El trabajo de Sasha Sime (Rusia, 1982) viene moviéndose entre formas que recuerdan al expresionismo abstracto y al informalismo, pero al mismo tiempo presenta rastros de la cultura visual on y o line de la sociedad contemporánea. En sus proyectos más recientes, la apropiación de materiales cotidianos es una constante, y así se relaciona con tendencias como el pop, los (ya no tan) nuevos realismos o el arte pobre.
En Zero Flags (2018) ironiza con la bandera como signo, proponiendo un salto desde el lienzo hacia el espacio, sin perder por ello la cualidad de super cie de los medios empleados. Estos planos de celofán y cinta adhesiva pretenden funcionar, no como banderas en sí, sino como ideas de banderas, más allá de la politización que tales símbolos suscitan. El plástico, un material post-terrestre, no tiene una vinculación concreta con ningún lugar físico; asimismo, las Zero Flags no remiten a ningún estado- nación, ni real ni cticio, sino a la actual posibilidad de las estructuras de abstraerse del territorio.
Como puede observarse en el mani esto que las acompaña, las banderas han sido programáticamente resueltas mediante un proceso de trabajo al mismo tiempo estructurado y desestructurante. En paralelo, el artista elaboró esquemas procesuales y calendarios de trabajo. Pero estos, como las Zero Flags, fueron voluntariamente desviados, desprovistos de poder regulador a través de un juego de formas y sentidos. Con estas (post)banderas, Sasha Sime nos invita a (re)pensar las estructuras de organización colectiva contemporáneas, entre el brillo arti cial y la sociedad de la transparencia.