Bajo el título Nessum Dorma, la Galería Miguel Marcos inaugura la primera exposición monográfica del artista brasileño Renato Costa en la ciudad de Barcelona.
Renato Costa (Rio de Janeiro, Brasil, 1974) inició sus primeros pasos en el arte en el taller de su padre, el pintor Manuel Costa. En 2005 se traslada a Madrid y realiza los estudios en la facultad de Bellas Artes en la UCM.
Su obra se caracteriza por expresar intensamente las emociones a través de particularidades técnicas y temáticas. Los temas claves son la relación entre el pasado y la actualidad, no solo las personales sino también las colectivas. Reivindica la figuración, la subjetividad y los sentimientos abiertos, convergiendo estas aptitudes en un arte más conceptual.
El título de la exposición, Nessum Dorma ( Que nadie duerma ) es un ejercicio expedito de apropiación manifiesta a una de las arias para tenor, concretamente del acto tercero, más conocidas de la ópera Turandot, con música de Giacomo Puccini y libreto en italiano de Giuseppe Adami y Renato Simoni.
La tensión “incómoda” expresada en las obras de la exposición, surge derivada de la interfaz entre la historia de la cruel princesa Turandot y el príncipe Calaf (El Ignato), con el espíritu de una actualidad marcada por el resurgir, cada vez más explícito y abrumador, de valores arcaicos y retrógrados, en una sociedad sometida a cambios vertiginosos, donde la velocidad es la realidad vigente, como instrumento de salvación, de una humanidad que patina sobre hielo fino.
Eros tal como afirma Levinas “es diferente de la posesión y del poder; no es una batalla ni una fusión, y tampoco es conocimiento”.
Eros es “una relación con la alteridad, con el misterio, es decir, con el futuro, con lo que está ausente del mundo que contiene a todo lo que es…”. “El pathos del amor consiste en la insuperable dualidad de los seres”. Los intentos de superar esa dualidad, de dominar lo díscolo y controlar lo que no tiene freno, de hacer previsible lo incognoscible y de encadenar lo errante, suponen la sentencia de muerte del amor. Eros no sobrevive a la dualidad. En lo que el amor se refiere, la posesión, el poder, la fusión y el desencanto son los cuatros Jinetes del Apocalipsis.