La incorporación de nuevos materiales de fabricación y el inicio de la producción mecanizada en serie introdujo cambios sustanciales en el modo de trabajo de los campesinos.
Los tradicionales aperos elaborados por los carpinteros y herreros locales comenzaron a ser sustituidos por herramientas y máquinas de fabricación industrial que facilitaban y optimizaban sus tareas.
En el cobertizo anexo a A Casoa se exponen desde arados y sembradoras aún de tracción animal hasta las primeras desgranadoras, aventadoras o trilladoras que incorporaron un motor estacionario.