La Unión Europea ha dado un paso adelante para frenar uno de los mayores problemas de contaminación a los que se enfrenta la Humanidad: los plásticos. El Parlamento Europeo (PE) aprobó a finales de octubre una serie de medidas para reducir la contaminación en los océanos, entre las que se incluye que la Unión Europea (UE) prohíba el uso de los plásticos de un solo uso en el año 2021. Productos del día a día como los cubiertos, vasos y platos de plástico, los bastoncillos para los oídos, o las pajitas de los refrescos, quedarán totalmente vetados.
Es una medida que ya venían reclamando las organizaciones en defensa del medio ambiente desde hacía muchos años, pero que ningún país ni organismo internacional se había atrevido a proponer. Europa será la primera zona del mundo que lo haga, de aprobarse finalmente la medida. Queda que la propuesta se debata y se consensúe entre Consejo, Parlamento y Comisión, pero la conciencia social ya es muy alta y se espera que, antes de las elecciones europeas, la prohibición haya salido adelante.
Además de los plásticos de un solo uso, el Parlamento ha pedido también que dejen de comercializarse los productos de plástico oxo-degradable y los contenedores de comida rápida de poliestireno expandido. Para los productos que seguirán en uso, la Unión Europea ha elevado las tasas obligatorias de reciclaje de forma considerable. Incluso para los aparejos de pesca hechos con plástico. En el caso de las botellas confeccionadas con este material, se deberá reciclar un 90% de ellas.
Un océano de plásticos
La contaminación de los océanos y mares en el mundo por culpa de los residuos de plásticos se ha convertido en una de las amenazas más importantes para el medio ambiente. Y por consiguiente, para el planeta. Los plásticos de un solo uso suponen el 70% de los residuos marinos, y en algunas zonas han creado auténticas balsas que cubren el mar y amenazan la vida de todo tipo de especies, además de destrozar la calidad del agua.
La descomposición de este material es muy lenta, casi infinita, por lo que acabe acumulándose en mares, océanos y playas. Los animales, como los peces, las ballenas, focas o tortugas, ingieren el plástico de forma inevitable. Y de ahí, la cadena de contaminación pasa a nuestra mesa, cuando nosotros nos alimentamos de algunas de estas especies. Recientes estudios internacionales han demostrado que ya están empezando a aparecer residuos plásticos en las heces humanas.
De salir adelante la propuesta del PE, los países de UE dejarán de emitir más de 3 millones de toneladas de CO2 al año. Pero las ventajas de la prohibición del plástico no son solo ecológicas. La Eurocámara prevé que eliminando estos productos, Europa podrá ahorrar más de 20.000 millones de euros en costos medioambientales.
Decir adiós a los plásticos dará un merecido respiro a un planeta maltratado, y pondrá a Europa como ejemplo a seguir para el resto del mundo.