidia y falta de capacidad con que se trabajan y operan.
Los apagones, la caída de producción de energía, la mala administración de las empresas, de las presas y represas hidroeléctricas, ha hecho que haya una historia intensa de apagones. Así podemos observar al menos los siguientes:
Desde el 2004 al 2008 Venezuela tuvo una bonanza económica por el alto precio de barril del petróleo, que repercutió con las políticas sociales del presidente Chávez, por medio de sus 18 programas, que facilitaron mejores niveles de vida y de consumo de electrodomésticos, que duplicaron en ese período el consumo per cápita de electricidad, sin que se acompañara lo correspondiente en la generación eléctrica.
En el 2005 el presidente Chávez invirtió menos de la mitad de lo que debía invertir, de acuerdo a lo que él mismo había planeado, en el sector eléctrico para poder incrementar la capacidad de generación eléctrica en correspondencia con la demanda.
En el 2008, cuando el presidente Chávez nacionalizó el sistema eléctrico, se produjo un apagón, el 29 de abril, que afectó a 10 estados, Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Lara, Miranda, Táchira, Zulia, Monagas y Nueva Esparta y la Región Capital.
En el 2008 Chávez anunció que Venezuela contaba con las reservas más grandes del mundo de gas, y potenciando la generación termoeléctrica afirmó que «Venezuela iba a convertirse en la gran potencia energética mundial».
Durante los años 2008 al 2010, en que estuve de embajador de Costa Rica en Venezuela, fui testigo y afectado de varios pequeños apagones en Caracas.
La Corporación Eléctrica Nacional, que es el organismo público que administra todas las empresas generadoras de electricidad, reconoció a finales de 2008, que el 79% de las centrales termoeléctricas tenían más de 20 años de antigüedad, y que el 30% de ellas registraban problemas técnicos graves, que no estaban funcionando a la máxima capacidad, haciéndolo a una tercera parte de su disponibilidad.
En el 2009, el 7 de marzo hubo una serie de apagones en todo el territorio venezolano, que se continuaron hasta julio. El presidente Chávez declaró un estado de emergencia, el 21 de diciembre, que mantuvo hasta 30 de noviembre del 2010.
Justo el año 2010, el presidente Chávez ante uno de estos apagones, que eran regulares, y habituales, declaró un «estado de emergencia», sin que aplicara políticas o acciones públicas que visualizaran la acción del gobierno para atender la situación. Llegó a establecer un Plan de Racionamiento. El estado de emergencia y racionamiento Chávez lo suspendió durante el periodo que se desarrolló el Campeonato Mundial de Fútbol. Durante la emergencia impuso racionamientos por zonas, con interrupción del servicio eléctrico por períodos de 12 horas semanales.
El 18 de marzo del 2010, el ministro de Energía, Alí Rodríguez, aseguró que no habría un colapso eléctrico, como se rumoraba en la población.
En el año 2009-2010 ya se apreciaba un discordancia entre el incremento de la oferta y la demanda de energía en Venezuela, resultante este déficit por la no realización de las inversiones necesarias para aumentar la capacidad de generación eléctrica, máxime cuando Venezuela está catalogado como el país de mayor consumo de electricidad per cápita de Latinoamérica.
En el 2010, el gobierno de Chávez adquirió tres plantas eléctricas que le llegaron desde Houston, Texas.
En el año 2011 se produjeron dos mega apagones en Venezuela, que en abril, el 7, dejó sin electricidad a nueve estados, Anzoátegui, Táchira, Lara, Carabobo, Yaracuy, Zulia, Falcón, Aragua y la zona metropolitana de Caracas, y en junio afectó casi a diez estados. El apagón de abril fue en Caracas de menos de una hora, pero en Estados como Aragua, Carabobo y Zulia fue de muchas horas. Chávez le echó la culpa de los apagones a los ricos aduciendo que eran derrochadores de energía eléctrica. Por este motivo les impuso una tarifa más alta bajo un nuevo esquema de cobro, al mismo tiempo que ordenó al sector industrial reducir en un 20% su consumo eléctrico, culpando a las empresas de la crisis energética. También Chávez trató de minimizar la dependencia de la energía de las centrales hidroeléctricas.
La crisis eléctrica impuso que Chávez creara el Ministerio de Energía Eléctrica en octubre del 2009, el Estado Mayor Eléctrico en febrero del 2010 e impulsara, con asesoría cubana, el programa llamado Siembra de Nubes, redujera la jornada laboral pública a seis horas diarias, estableciendo horarios cortos para centros comerciales, prohibiendo el uso de electricidad para avisos luminosos. En abril del 2010 propuso Chávez reducir la jornada de trabajo a 4 días a la semana, con un supuesto ahorro del 205 % de electricidad.
En el 2011 la crisis eléctrica obligó a Chávez a importar desde Colombia energía.
En el año 2013 se produjeron tres apagones. El de febrero afectó ocho estados, Bolívar, hasta Yaracuy, provocó un apagón en los estados Barinas, Apure, Lara, Zulia, Táchira, Mérida, Portuguesa y Yaracuy, que en abril se quedaron sin luz el 75% de los venezolanos y el 3 de setiembre, 18 de los 23 estados de nuevo fueron afectados sin electricidad. En diciembre se produjo otro apagón. En esta ocasión Maduró justificó por razones de sabotajes a estos apagones, aunque los expertos denunciaban «la falta de inversión» y «el pobre mantenimiento» de las instalaciones.
En el 2014, con once estados sin electricidad, la mitad del país estaba a oscuras y sin energía. Se atribuyó este corte a un incendio en el Cerro del Ávila, que rodea a Caracas, la sequía provocada por el fenómeno del Niño. Este apagón impuso que las jornadas laborales fueran del 40% en el sector público.
Bajo el gobierno de Nicolás Maduro, en el 2016, se declaró una emergencia eléctrica por la cual Maduro impuso planes por seis meses de racionamiento eléctrico. El 19 de octubre el edificio de la Asamblea Nacional, del Parlamento venezolano, se quedó sin luz cuando sesionaba. Desde entonces con frecuencia es afectado con cortes de luz.
En el año 2017 solo en Caracas hubo ocho apagones. En octubre un apagón afectó por casi doce horas a la Ciudad de Maracaibo y otras zonas del Estado de Zulia. Los días 24 y 25 de diciembre de este año de nuevo se afectaron varias regiones por la falta de luz. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas.
En el 2018, el 2 de enero, cinco estados y la capital, se quedaron sin luz por más de medio día, y las estaciones eléctricas de Pomona, Belloso, Moralito y Veritas, en el estado de Zulia, suspendieron por varios meses el suministro eléctrico, y en octubre de este año, junto al estado de Zulia, se afectaron con un apagón quince estados, que se acompañó con restricciones en el suministro de agua.
El 23 de enero, varias zonas del este del estado Vargas se quedaron sin luz , según se dijo debido a la fractura de las torres de transmisión eléctrica, que afectó desde el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el Estado Miranda, por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas.
El 22 de febrero, varias regiones de 10 estados pertenecientes de las regiones occidental y andina del país se quedaron a oscuras por casi seis horas, que afectó a Maracay, capital del estado Aragua, Valencia y Puerto Cabello, del estado Carabobo, en la región central. En el sur del Lago de Maracaibo, del 21 al 22 de febrero por más de 12 horas se suspendió el servicio eléctrico. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas. el sector El Playón, en Macuto, hasta zonas del puerto de Chirimena, en el estado Miranda, y mantuvo a la zona este de la entidad costera sin energía eléctrica por 24 horas.
A finales de julio y principios de agosto dos apagones afectaron Caracas, y los estados de Miranda y Vargas, y en el estado de Zulia por cuatro días no se suministró energía. En octubre se produjo otro apagón de más 24 horas que afectó gran parte del país. El 14 de febrero la Gran Caracas fue la afectada por una avería de la Subestación Santa Teresa, que alcanzó al Distrito Capital, los estados Vargas y Miranda. En el estado Falcón la falta de suministro eléctrico se dio durante los días del Carnaval. Los días 10 y 11 de febrero fue afectados el estado Falcón en Punto Fijo.
En noviembre los cortes de electricidad llegaron hasta la isla de Margarita, uno de los principales centros turísticos de Venezuela, y a afectó de nuevo al Estado de Zulia.
En total, en el año 2018 casi una decena de apagones se produjeron.
El apagón registrado recientemente, de cinco días, en el 2019, desde el 5 de marzo, se considera el más grande sufrido en Venezuela en toda su historia, que afectó no solo en electricidad sino también en el abastecimiento de agua y de gas, y el transporte por metro. Por su alcance fue todo el país.
Maduro acudió en esta ocasión a culpar del apagón a actos de sabotaje, en la principal central hidroeléctrica de Venezuela, la del Guri, ubicada en el Estado Bolívar. Expertos e Ingenieros de la Universidad Central de Venezuela señalaron por causa incendio en el corredor de la principal línea de transmisión del servicio eléctrico, que afectó el «sincronismo» del Guri con dos subestaciones, Caruachi, ubicadas en Bolívar, y Macagua, en Sucre.
Maduro insiste en culpar a los Estados Unidos por sabotaje electrónico, quien ha hablado de invertir 100.000 millones de dólares para atender la crisis, y la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines (Aviem) y el expresidente de la estatal empresa Corpoelec, Guillermo Ovalles, señalan «que se debe a la falta de mantenimiento, la negligencia y la "falta de capacidad" dentro de la compañía».
El mal manejo y la mala administración en el sector eléctrico hace que Venezuela tenga una capacidad termoeléctrica de 16.000 megavatios pero solo tiene disponible 2.500 por la falta de mantenimiento de las empresas, lo que ha obligado a los racionamientos. Por situación similar ha ocurrido con el manejo de la estatal petrolera PDVSA produzca a un tercio de lo que producía hace varios años, con proyección que que se reduzca su producción petrolera en un 21% en los próximos tres meses. Este último apagón repercutirá en que Venezuela no podrá satisfacer las obligaciones que tiene con sus clientes internacionales.
La vida bajo la V República, y especialmente bajo el gobierno de Nicolás Maduro, ha hecho que los venezolanos hayan tenido que acostumbrarse a vivir con apagones y racionamientos, y ha hecho que el comportamiento electoral haya ido decreciendo a favor del gobierno de Maduro y del oficialismo. Desde las elecciones del 2009 ya venían cayendo los índices electorales a favor del gobierno, aunque todavía ganaba procesos electorales. Después de la muerte de Chávez los índices reales electorales del oficialismo han caído, y ha perdido su caudal electoral, expresado principalmente en la elección de la Asamblea Nacional, y el alto índice de descontento hacia la gestión de Maduro, que alcanza en todas las encuestas más del 85%.
Un problema central en el problema de los apagones es que las estructuras administrativas de las compañías generadoras de electricidad fueron modificadas y están bajo control y administración de militares y de políticos que reemplazaron los cuadros políticos y ejecutivos técnicos y profesionales de alta calificación que las operaban.
La crisis eléctrica, de los apagones, que sufre hoy Venezuela pone en evidencia la crisis de gobierno y la mala gestión publica de la economía y la producción, que tiene Nicolás Maduro.
Los apagonazos que sufre el pueblo y la economía venezolana son tan solo la expresión del apagonazo político general que sufre el gobierno de Nicolás Maduro, del apagón de su Proyecto Político, y del oficialismo gubernativo.
Se me asemeja Maduro y su gobierno a los túneles Boquerón 1, ó Boquerón 2, que comunican Caracas con el puerto La Guaria y el aeropuerto de Maiquetía, con una extensión de 1.910 metros cada uno de estos túneles, análogamente a los 19 años de gobiernos chavistas y maduristas, donde se ha quedado sin luz, y donde el destello de la luz de la salida, al final del túnel, de su gobierno, es su salida del gobierno. No hay otra.
Al apagón eléctrico del gobierno le sigue inevitablemente el apagón político de su proyecto político.