Esta exhibición presenta los acontecimientos más significativos en la evolución de nuestra especie, Homo sapiens, y describe su diversidad, la población y el individuo.
¿El hombre desciende el mono? El ser humano es resultado de un proceso evolutivo que duró millones de años. Si bien el hombre desciende de algún primate, no desciende de ninguna especie de monos actuales. Humanos y chimpancés comparten un ancestro en común hace 6,5 millones de años. La exhibición muestra la comparación del hombre con el chimpancé.
A través de los grandes hallazgos, se desarrolla el proceso de hominización y describe la diversidad de especies homínidas. Entre los 4 y los 2 millones de años coexistieron en África diferentes especies de homínidos, pero los fósiles mejor conocidos son los del Australopithecus. En 1974, en Etiopía, se descubrieron los restos de Lucy, una hembra de 3,2 millones de años aproximadamente, con características transicionales al género Homo: huesos de la pelvis y de las piernas que indicaban un andar erguido.
Los restos más antiguos del Homo sapiens, datan de una antigüedad alrededor de 150 mil años. La aparición de adornos personales, grabados rupestres y sepulturas dan cuenta de expresiones simbólicas. La exhibición muestra el desarrollo del encéfalo, la destreza de las manos, la capacidad simbólica y el lenguaje.
El Homo sapiens migró desde África hacia otros territorios conquistando diversos ambientes. Y si bien todos pertenecemos a la misma especie, se observa una gran diversidad biológica entre las personas y las poblaciones: estatura, corpulencia, color de piel, color y forma de los ojos, grupos sanguíneos, entre otras características.
A la diversidad biológica se suma la diversidad cultural. La íntima relación entre la naturaleza y la cultura se encuentran expresadas en el tratamiento de tres conjuntos temáticos: las prácticas sobre el cuerpo, tales como adornos, pinturas, tatuajes, la alimentación y las diversas formas rituales en torno a la muerte. A modo de ejemplo, la exhibición presenta réplicas del esqueleto de un niño nutrido y las modificaciones del cuerpo producto de una desnutrición.
La muerte es un rasgo común a todos los organismos, sin embargo, el ser humano es el único que tiene conciencia de muerte. Las sociedades humanas acompañan al muerto en rituales que incluyen un tratamiento del cuerpo (entierro, cremación, momificación, entre otros) y una traslado (sepultura, mausoleo, tumba). La exhibición invita a una reflexión sobre las costumbres funerarias en las distintas culturas y el tratamiento de los restos humanos en los Museos.