El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga presenta La vida es como un viento del artista gaditano José María Báez el próximo 30 de noviembre. La muestra, comisariada por Fernando Francés, reúne casi 150 piezas del artista, agrupadas en 45 obras. La vida es como un viento funciona como una gran instalación donde la palabra se adueña de la sala central del museo. Báez busca una fuente de completamiento estético, filosófico y pragmático: el montaje, la conversión del espacio expositivo en una gran instalación al transformar muros en parte viva de su experiencia y de la que compartirá el público. En la muestra, se observa una activa presencia de lo literario y lo narrativo mediante la utilización de citas poéticas que incorpora a sus pinturas mediante caracteres romanos-renacentistas. Báez realiza una reflexión conceptual y pictórica apoyándose en fuentes literarias, libretos musicales y en el apropiacionismo de obras y artistas admirados.
“Siempre procuré que las citas tuvieran capacidad de evocación, sin llegar a ser descriptivas. Que no fueran excesivamente explícitas ni convencionales, que tuvieran capacidad metafórica y referenciaran, con frecuencia, la propia especificidad de la pintura”, explica el artista José María Báez. “En la selección de los textos intentaba eludir lo descriptivo y explícito y potenciar que tuvieran capacidad metafórica y algún voltaje de misterio”.
Para Fernando Francés, director del CAC Málaga, “Báez ha conseguido materializar una instalación sobre la importancia de la palabra escrita. El color, las diferentes tipografías y los formatos, tienen un papel determinante junto al montaje expositivo. Las palabras se han apropiado del espacio en un juego de significados, idiomas, versos que irán guiando la mirada del espectador”.
Vinculado a movimientos poéticos en su juventud, durante un largo periodo, su trabajo mantuvo una activa presencia de lo literario y lo narrativo mediante la utilización de citas poéticas que incorporaba a sus pinturas mediante caracteres romanos-renacentistas. Ese carácter argumental de sus obras exigía una estrecha vinculación a la instalación. Comenzó con la figuración y acabó en un planteamiento más conceptual, donde el color, es el elemento imprescindible, la clave para revelar sus obras. Para el artista, no solo el arte contemporáneo necesita una revisión, sino también el clásico, y es que, “el arte siempre es un documento de nuestro tiempo”. Báez busca una fuente de completamiento estético, filosófico y pragmático: el montaje, la conversión del espacio expositivo en una gran instalación al transformar sus muros en parte viva de su experiencia y de la que compartirá el público.
La obra de José María Báez (Jerez de la Frontera,1949 y residente en Córdoba desde los años 60) se encuadra dentro de la corriente característica de la década de los 80 relacionada con la pintura figurativa expresionista, a la que se unieron otros jóvenes artistas andaluces.
Es a partir de mediados de los 80 cuando introduce sus grafías de diseño clásico y que son una constante en su obra hasta 2009. Es entonces cuando se hace frecuente el empleo de formatos más reducidos en altura, pero más alargados: la línea de escritura impone la forma y aporta un significado no explícito pero cargado de sentido. La importancia de estos trabajos en la obra de Báez está relacionada con su trayectoria anterior, ya que inició su carrera como poeta. La escritura y la línea se asocian, por tanto, con uno de los periodos más importantes de su trayectoria.
Es a finales de los 80 y principios de los 90 cuando se puede apreciar una ausencia de color y un tono más bien apagado en sus citas, relacionados con la muerte y el sida, enfermedad que hizo mella en algunos de sus amigos y que implicó también cuestiones relacionadas con la exclusión y discriminación social.
La muestra expuesta en el CAC Málaga, La vida es como un viento, comisariada por Fernando Francés, reúne 135 piezas del artista, agrupadas en 45 obras. Esta muestra, es un compendio, más que una retrospectiva, ya que es un segmento de su producción. El montaje es clave para entender la exposición, las cuatro paredes del espacio juegan con la continuidad de las frases, para darle un sentido continuo. No existen grandes espacios entre las obras y las esquinas, para lograr una continuidad contrastada.
Todo arranca con la obra con el texto “LA VIDA ES COMO UN VIENTO” Sin título. Abu Ghraib, (2008), fúnebre, la frase lapidaria, no esconde una gran verdad, la grita a voces. Este díptico muestra una imagen de las torturas que realizaron el ejercito norteamericano en la prisión de Abu Ghraib en Irak. Un hombre malherido, posiblemente muerto, está tumbado en el suelo, del que solo le vemos la cabeza, todo el blanco y negro, como una fotografía, pero donde resalta el rojo de su herida en la sien. “LA VIDA ES COMO UN VIENTO”, preocupación de carácter clásica, como recuerda la cita latina “tempus fugit”, el tiempo huye, el tiempo se escapa, el tiempo vuela. En 2010, precisamente, poco después de realizar esta obra, Báez dejó de utilizar textos en sus obras.
Continuando a esta obra, como una elegía, se encuentra el collage de acrílico y papel La faune bouge, tandis que la flore se déplie à l’oeil, (1991) con el texto MUETTES INSTANCES SUPPLICATIONS CALME FORT TRIOMPHES. Aunque con anterioridad aparecieron textos en sus pinturas, fue en 1987 cuando comenzó a utilizar el tipo de letras que Giovanni Francesco Cresci versionó en el siglo XVI sobre la imperial romana. Concretamente, en su exposición “Sucio y limpio” fue donde introdujo las palabras en sus obras por primera vez, ya que incluyó el título de la obra en la misma. Cresi es una letra pensada para la armonía de los ojos y la impericia de la mano, pues asume con naturalidad la imperfección humana, pues como explica Báez “el recorrido de la mano al realizar una letra es de un mayor grosor cuando se comienza, y el trazo es de abajo hacia arriba, sin embargo, cuando se finaliza la misma el brazo tiene más fuerza y el trazo se hace de arriba abajo, incidiendo la mano con mayor fuerza”. Esta característica que este tipo de letra conserva, en la cual es muy importante el ojo que la ve, pues nunca tienen las letras la misma separación espacial, pero en su conjunto, tienen una perfecta armonía.
En lo referente a la elección del idioma o las frases y citas que el artista pinta en sus obras, son el mismo origen de la cita quien dicta el idioma elegido. Así, acompañan a la exposición del CAC Málaga, citas y palabras en alemán, inglés, italiano, francés y castellano. Frases que son del propio pintor son el políptico titulado Ruidos, gemidos, gruñidos, suspiros (1995), en el que aparece las palabras en inglés NOISES / GRUNTS / GROANS / SIGHS. Y la obra Sin título. (2006), con el texto TODO ES REPRESENTACIÓN, de forma ovalada, y fondo negro con detalles florales. Esta obra es compañera a Sin título. (2006), EL DESTINO PROTEGE A QUIENES TIENEN MIEDO, cuyo texto pertenece a José Enrique Coca.
Otras obras que incluyen reflexiones, son El aire de la voz (1993), con el mismo texto que su título, “Detrás de cualquier hombre que nos habla está el mundo que le lleva a ese hablar” (reflexión de Emilio Lledó, donde está en el origen de esta obra). La sensación y la memoria (1993), provino de la cita de Aristóteles: “la experiencia es sensación y memoria”. Sin título. Niestrath (1995), con el verso SCHWARZ WEISS SCHNELL SICHER de la artista Eva Niestrath. En Sin título. Bodegón (1995) puede leerse el texto perteneciente a Francisco Bejarano en BRISA MARINA EN UNA COPA DE ÁMBAR, este texto lo utilizó también para el cartel de la Feria del Caballo de Jerez de 1996, pues le pareció una deslumbrante metáfora sobre la ciudad. El cartel, dividido en tres campos de colores planos y el añadido único de la cita (junto a las referencias de la propia celebración y sus fechas, todo ello con abundancia de colores), suscitó una fuerte polémica y un rechazo ciudadano bastante generalizado, al carecer de los recurrentes y convencionales elementos iconográficos. Aún hoy, después de tantos años transcurridos, muchos recuerdan su singularidad. Sin título (1995), con el texto traducido de Henri Michaux, NO INTENTES ADQUIRIR NUEVAS FORMAS.
Además, acompañan a La vida es como un viento citas de: Yves Bonnefoy, Sin título (1996-1997), TACHES DE COULEUR PLAISIRS BREFS CRAINTES; César González Ruano, Sin título (1997), LOS LABIOS DE LA MAR LACRE DE ESPUMAS; Juan Eduardo Cirlot, Sin título (1997), TRANSPARENTE DILATA LO (parte izquierda) / HIELOS QUE BRUSCAMENTE LO (parte derecha); Vicente Huidobro, Sin título (1997), QUELQUEFOIS LA NUIT DANS LES MAINS SE DEFAIT; Octavio Paz, Plomo (1998), EL DÍA ABRE LA MANO / TRES NUBES / Y ESTAS POCAS PALABRAS; Juan A. Muñoz Rojas, Sin título (1999-2000), NADA SE GUARDA Y EL AMOR MENOS QUE NADA; Dylan Thomas, Sin título (1999-2000), BY SIPPING AT THE VINE OF DAYS; Avigdor Arikha, Sin título. Arikha (2000), LA IMAGEN RECUERDA LA PINTURA REVELA; Clara Janés, Sin título (2000-2001), MÚSICA Y HUMO CUANDO LLEGA EL REPOSO DE LOS OJOS.
Por otra parte, se encuentran las piezas denominadas Retablo: Retablo I (1999) EL CONSUELO ES NECESIDAD DEL HOMBRE de José A. Muñoz Rojas; Retablo III (1999) LA TRISTEZA DURARÁ SIEMPRE de Vincent van Gogh; Retablo VIII (1999) DIE HERZEN DER WALTENDEN SCHATTEN de Paul Celan y Retablo XI (1999) CLARA ESQUILA DE MAYO VOZ DEL CAMPO de Ricardo Molina. Estas cuatro piezas, pertenecen a un conjunto de trece obras concebidas para su exhibición en el antiguo convento de Santa Clara en Córdoba. La idea de Báez era ensamblarlas a la manera de una gran fábrica retablística, y de ahí su similar dimensión, la reiteración de la composición geométrica del fondo y un cierto tono elegíaco de las citas.
A partir del año 2000 Báez comenzó a utilizar otras tipografías. En simultaneidad con los de Cresci, los nuevos tipos, de procedencia popular y habitual uso en publicaciones y anuncios durante los años cuarenta y cincuenta, vinieron a nivelar la impronta culturalista de la primera. Así, se encuentran los textos pertenecientes a Derek Walcott, Sin título (2000-2001), LANDSCAPES OPEN ON A WATERDROP; Carlos Edmundo de Ory, Sin título (2002), SUBO A MIS OJOS; César González Ruano, Sin título (2002), CORAZÓN NÚMERO NUEVO; Jorge Luis Borges, Natura morta (2002), ECOS RESACA ARENA LIQUEN SUEÑOS / NATURA MORTA; Wolf Vostell, Sin título. Vostell (2003), SONO LE COSE CHE NON CONOSCETE CHE CAMBIERANNO LA VOSTRA VITA; Pspho Phale, Sin título (2003), HE RENUNCIADO A MIS SUEÑOS y Pierre Reverdy, Sin título (2003), LE JOUR SEMBLE SORTIR LENTEMENT D’UN ETUI.
Por otra parte, la barcelonesa Galería Alejandro Sales celebró en el año 2000 su quince aniversario invitando a diversas galerías a que mostraran la obra de sus artistas en su espacio. Rafael Ortiz, galerista sevillano fue uno de ellos y encargó a Báez algo específico para la ocasión. El artista recordó que Joan Miró, tras su regreso a España al finalizar la Guerra Civil, se concentró en una serie de obra gráfica que tituló Suite Barcelona. En ese tiempo el artista leía con entusiasmo a Patrick Modiano y le fascinaba el juego de misteriosas evocaciones que producían los nombres de los protagonistas de sus relatos, así que dejándose arrastrar por estas sugerencias, y con la apropiación irónica del título mironiano, ideó un tríptico Suite Barcelona (2000) con los nombres de seis jugadores vinculados al Club de Fútbol Barcelona. FRANK DE BOER / RIVALDO, WINSTON BOGARDE / FIGO y JARI LITMANEN / PEP GUARDIOLA. Pero estas obras nunca se expusieron en esa muestra, pues el galerista no compartía los gustos futbolísticos del equipo elegido por Báez.
También acompañan la exposición versos, de más de dos metros de largo, de Miguel Sánchez-Ostíz, Sin título (1996), EL GRIS DE LOS ENEBROS LA ASPEREZA DEL TOMILLO y de Pablo García Baena: Sin título (1996), DE TU PELO QUE AHOGABA LA VOZ EN MI GARGANTA; Sin título (1996), UN COLLAR DE MIRADAS INSOMNES, y Sin título (1996) ETERNAMENTE HIERE RÁPIDO VUELA Y MATA. El texto de esta última, procede del cuadro El sueño del caballero (ca. 1645-1660) atribuido tradicionalmente al pintor vallisoletano Antonio de Pereda. La inscripción de la filacteria que, extendida, sostiene el ángel, no puede ser más lacónica y profunda. En el medio de ella hay un arco tensado con una flecha con un sol detrás y el rótulo latino «AETERNA PUNGIT / CITO VOLAT / ET OCCIDIT» que, traducido, quiere decir «Eternamente hiere, rápidamente vuela y mata». En 1995 le concedieron el Premio de Pintura Navarra. Uno de los premios contemplados, era una exposición en el Museo de Navarra en Pamplona. Las exposiciones individuales, durante todo el tiempo que utilizó textos, le obligaban a preparar obras específicas y articuladas sobre una idea o argumentario concreto. Estas cuatro piezas formaron parte del proyecto expositivo que preparó para Navarra. El espacio dedicado a las exposiciones temporales del museo era un rectángulo de grandes proporciones, de manera que el formato, la disposición y la escala de las obras vino determinada por ese plano de planta, aunque también tuvo como referencias ajenas las versiones en rojo y azul del artista Reiner Ruthenbeck. Otra obra de Baena, pero no del mismo formato que las anteriores, es Sin título (2002), AQUÍ ESTUVO SU BOCA.
La obra con más extensión es sin duda: Mi cuerpo es mi pintura (1995) conformada por 40 pequeños lienzos con los siguientes textos: MI ANSIA / MI BURLA / MI CAUTELA / MI CENSURA / MI CERCO / MI CERTEZA / MI CINISMO / MI CONGOJA / MI DESAZÓN / MI DESDÉN / MI DESEO / MI DESVELO / MI ECO / MI EDAD / MI HERIDA / MI HIEL / MI HUELLA / MI IMPULSO / MI JUEGO / MI LÍBIDO / MI MIEDO / MI NAUSEA / MI NOMBRE / MI PASIÓN / MI PIEDAD / MI POLLA / MI PUDOR / MI QUIETUD / MI RAZÓN / MI RENCOR / MI SOBORNO / MI SOFISMA / MI SOMBRA / MI SOSIEGO / MI SUDARIO / MI TEDIO / MI TEMBLOR / MI TIMIDEZ / MI TORPEZA / MI TRAMPA. Es cierto que la disposición en montaje de esta obra puede ser variable, en cuanto a su verticalidad (como se expuso por primera vez) o su horizontalidad, como hace en el CAC Málaga, siempre ha de situarse en orden alfabético. En una conversación con el artista Bill Beckley en 1997, Louise Bourgeois dijo “For me, sculpture is the body. My body is my sculpture”. Este políptico, que cambia la “escultura” por “pintura” y fue ideado para su exhibición en el XV Salón de los 16 de 1995. Es un intento de construir la identidad secreta del artista y el amplio número de registros que convergen en la pintura.
Cabe destacar la obra Sin título (1993-2000), con el texto VITALI SCHERBO pues está realizada en acrílico, óleo, collage y pan de plata sobre papel entelado. La predilección de Báez por personajes concretos fue conformando una considerable constelación de nombres propios, como éste de Vitali Scherbo, gimnasta bieloruso que fue campeón olímpico en Barcelona’92. Hubo otros muchos y, entre ellos, los arquitectos Gunnar Asplund y J.J.P. Oud, los diseñadores gráficos Paul Rand y Saul Bass, el saltador de pértiga ucraniano Serguei Bubka, la compositora Lili Boulanger e incluso Jacques Fesch, asesino converso francés.
También son fuentes para el artista los mismos títulos de algunas obras, realizando un apropicionalismo, como ocurre con Twombly (1993) cuyo texto WILDER SHORES OF LOVE procede del título de una pintura, de 1985 de Cy Twombly, o con Sin título. Kippenberger (2000-2001) en el que puede leerse DIE WAHRHEIT LIEGT IN DER WOHNUNG título de una pintura de 1984 de Martin Kippenberber. O el texto MANE THECEL FARES (pesado, contado, dividido), amenaza que una mano misteriosa trazó en la pared de la sala en la que el rey Baltasar celebraba el que sería su último festín, tras la entrada triunfal de Ciro en Babilonia en la obra Sin título. Archives & Documents (7) (2003-2005).
A través de las palabras de los otros puedes trazar una geografía particular, pues los textos inequívocamente conducen hacia la reflexión y la intencionalidad conceptual. “Pero nunca quise renunciar al ámbito de lo pictórico, a la encarnadura que construye y define lo visual, así que decidí establecerme en una cierta ambigüedad fronteriza, a la manera de los low budget films de Boetticher”, comenta el artista. Y es que, las palabras escritas son realmente poderosas, pues como ocurre con la obra Sin título (1991), con el texto HER HAND ON MY DICK UNDER MY RAINCOAT, si el artista hubiera elegida pintar esta escena, podría haber pasado desapercibida, pero no lo hacen las palabras, ver esta frase escrita, y con la grafía ya mencionada, Cresci, clásica, dan una connotación escandalizadora a la obra. La pandemia del sida, al comienzo de los años 90 del pasado siglo, desencadenó un potente movimiento reaccionario. Un halo de moralismo se cernió sobre el mundo, asimilando la enfermedad al castigo por la activa permisividad sexual. Ante este comportamiento su reacción consistió en utilizar textos extraídos directamente de las revistas porno. En ese momento una galería neoyorquina se interesó por su trabajo, pero finalmente abandonaron su interés en mostrar sus obras. La sociedad hoy día se encuentra más que “acostumbrada” a imágenes de alto impacto visual, tanto por la crudeza de los telediarios como de la prensa escrita y digital. El ojo del espectador no se sorprende tan fácilmente, sin embargo la palabra escrita, su veracidad y poder, lo seguirá teniendo. Pocas cosas suscitan hoy nuestro rechazo, pero las palabras pintadas tienen más crudeza que las imágenes.
La exposición finalizaría con la obra Barlanch (1991), con el texto DER TOD. La procedencia literaria no fue la única fuente que Báez utilizó durante estos años. Recurrió igualmente a otras referencias, como los libretos musicales. Los compositores Hans Pfitzner, Bellini, Felix Mendelssohn o Bizet, le fueron de gran utilidad. Otras veces me decanté por el apropiacionismo de obras y artistas admirados, como en este caso en el que el texto procede del título de una escultura, de 1925, de Ernest Barlach. Esta es un documento de su época y los estados emocionales de cada momento acaban confluyendo. Para Báez, la realidad es tozuda y siempre dispone de presencia en cuanto hacemos.
José María Báez (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1949) inició su carrera artística en la literatura, fundando en 1968, junto a Rafael Álvarez Merlo y otros, la revista de poesía Zaitún (Córdoba, 1968-1969). Durante la década de los setenta madura su paso a las artes plásticas, manteniendo una constante presencia en el panorama artístico nacional, desde que en 1970 presentó su primera exposición individual. En 1980 accede a la Beca Nuevas Formas Expresivas del Ministerio de Cultura, comenzando en esta década un trabajo continuado tanto en el campo de la creación pictórica como en las intervenciones de arte público y comisariado de exposiciones. Ha participado de forma individual y colectiva en multitud de exposiciones, así como ha sido partícipe numerosas veces en ferias de gran prestigio como ARCO. Su obra se encuentra en diversas colecciones públicas y privadas, actualmente reside y trabaja en Córdoba.